En una decisión inédita en Rumania y en toda la UE, y apenas dos dias antes de que se celebrara la segunda y decisiva ronda, el Tribunal Constitucional rumano ha anulado la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre, que ganó el ultraderechista prorruso Calin Georgescu, tras la desclasificación de documentos que revelan “agresivos ataques híbridos rusos” en campaña. El proceso electoral deberá empezar desde el principio en una fecha aún por determinar.
Los servicios secretos rumanos optaron por omitir de qué país procedía la injerencia electoral, pero el Departamento de Estado de EEUU decidió hablar por ellos. “Las autoridades rumanas han descubierto un esfuerzo ruso, extenso y bien financiado, para influir en las recientes elecciones presidenciales”, dijo Antony Blinken señalando al Kremlin.
En concreto, los servicios secretos de Bucarest han revelado que la campaña electoral rumana ha sido blanco de ataques cibernéticos a favor del prorruso Georgescu, y que la misma injerencia había creado más de 25.000 cuentas en la red social de TikTok para promover al candidato ultraderechista
«La campaña de un candidato recibió apoyo de un país extranjero. El mismo candidato declaró cero gastos, aunque hizo una campaña muy sofisticada. Tenemos un problema de seguridad nacional”, dijo el actual presidente de Rumania, Klaus Iohannis, refiriéndose al ultra Georgescu.
Por su parte, tanto el Kremlin como los ultranacionalistas de Alianza Para la Unión de los Rumanos (AUR) niegan la mayor y hablan de «Golpe de Estado en pleno desarrollo». Lo cierto es que la decisión del Constitucional crispa aún más el tenso debate político del país.