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Rusia ratificará este mes el acuerdo del Banco de los BRICS

Rusia planea ratificar el acuerdo del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS entre febrero y principios de marzo de este año, declaró el ministro de Finanzas Antón Siluánov en los pasillos de la reunión de ministros de Finanzas y directores de bancos centrales de los países miembros del G20.

En el transcurso de la reunión celebrada al margen de la cumbre del G20 entre los representantes de los países de BRICS intercambiaron información de los preparativos para ratificar los acuerdos del banco. Vamos por delante de todos. La ratificación es posible en febrero o, en el peor de los casos, a principios de marzo. Los demás lo ratificarán más tarde”, afirmó el ministro, citado por TASS.

Siluánov informó que el presupuesto ya tiene recursos para asignar fondos al capital del banco de BRICS. Recordó que durante siete años Moscú tiene que transferir 2.000 millones de dólares a la institución.

Actualmente las partes se dedican a resolver asuntos técnicos, tales como definir las reglas del funcionamiento del consejo directivo, seleccionar los candidatos para el cargo del presidente y vicepresidente, destacó Siluánov. La primera reunión de la Junta Directiva del banco se celebrará en la VII cumbre de los BRICS, que se celebrará a principios de julio en la ciudad rusa de Ufá.

El acuerdo para la creación del Nuevo Banco de Desarrollo se firmó en Brasil en julio del año pasado. Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica fueron registrados como sus fundadores.

Por ahora se ha establecido que abrirá sus puertas en Shangái en 2016. Además, la primera presidencia corresponderá a la India. Se trata de un banco de desarrollo que hará la competencia al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. Los países del grupo habían pedido en numerosas ocasiones reformas en el reparto de poder de estas instituciones internacionales.

El Nuevo Banco de Desarrollo nace con un capital inicial de 100.000 millones de dólares, mientras que el capital suscrito y desembolsado será de 50.000 millones de dólares, y cada socio aportará una quinta parte. La entidad tendrá como objetivo la financiación de proyectos de infraestructura de los países fundadores, pero también podrá ofrecer capital a otros países en vías de desarrollo como mecanismo financiero alternativo. Según los acuerdos hasta el momento, la creación de una plataforma de crédito colectiva tendrá una capacidad de préstamos de hasta 34.000 millones de dólares al año.

Además, en la cumbre de Fortaleza de 2014 los BRICS decidieron crear un nuevo fondo común de reservas de divisas por un valor de 100.000 millones de dólares, gracias a lo cual será extremadamente difícil y caro que se repitan los ataques financieros de Wall Street de 1997 contra el Tigre asiático. El fondo hará frente a las «contingencias financieras» que puedan enfrentarse los miembros y estará dotado con 100.000 millones de dólares, de los que China aportará 41.000 millones de dólares; Rusia, Brasil e India 18.000 millones cada uno y Sudáfrica los 5.000 millones restantes.

Este banco de países en desarrollo nace como alternativa al Banco Mundial y también al Fondo Monetario Internacional, ambas instituciones nacidas tras los acuerdos de Bretton Woods hace 70 años. Se mantienen bajo un férreo control de EE UU y algunos países europeos. Además de contar con mayores cotas de poder según las cuotas asignadas, un acuerdo no escrito establece que el presidente del FMI sea europeo y el del BM, estadounidense.

Se trata de instituciones con amplia experiencia y grandes recursos. Por ejemplo, el Banco Mundial cuenta con un capital de 223.200 millones de dólares y con una amplia experiencia en el desarrollo de proyectos por todo el planeta, ya que cuenta con 188 países miembros.

Según el comunicado que inauguró el Nuevo Banco de Desarrollo: “Con base en unos sólidos principios bancarios, el NBD fortalecerá la cooperación entre nuestros países y complementará los esfuerzos de las instituciones multilaterales y financieras dedicadas al desarrollo global, contribuyendo así a nuestro compromiso colectivo de lograr un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado”, es decir, se ponen las bases para una nueva alternativa global de desarrollo.

Por otro lado, la coyuntura económica actual de estos países no pasa por su mejor momento. Los cinco muestran una ralentización de sus tasas de crecimiento y se han generado dudas acerca del posible desarrollo del grupo. Además, la creciente presión económica y política sobre Rusia obliga al resto de los socios a posicionarse. Ante esta situación, la presidenta brasileña Dilma Rouseff afirmó a finales de diciembre: “Rusia tiene reservas (monetarias) suficientes. En 2013 y 2014, muchos pronosticaban para Brasil una ‘tempestad perfecta’ (económica), que finalmente no ocurrió», dijo.

En esa misma línea de cauto optimismo se han mostrado los mandatarios de otros países miembros del grupo.