Los directivos de Iberdrola se reparten 128 millones de € en primas

Retribuciones de alto voltaje

El presidente y altos directivos de la compañía eléctrica se auto otorgan un bonus por haber conseguido sus objetivos en el último trienio. Ninguno de esos objetivos tenía relación con abaratar el precio de la energía  o procurar mejoras para el consumidor.

Los objetivos que les garantizan el premio son reducir la contaminación de sus centrales térmicas, mejorar el beneficio neto de la compañía y batir su rentabilidad para los fondos de inversión en el índice de la bolsa especializada europea EuroStoxx 50.

La reducción de las emisiones de CO2 era una obligación con las nuevas medidas de eliminación del carbón y la prohibición europea de subvencionarlo.

Los beneficios han sido efectivamente estratosféricos alcanzando los 2.517 millones de euros en los primeros nueve meses de 2019.  Cada año la compañía ha ido incrementando un 5% sus ganancias.

Y su revalorización en Bolsa ha ido pareja garantizando pingües dividendos a sus principales accionistas.

Aunque lo que no se ve por ningún lado es el mérito de presidente y junta para conseguir los resultados, porque ha sido tan fácil como que el precio de la luz subió un 10% en 2017 y un 25% en 2018.

Premios en propiedad

Los altos directivos disfrutarán pues de una prima que cobrarán en forma de acciones de la empresa: El presidente, Ignacio Galán, recibirá 1,9 millones de títulos, con un valor de 14 millones de euros. Sumen que los títulos les rendirán también el porcentaje de beneficio atribuido a cada acción… cada año. Una renta vitalicia. Pero aún esto sólo representa un bonus extra. Su sueldo anual es actualmente de ¡6,2 millones de euros!

Este reparto de acciones de la empresa entre sus directivos no es la primera vez que se da. Actualmente están beneficiándose ya de los 115 millones de euros (19 millones de acciones) que se atribuyeron en el período 2014-16.

Con este sistema de adjudicarse acciones los ejecutivos se embolsan una millonada, pero tiene también otro efecto: incrementan al tiempo su papel no sólo como gestores sino como propietarios de la compañía.

Pues aceptemos el sistema de premiar con el reparto de acciones; pero que se haga proporcional y extensivo a todos los trabajadores en plantilla. Que se transformen también en copropietarios, que incrementen su participación en la gestión de la empresa ocupando puestos en el Consejo de Administración y que los objetivos a alcanzar para tal premio sean concordantes con mejoras en precios y servicio a los clientes. ¿Por qué no?