La intervención de Casado, las declaraciones de Feijoo o de miembros de la CEOE… Representantes de la oligarquía y de los centros de poder apuntan a la idoneidad de la vuelta de un bipartidismo en el que la gobernabilidad dependa de un «entendimiento entre los dos grandes partidos de Estado»: PSOE y PP
Los resultados de las elecciones generales del 28A emitieron un claro veredicto: la mayoría de los españoles quiere un gobierno progresista. La masiva movilización de las urnas frustró en aquel momento que se formara el gobierno que le hubiera gustado a la oligarquía financiera del Ibex35 y a los centros de poder mundial, una suerte de «gobierno a la andaluza» nucleado en torno al PP, que con el apoyo de Ciudadanos o de Vox, ejecutaran nuevos recortes y ataques contra el 90%.
El 28A no pudo ser, pero ¿y si se repitieran los comicios y se repartieran otra vez las cartas en lo que sería una “ruleta rusa electoral”?
Tal escenario, dice Enric Juliana, avezado analista de La Vanguardia, «sería el de unos comicios amenazados por una fuerte abstención, en clave funcional: estabilidad o más bloqueo. Premio a los partidos de orden (PSOE y PP) y castigo a los partidos nuevos por haber introducido un grado de complejidad en la política que la sociedad empieza a tener dificultades de entender y absorber. Reforzamiento del bipartidismo clásico y transformación de Ciudadanos y Podemos en satélites más pequeños y más fáciles de controlar. Corregir abril en favor de los pilares del 78. Esta es la clave última de todo lo que está ocurriendo este mes de julio».
Y con ese probable resultado, con el reforzamiento de nuevo del tronco bipartidista, los líderes políticos -representantes a su vez de los intereses de la clase dominante, de los banqueros y monopolistas- tantean las posibilidades. Una de las principales figuras del PP, Alberto Núñez Feijoo, ha asegurado que el PP «debería ofrecer a los españoles la posibilidad de que el PSOE no gobierne con los independentistas». Si Ferraz hiciera una oferta de investidura a Génova, «creo que deberíamos estudiarla. Deberíamos buscar puntos de encuentro [con los socialistas]», ha dicho.
Eso mismo parece sugerir Casado al sugerir a Sánchez la «tarea común (de PP y PSOE) de ensanchar «espacio central de la moderación», y que «los dos podamos ganar en él». También los continúos llamamientos del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, a que se forme un “gobierno moderado”, fruto de un acuerdo del PSOE con Ciudadanos… o con el PP.
En España nunca se ha abierto la posibilidad de una ‘Grosse Koalition’ (Gran Coalición) como la que en Alemania suelen mantener -no sin dificultades- los democristianos y socialdemócratas. Esa idea puede parecer descabellada a un votante socialista o incluso del PP, pero es lanzada una y otra vez a los medios de comunicación. En sus salones y cenáculos, importantes sectores de la oligarquía acarician esa posibilidad. Habrá que estar atentos.