Unos crían la fama y otros cardan la lana. Las mayores críticas y el rechazo más extendido a la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) encargado de suministrar dinero a los planes de rescate vienen de Alemania y el núcleo de países más ricos de Europa. Pero la realidad muestra que los países más pobres de la Eurozona, e incluso los países rescatados como Grecia y Portugal, contribuyen más a él que los ricos vecinos del norte.
Bloomberg ha medido la contribución que cada país hace al FEEF en función de su PIB. Y las conclusiones son demoledoras. Estonia y Eslovaquia, los dos países con menos renta per cápita de la eurozona, son, proporcionalmente, sus mayores contribuyentes. Grecia, el país más castigado por los planes de “rescate” dictados por Bruselas y el FMI aporta proporcionalmente a ellos más que Alemania y Francia.En el lado contrario, Luxemburgo, el país con mayor renta per cápita de Europa y el segundo más rico del mundo, es el que menos contribuye de acuerdo a su PIB. Holanda, Austria, Alemania y Finlandia, de donde surgen las mayores voces discrepantes y las exigencias más duras en forma de planes de ajuste para la ampliación de la ayuda a los países que ellos califican de «derrochadores», ocupan los últimos lugares en cuanto a contribución al fondo de rescate de acuerdo con su PIB.Desde estas páginas hemos denunciado repetidas veces que los llamados planes de rescate no son en realidad sino verdaderos contratos de esclavitud, gracias a los cuales las poblaciones de los países “rescatados” deben trasvasar partes cada vez mayores de sus salarios y sus rentas hacia las cuentas de beneficios de la banca europea y los grandes fondos de inversión mundiales.
Lo que ahora ha puesto de manifiesto el informe de Bloomerg es que, no contentos con esto, Berlín y París hacen pagar a sus “esclavos” los grilletes que los encadenan a sus nuevos amos financieros.