La situación del mercado de trabajo español, con casi cinco millones de parados y nulas expectativas de creación de empleo durante 2012, requiere de una reforma laboral más efectiva que la patrocinada por el Gobierno de Zapatero, incluso a sabiendas de que las reformas de la contratación no generan empleo por sí mismas, aunque sí lo favorezcan y multipliquen cuando se recupera la demanda. El próximo presidente, Mariano Rajoy, ha instado a patronal y sindicatos a que pacten los contenidos de la reforma, que el PP considera esencial para reducir el paro. Pues bien, por pocas que sean las posibilidades de que las fuerzas sociales cumplan el encargo, disminuirán rápidamente si empieza a sonar ruido de fondo con ocurrencias como las que acaba de hacer el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell: crear un contrato a tiempo parcial, más bien un contrato fulminante, con un salario de 400 euros.