Las derechas tumba la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales

Reducción de la jornada: ¿Por dónde seguimos?

La derecha y la ultraderecha de "toda la vida" -PP, Vox y Junts- han impedido que se apruebe la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas a la semana, una demanda que cuenta con un amplio respaldo social. Ha sido sólo el primer intento. Seguiremos.

En la jornada del 10 de septiembre de 2025, el parlamento español no ratificó la jornada laboral de 37,5 horas semanales. Los votos de PP, VOX y JUNTS, fieles representantes de la CEOE, tumbaron la propuesta de ley.

La Sección de Movimiento Obrero de UCE respaldamos completamente, como no puede ser de otra manera, la justa y vital demanda de las 37,5 horas semanales y apoyamos todas las acciones de las centrales sindicales para lograr este objetivo. Como se decía en estas mismas paginas, «España ha sido el primer país en ponerlo encima de la mesa. No ha sido posible a la primera, pero se ha puesto una pica en Flandes, y la reducción de la jornada cuenta con el apoyo de una amplia mayoría social. La lucha apenas acaba de empezar».

Pero también, nos corresponde reivindicar que la lucha de los trabajadores no puede depender de la correlación de fuerzas políticas parlamentarias. Como siempre, solo depende de la fuerza organizada y de la combatividad de la clase obrera. El ejemplo de La Canadiense y la implantación de la jornada de 8 horas hace más de 100 años sigue marcando el camino.️

La Huelga de la Canadiense de 1919 en Barcelona, que duró 44 días, hizo que España fuera el primer país en implantar la jornada de 8 horas

Basta recordar las crónicas sobre la huelga de La Canadiense que logró implantar la jornada de 8 horas para entenderlo. El diario conservador madrileño El Sol, calificó el acto como «el triunfo del único poder organizado del país». La huelga fue un éxito para los trabajadores. Los obreros consiguieron todas sus reivindicaciones. Ese mismo mes el Gobierno del Conde de Romanones (que tuvo que dimitir tras la huelga) sancionaba la jornada de ocho horas. A partir del 1 de octubre de 1919 la jornada máxima total sería de ocho horas al día y de cuarenta y ocho a la semana, para todos los oficios. España fue así el primer país de Europa, tras la Rusia Bolchevique, donde se consiguió esta reivindicación histórica de la clase obrera.

(*) Juan Fuster es militante de la sección de movimiento obrero de UCE

Derecho no es absentismo

Absentismo patronal, pobreza laboral

Joan Fuster

La campaña “DERECHO NO ES ABSENTISMO” iniciada recientemente por Comisiones Obreras-CCOO, nace con la intención de aclarar y contrarrestar el uso malintencionado por parte de la patronal del término «absentismo». Es una campañacompletamente necesaria y tenemos que difundirla diariamente entre nuestros compañeros para que derechos reconocidos como pueden ser el permiso por vacaciones, por enfermedad, por perder a un familiar, por cuidado de hijos o hijas enfermos o las horas sindicales, entre otros, no se pongan en cuestión. De hecho está calculado que “Más del 75% de las horas que el empresariado califica de absentismo laboral, son derechos reconocidos”.

Sin embargo, en su afán por aumentar la cuenta de resultados, la CEOE junto a la Asociación de mutuas de accidentes de trabajoAMAT, sacan cuentas y claman al cielo por el fín de las contingencias comunes, es decir, de las situaciones que impiden a un trabajador realizar su labor y que no están relacionadas con su trabajo. Como dice el refranero español, “Piensa el ladrón que todos son de su condición” y para ellos es escaqueo, lo que realmente son necesidades y derechos duramente conquistados.

Cuando se amenaza con despidos, EREs, ERTEs, cuando paga menos a un joven, una mujer o migrante, cuando busca el convenio más beneficioso aunque sea un fraude… etc. Eso es absentismo patronal

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Pero en todo esto hay dos aspectos que damos como naturales y no lo son. El primero es que LA EXPLOTACIÓN NO ES NATURAL, SE IMPONE. El proletariado y la clase obrera en general no podemos dejar de vender nuestra fuerza de trabajo (no podemos dejar de ir a trabajar) por qué es lo único que tenemos para poder comer y vivir en las actuales condiciones sociales. Eso es lo que nos empuja todos los días a seguir aguantando un duro y estresante trabajo por un mísero salario cada vez más devaluado. El segundo es que cuando un trabajador no acude a su puesto se sabe, por qué no ha fichado y sobre todo, se nota, porque no produce; por el contrario, si uno de esos grandes capitalistas o un simple aspirante, no acude a su gran despacho de gran magnate, no se entera nadie y sobre todo, ¡¡ no se nota !!. La cuenta de resultados seguirá subiendo esté o no esté porque el capitalista no genera la riqueza, se la apropia. Y eso tampoco es natural.

Y a todo esto, tenemos que detenernos también en el absentismo patronal. Por qué cuando no se cumplen con los planes de prevención, cuando se trampean las bajas por accidente para que no actúe la inspección de trabajo, cuando se paga a la baja aprovechando las necesidades de los trabajadores, cuando se amenaza con despidos, EREs, ERTEs y se ponen trabas a la acción sindical, cuando paga menos a un joven, una mujer o migrante, cuando busca el convenio más beneficioso aunque sea un fraude… etc. Eso es absentismo patronal y de él sacamos nosotros las cuentas, las de la pobreza laboral.