El verdadero debate es cómo hacer compatible el desarrollo económico con el cuidado del clima
El presidente norteamericano, Donald Trump, ha anunciado la salida de Washington del Acuerdo del Clima de París, un tratado universal que tenía la virtud de incluir a los dos países más contaminantes del globo, los dos principales emisores de gases de efecto invernadero: China y EEUU, junto a 61 gobiernos. Numerosos lideres mundiales -y la práctica totalidad de la comunidad científica internacional- han criticado esta decisión. Hablamos de este hecho y del calentamiento global con Jesús Fidel González-Rouco, del Instituto de Geociencias de la Universidad Complutense, uno de los científicos españoles que ha trabajado en los informes de evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), un organismo internacional que avala -con hechos y demostraciones- la innegable realidad y gravedad del calentamiento global y que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007.
Como científico ¿cómo valora la decisión de la Casa Blanca de salir del Acuerdo de París?
La salida de EEUU del acuerdo de París es una mala noticia, porque es el segundo emisor de gases de efecto invernadero (14%) despues de China (25%), y además los 5-10 primeros años de medidas son fundamentales. Esto va a hacer más dificil el conseguir reducciones eficaces a nivel global, algo que ya es un reto complicado porque implica cambios en la tecnología y en la economía.
EEUU aduce razones económicas aunque es conocido el escepticismo de Trump y el negacionismo de sus principales asesores hacia esta cuestión. ¿Como experto, que argumentos científicos rebaten a los escépticos y negacionistas del cambio climático?
Me gustaría compartimentar esta pregunta. Efectivamente no están cuestionando la solidez de las evidencias científicas. No dicen que la firma de los acuerdos de París por parte de Obama estuviera basada en una falsedad, ni están negando oficialmente que el cambio climático existe ni la contribución al mismo por parte de las actividades humanas.
Eso traslada el debate a un sitio mucho más decisivo e interesante, y es un cambio respecto a lo que hemos escuchado los últimos años. Puede haber motivaciones legítimas por las cuales un país decida que no es prioritario tomar medidas para reducir las emisiones, porque tienen intereses económicos. En realidad estos argumentos no son muy diferentes a lo que dijo Bush para no adherirse a Kyoto. Hay zonas importantes de EEUU donde la economía y el empleo dependen de la actividad industrial y que podrían verse afectadas por los acuerdos. «El cambio climático es un gran problema, pero también una oportunidad para repensar la sociedad, el modelo energético y su equilibrio con el ambiente»
No es que yo esté de acuerdo con eso, pero es una razón legítima. Y yo creo que éste es el debate importante: no ‘cambio climático sí o no’. No el debate con los negacionistas. Eso científicamente es un debate obsoleto. Si Trump o una parte de su administración son negacionistas es irrelevante, es una pose ante una parte de su electorado.
Creo que ese debate bloquea el verdaderamente importante, que es… ¿que es lo prioritario?: si atender a las necesidades económicas de un país, una región o un sector de la población (que es legítimo); o atender a un problema a largo plazo, global que estamos sufriendo -y vamos a sufrir cada vez más- asociado al cambio climático. Este es el debate que deberíamos abrir: que medidas tomar para que el desarrollo de una región no comprometa la evolución del clima global. Vincular y resolver los intereses de una parte de la población mundial a los del todo, a más largo plazo. ¿Cómo podemos atender ambos intereses?. Ése es el reto a plantearse de forma honesta, ésa es la contradicción a resolver. Y no es nada sencillo dirimirla de forma adecuada. Es un problemática ética asociada a la Globalización, y yo no sé la respuesta.
La humanidad tiene ya herramientas científicas y tecnológicas para abandonar la economía del carbono en pocas décadas. De hecho, hay quien afirma que las viejas tecnologías energéticas asociadas a la combustión no tienen más camino de desarrollo, mientras que las tecnologías y energías limpias y renovables pueden significar un enorme motor económico para aquellos países que se pongan a desarrollarlas…
Así es. Normalmente entendemos el cambio climático como un gran problema, y por supuesto lo es. Pero tambien es una oportunidad para cambiar el modelo energético global. Si tu piensas en el perfil de España y en cómo reducir las emisiones, es difícil. Pero si enfocamos el problema en torno a la energía y la tecnología, el desarrollo social y la estructura de las ciudades… hay muchas dimensiones que contribuyen a la reducción de emisiones, que si se desarrollan pueden generar muchos saltos adelante. ¿Cual es nuestra mejor potencialidad como país de cara al futuro? ¿Mantenernos en unas tecnologías contaminantes del pasado, ligadas a la combustión? ¿O el empezar a invertir en las tecnologías del futuro, en un modelo energético sostenible?. Es una oportunidad para repensar la sociedad, la energía y su equilibrio con el ambiente, para construir el país del futuro.
Los acuerdos de París se centraron en proponer medidas para conseguir la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2020 y 2025, y advierten que si el planeta sobrepasa la barrera de los 2ºC de aumento de temperatura, el calentamiento global corre el riesgo de retroalimentarse de forma irreversible. ¿Que margen de maniobra tiene aún la humanidad antes de que el calentamiento global alcance un punto de no retorno?
El punto de no retorno es un concepto que se utiliza para sistemas concretos a escala regional, como el hielo en el Ártico, los glaciares, el Amazonas, la circulación oceánica, o el permafrost y la liberación de metano. Hace referencia a que si atraviesas un determinado umbral va a ser muy complicado devolver el sistema al estado anterior. Cada uno de esos sistemas tiene su dinámica propia, los mecanismos de irreversibilidad existen y cada vez se conocen mejor. A escala de cambio climático global, hay que hablar de la idea de irreversibilidad en el contexto de las emisiones.
Lo que es importante entender es que hay una relación lineal entre el aumento de temperatura y las emisiones totales, acumuladas, de gases de efecto invernadero a la atmósfera desde la era preindustrial. Como son emisiones -subrayo- acumuladas, si tu quieres mantener una temperatura global y no superar un umbral, por ejemplo el de los 2ºC -porque partir de ahí el impacto sobre el clima o la subida del nivel del mar va a ser mucho mayor- tienes que tener en cuenta que el proceso tiene ya una inercia. Y cuanto más tarde se tomen medidas, más va a costar detener y revertir esa inercia. Si no detenemos y aminoramos las emisiones en 2017, en 2025 la cantidad de carbono en la atmósfera será insoslayable. Si en los próximos 10 años no se toman medidas, va a ser muy complicado frenar el calentamiento.