Una ofensiva que, hay que recordarlo ahora, empezó hace ahora exactamente 3 años, en mayo de 2010, con el impulso imperial de la llamada telefónica de Obama a Zapatero a altas horas de la madrugada, exigiéndole imperiosamente el inicio de la política de recortes y saqueo que desde entonces venimos padeciendo.
Y que continuó, un año después, con la reforma “exprés” de la Constitución ejecutada por Zapatero y Rajoy, en pleno verano y a espaldas de todos, por mandato expreso de Merkel para asegurar que los banqueros alemanes cobren antes sus deudas de la banca española que los jubilados españoles el fruto de toda una vida de trabajo.En todo este tiempo han recortado los salarios, la sanidad, la educación, la dependencia, los gastos sociales… obligándonos a dispersar y dividir nuestra lucha para dar respuesta a cada una de sus múltiples agresiones. Pero ahora, el FMI y Berlín han dictaminado que la reforma de las pensiones es lo prioritario y debe ejecutarse ya, sin más dilaciones ni excusas. «Buscan establecer a partir de 2014 una caída efectiva de las pensiones» A finales de este mes, el “comité de expertos” creado por el gobierno –formado por gente a sueldo de la gran banca y las aseguradoras– debe entregar sus conclusiones acerca de cómo introducir el llamado “factor de sostenibilidad” de las pensiones.Bajo el pretexto de “hacer sostenible el sistema” se proponen llevar aún más lejos los recortes de la reforma de Zapatero. Acabando con la revalorización automática de las pensiones en función del IPC para someterlas a variables como la esperanza de vida, el déficit o los ingresos de la Seguridad Social, cada vez mas mermados no sólo por el aumento del paro, sino por el descenso generalizado y masivo de los salarios. Un mecanismo diabólico por el que cualquier gobierno podrá recortarlas automáticamente sin necesidad de negociación alguna ni aprobación parlamentaria. Como acertadamente lo ha definido el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llul, Santiago Niño Becerra, “¿El factor de sostenibilidad de las pensiones?, un mero artificio lingüístico-aritmético para reducir las pensiones”. Lo que buscan es establecer a partir de 2014 una caída efectiva de las pensiones que actualmente cobran los jubilados. Un recorte tanto en su cuantía nominal anual –es decir, en la cantidad de dinero que cobra cada pensionista– como en términos reales –es decir, en el poder adquisitivo real de cada pensión– al desvincular las pensiones del nivel de precios y su subida anual, medida en el IPC.Y así año tras año hasta reducir la pensión de jubilación a poco menos que un subsidio casi igual para todos que sería como una especie de prestación marginal, a la manera en que hoy lo son las pensiones no contributivas, ninguna de las cuales alcanza por lo general los 400 euros mensuales. Un escenario que, inevitablemente, aboca a la mayoría de la población a retrasar cada vez más la edad de jubilación. Y no sólo por imperativos legales –el retraso en la edad de jubilación hasta os 67 o 70 años– sino, sencillamente, porque la mayoría de la población activa del país no podrá jubilarse en condiciones mínimamente dignas a excepción de una pequeña élite que haya podido invertir, porque sus rentas salariales o de capital se lo permiten, en fondos privados u ocupen cargos de alta responsabilidad en grandes corporaciones que les aseguren una renta sustanciosa de jubilación.Unas medidas para empezar a aplicar en 2014 y que tendrán, como efecto inmediato, una rebaja de al menos el 15% de las pensiones.Esta misma semana, Rajoy ya se ha reunido con CCOO y UGT para presionarles e intentar forzarles a que apoyen las nuevas medidas de recorte de las pensiones. Las respuesta de los sindicatos, aumentar coyunturalmente mientras dure la crisis las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social para que el gobierno no siga metiendo mano a la hucha de las pensiones, es inviable. Nada se puede esperar de esta negociación. A no ser que quiera utilizarse como justificación para tragar con la nueva reforma de las pensiones.En primer lugar, porque la política de Rajoy desde que llegó al gobierno es exactamente la contraria: aumentar los beneficios empresariales –en especial los de bancos, monopolios y multinacionales– sobre la base de rebajar el coste del factor trabajo, es decir, salarios e indemnizaciones por despido. Y no parece tener ninguna intención de cambiarla, más bien al contrario.Pero en segundo lugar, y más importante, porque lo que se necesita es un plan de conjunto de redistribución de la riqueza para reactivar la economía y crear empleo. No subir cotizaciones a unas pequeñas y medianas empresas –más del 90% de las empresas del país– que ya sobreviven hoy asfixiadas por la falta de crédito, unos impuestos excesivos y el hundimiento de la demanda en el mercado interno. Hacer del 15-J un primer éxitoEn esta situación, la entrega de firmas el 15-J adquiere un significado especial: debemos convertirla en la primera respuesta nacional a sus nuevos planes de recorte del sistema de pensiones. Un primer paso, una primera respuesta de acumulación de fuerzas y de extensión y organización de la campaña.A pesar de contar con apenas dos meses de existencia, las repercusiones de la convocatoria del 15-J de la Mesa Estatal en los medios de comunicación han llegado a centenares de miles de personas en toda España y más allá.Desde Europa Press hasta Público, pasando por Expansión, infoLibre, 20 minutos, El Faro de Cantabria o El Independiente de Canarias, decenas de medios de comunicación –así como cientos de páginas webs de todo tipo, desde la del PSOE o los yayoflautas de Madrid hasta Meneáme e incluso la Wiquipedia– se han hecho eco de la convocatoria. En este tiempo, la Mesa no sólo ha aumentado de 11 a 20 el número de organizaciones que la componen y ha multiplicado por más de 3 el número de personalidades que le dan su apoyo, sino que con el llamamiento a los actos del 15-J ha dado un paso cualitativo en su consolidación y en el compromiso público de sus miembros.«Tenemos que conseguir que el 15-J sea un primer éxito popular» A nosotros nos corresponde ahora responder a su llamamiento y convertir el 15-J en una masiva respuesta popular en la que participen miles de ciudadanos mediante sus firmas, la difusión y la organización de la campaña hasta encender la mecha de un movimiento que ha de crecer hasta hacer estallar en sus manos la bomba de destrucción masiva que preparan contra las pensiones.El 15 de junio será la culminación de una serie de actividades programadas por la Mesa Estatal por el Referéndum de las Pensiones para llevar la campaña a la calle y que cada vez más ciudadanos la hagan suya.Además de la recogida de firmas impulsada por cada organización por todos los rincones de España, la MERP se propone:El 30 de mayo, una recogida de firmas conjunta en la Puerta del Sol de Madrid con participación de las diferentes organizaciones que ya forman y participan en la MERP. Y que a iniciativa de varias organizaciones de la MERP se va a extender para organizarla, simultáneamente, el mismo día y a la misma hora en el mayor número de capitales de provincia.El 31 de mayo, la presentación en Madrid de la presidencia honorífica de la Mesa, con una representación amplia y plural de personalidades, que contribuya a la difusión pública de la MERP y del acto de la entrega de firmas el 15-J.El 15 de junio, coincidiendo con la entrega de firmas, la publicación en un diario nacional de un manifiesto de la Mesa llamando a llevar adelante la campaña del Referéndum, apoyado por centenares de firmas de personalidades, asociaciones, colectivos y ciudadanos.Ellos no descansan, han montado su “comisión de expertos” y preparan ya una reforma que sólo va a empobrecer a nuestros mayores actuales, a nosotros mismos en un futuro inmediato y, más allá, a nuestros hijos y nietos. No les demos ni un día de descanso, ni una hora de tregua. Organicemos nuestra respuesta desde ya.¡Sí se puede! Sabemos que podemos derrotarles en este punto y hacerles retroceder. Para ello tenemos que conseguir que el 15-J sea un primer éxito popular. Y eso sólo depende del empeño, la energía y la actividad que despleguemos hasta entonces todos y cada uno de nosotros.