La oleada de indignación cuando Zapatero puso sobre la mesa la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años, recorrió el conjunto de España. Si añadimos el recorte de las pensiones, la subida del IVA o el anuncio de una reforma laboral que recortará nuestro sueldos, la oleada de recortes sociales está sobrepasando la peor de las previsiones. Pero para ellos, para la gran banca, no es suficiente. Esta semana hemos asistido a una auténtica ofensiva oligárquica para exigir que se apliquen todos los recortes, y que los plazos de su ejecución se aceleren. Y a la cabeza se han situado los dos capos de la banca. Hace unos días fue Emilio Botín quien respaldó los recortes de Zapatero. Esta semana ha sido el presidente del BBVA, Francisco González, quien ha exigido que «se aborden con urgencia».
Santander y BBVA rotagonizan una enconada batalla en el seno de la oligarquía. La cercanía e influencia de Botín hacia el gobierno de Zapatero, le ha permitido alcanzar una considerable ventaja sobre su rival.La pelea entre ambos es cada vez más enconada. Pero, sin embargo, han encontrado un punto de unidad. Ambos necesitan con urgencia que se aplique un draconiano plan de recortes sobre la población.Habíamos visto a Emilio Botín respaldar públicamente a Zapatero, exigiendo “poner en marcha cuanto antes las reformas anunciadas sobre el sistema de pensiones y el mercado laboral”.Pero ahora, también su gran rival, Francisco González, se ha pronunciado en la misma dirección.Refiriéndose a los recortes sociales, el presidente del BBVA expresó en la junta de accionistas la necesidad de “abordar estos problemas con urgencia”.Para la cabeza del segundo banco español, “España tiene un endeudamiento exterior que en 2009 superó el 160% del PIB. España no puede perder la credibilidad de los mercados que nos financian”.España se ha convertido en el país más endeudado del mundo. Buena parte de esa deuda se corresponde a los créditos pedidos a bancos franceses y alemanes por los bancos y monopolios españoles, y que sirvieron para financiar el boom inmobiliario y su expansión internacional.Ahora que, en plena crisis, el capital francoalemán exige la devolución del dinero prestado, la gran banca española quiere cargar la factura de sus deudas sobre la población.La banca española debe a sus acreedores extranjeros 800.000 millones de euros, y un tercio de ese dinero debe devolverlo en los próximos dos años.Esta es la medida de los recortes que necesitan imponernos. Ellos han contraído una gigantesca hipoteca, están disfrutando de la mansión… pero nosotros tenemos que pagar las letras del banco.Este es el objetivo de los sucesivos recortes ejecutados por Zapatero, y que respaldan al unísono el Santander y el BBVA.Para que ellos pueden devolver sus deudas, sin que mengüen sus beneficios o se degrade su privilegiada posición en el concierto de bancos mundiales, nos tienen que recortar a nosotros nuestro poder adquisitivo, al menos en un 25%.Y toda la oligarquía está embarcada en una ofensiva contra la población para que todos los recortes se ejecuten, y se implanten lo más rápidamente posible.