Alfonso de Vilallonga, músico

Robot Dreams: música sobre la amistad, la pareja y la vida…

Alfonso de Vilallonga es el autor de la banda sonora de la última película de animación de Pablo Berger, que fue candidata al Oscar

Foros 21 entrevistamos de nuevo a Alfonso Vilallonga. Músico con influencias muy diversas que van desde Jacques Brel a Nino Rota o Freddie Mercury. Muchos le conocieron por sus composiciones satíricas sobre el procés como La Complanta dels Burgesos Oprimits (‘La Queja de los Burgueses Oprimidos’).

Alfonso Vilallonga compone canciones llenas de ironía y ternura, pero han sido especialmente las bandas sonoras las que le han proporcionado más reconocimiento. Entre ellas las bandas sonoras de Cosas que nunca te dije, Mi vida sin mí o La librería de Isabel Coixet, Princesas de Fernando León o Blancanieves de Pablo Berger, por la que ganó el premio Goya a la mejor música original.

Acaba de ganar ahora varios premios –el premio Platino de cine iberoamericano, el premio Feroz, el Quirino…- por la banda sonora de la película Robot Dreams también de Pablo Berger. La película está basada en el cómic del mismo nombre de Sara Varon y trata de la inseparable amistad entre un perro y un robot en el Nueva York de los años ochenta y cómo se desarrolla entre numerosas dificultades y nuevas relaciones.

.

¿La película trata sobre la amistad?

Es difícil de definir si la película trata sobre la amistad, sobre la pareja, sobre la vida…En definitiva es la historia de una relación y cómo evoluciona.

La gente la enfoca de formas diferentes, quizás ese es el gancho de la película. Yo creo que a la gente le gusta tener “material” para cuando van a tomar algo después del cine poder hablar y hay películas que son muy buenas para ello.

¿Por eso es una película que gusta a niños y adultos? Porque tiene varios enfoques y miradas…

Es una película para todos los públicos en el sentido literal de la palabra, interesa a todos los públicos.

Robot Dreams explica la relación entre un perro y un robot. En un momento donde se está desarrollando la inteligencia artificial… ¿Nos está diciendo que es posible una relación emocional entre una máquina y un ser vivo?

Para cada persona plantea una cosa diferente. Esta película está muy bien pensada porque puede interpretarse desde muchos puntos de vista, abre muchos temas…y no deja de ser a la vez una película de una relación “entre dos”, es muy amplía, muy universal…

La película transcurre en Nueva York…

El director, Pablo Berger, que es bilbaíno y su mujer, Yuko Harami, japonesa y productora, se conocieron en Nueva York en los años 80. Robot Dreams transcurre en esa etapa y es muy fidedigna. Los letreros, la música del “carrito” de los helados, son los que había en ese momento…es muy precisa a la hora de ceñirse al lugar y el tiempo.

Yo también he vivido en Nueva York en esos años y la película me recuerda totalmente la época.

¿Qué músicas te han inspirado?

Pablo Berger me propuso que hiciera una banda sonora con inspiración de jazz neoyorkino de los años 80, con mucho piano solo, una instrumentación precisa…

Me he inspirado en muchas cosas pero mi reto ha sido ser fiel a la propuesta de Pablo a la vez que creaba una música mía, porque es muy fácil y usual hacer música impersonal, copiar… Yo quería hacer una música buena y personal pero ciñéndome a la propuesta.

¿Ser original y a la vez adaptarte a la propuesta de la película es el reto de las bandas sonoras?

Sí y en este caso más. Hay veces que en las bandas sonoras te dicen: “propón tú”. Pero en este caso Pablo buscaba una identificación con la ciudad y el tiempo muy exacta.

¿Es la primera vez que haces una banda sonora para una película de animación?

Sí, es la primera vez… Hay gente a la que le afecta mucho el género, pero yo no veo tanta diferencia. Por ejemplo, en la película Blancanieves, en la que trabajé también con Pablo Berger, tenía también una sincronización musical muy difícil, propia del cine mudo…

Una vez te oí comentar que hacer bandas sonoras, a pesar de que te ha proporcionado premios y reconocimiento, no es lo que más te gusta porque te dejaba menos libertad, tienes que adaptarte a un guion, a un montaje…

En cualquier caso es una forma interesante de hacer arte. Claro, cuando yo hago mis canciones, mi música, soy cien por cien libre, pero la libertad es muy relativa, y a veces va bien y te ayuda en el proceso creativo tener referencias y pautas.