La desigualdad entre ricos y pobres alcanza su nivel más alto desde que la OCDE inició sus mediciones hace 30 años. Especialmente en los países como España (junto a Grecia, Portugal o Irlanda…). Y las razones están bien claras, tal y como confirma el informe: «por el paro», «los ajustes fiscales», la «subida de impuestos», tanto directos sobre la renta como los indirectos sobre el consumo (IVA), y los «recortes salariales y sociales».
Según este informe el 10% de la población del “club de los países ricos” gana 9,6 veces más que el 10% más pobre. Esta diferencia no ha parado de aumentar desde el estallido de la crisis, pasando de una diferencia de 7 a 1 en los años ochenta a la actual del 9,6 a 1. En los 14 países de desarrollados de la OCDE, el 10% de las rentas más altas posee más del 50% de la riqueza del país, mientras que el 40% de las rentas más pobres sólo tiene un 3% de la riqueza.
En España en los años más duros de la crisis (2007-2011) los ingresos de los hogares descendieron una media del 3,5% anual. Una caída brutalmente desigual, pues mientras los ingresos de las familias de las capas sociales más altas se mantenían, o apenas tenían ajustes del 1%, el 10% de las familias con rentas más bajas perdían el 13% anual de sus ingresos. El paro y la precariedad del mercado laboral, con la extensión del empleo precario, temporal y a tiempo parcial, con la consiguiente rebaja salarial, juegan un papel fundamental.
La brecha salarial se profundiza
El paro y los recortes son la causa principal de que millones de familias españolas hayan perdido la riqueza acumulada y se haya duplicado la bolsa de pobreza. Los nuevos pobres que han caído en el pozo del empobrecimiento no son principalmente personas mayores, el 60% son, según el informe de la OCDE, trabajadores asalariados con bajos salarios, trabajadores con empleo precario temporal, jóvenes y autónomos, gracias a las dos reformas laborales, la de Zapatero y la de Rajoy.
Y es que la crisis no sólo no ha frenado la brecha salarial, sino que la ha multiplicado. Mientras para los directivos no han parado de subir los sueldos y todo tipo de retribuciones, más de un 10% (según OCDE), para los trabajadores no han dejado de bajar, un 0,6% anual.
«El 60% de los nuevos pobres son trabajadores asalariados con bajos salarios, empleo precario, jóvenes y autónomos, gracias a las reformas laborales de Zapatero y Rajoy»
La realidad en España es aún mucho más cruda, ya que según los datos de la Encuesta de Coste Laboral publicada por el INE, la mayoría de los nuevos contratos cobran un 33,7% menos por hora trabajada. Y según Hacienda al final de 2014 el 34% de los trabajadores -unos 5,7 millones!- eran “seiscientoseuristas”, apenas cobran el equivalente al Salario Mínimo, 645 euros al mes.
La alternativa de redistribución de la riqueza que propone el programa de Recortes Cero da en el corazón del problema, empezando por la redistribución salarial: establecer un tope salarial -que nadie gane por encima de 10.000 euros mensuales, 5.000 en las administraciones y cargos públicos- para que nadie cobre menos de 1.000 euros netos al mes.
La redistribución es el camino para acabar con esta intolerable aumento de las desigualdades y el empobrecimiento, sino que elevando el poder adquisitivo de la población estamos activando uno de los motores fundamentales de la recuperación económica, el del mercado interno.
Otra ronda de rebaja salarial
La UE pide a España “más moderación salarial”.
La Comisión Europea ha pedido al gobierno de España en sus “recomendaciones” (“de obligado cumplimiento” por supuesto) de mayo que nuestro país aplique otra ronda de “moderación salarial”. Para Bruselas la brutal devaluación interna de los salarios y rentas de los trabajadores no es todavía suficiente y exige ¡otra ronda!
Ahora Bruselas pide que los sueldos “crezcan” por debajo de la productividad. A los comisarios de Berlín no les basta con que los salarios hayan perdido ya más del 25% de poder adquisitivo desde que empezó la crisis, y les debe parecer demasiado el pacto firmado por la patronal y los dirigentes de los sindicatos mayoritarios para “subir” (es un decir) el 1% los salarios. Ellos, con la complicidad y participación de la oligarquía española, llaman “crecer” a lo que no es más que otra nueva ronda de rebaja general de salarios. Y no se andan con rodeos: de subir los salarios nada de nada; salarios aún más bajos para que sus multinacionales sigan saqueándonos y acumulando beneficios.