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¿Qué pensaría usted de un médico que receta veneno a su pacientes, a sabiendas de que va a matarlos? Lógicamente que es un criminal que debería estar en la cárcel. Pero hay quien no solo se escapa a esta lógica, sino que ha hecho de ella su medio de vida. Los expertos del FMI pertenecen a esta clase de gente.
En su último informe, la institución que preside Christine Lagarde ha duplicado la caída estimada del PIB en España para 2013. La razón que dan para ello es simple y sencilla de entender: “el impacto de las nuevas medidas de recorte del gasto y subidas de impuestos”.
En otras palabras, lo que el FMI nos dice es que el país está tragando altas dosis de veneno, en forma de recortes y ajustes, que conducen a la economía a la parálisis y a un estado casi terminal. ¿Y cuál es entonces su receta? Sencillamente nos ordena que traguemos más veneno.
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«¿Qué las recetas te están matando? Pues incrementemos aún más la dosis»
En ese mismo informe exige otro aumento del IVA, hasta el 23%, para 2014 y anima a usar con las comunidades «el palo» de la intervención para evitar desvíos del déficit público. Lo que equivale a decir más recortes en sanidad, educación, inversión y empleo público. Si no quieres caldo, toma dos tazas.
¿Qué las recetas que te doy te están matando? Pues incrementemos aún más la dosis. Doloroso pero eficaz. Criminal pero rápido. ¿Para qué alargar una dolorosa agonía cuando está a nuestro alcance acelerar el final?
Como despiadados buitres, las grandes potencias imperialistas, sus bancos y multinacionales, sólo esperan que el enfermo fallezca lo más rápidamente posible para lanzarse como lo que son, auténticos carroñeros, sobre sus despojos.