A un lado y a otro de las carreteras el fuego ha devorado todo lo que encontraba a su paso, la lluvia de cenizas era constante y cubría ciudades , playas y casas. Además de los cuantiosos daños materiales (80.000 hectáreas quemadas) el fuego se ha cobrado tres vidas. Han sido los fatídicos días del 30-30-30: temperaturas superiores a 30 grados, humedad inferior al 30% y vientos de más de 30 km/h, una ecuación que se repite cada año. Así como de la existencia de tramas delictivas organizadas, de la especulación urbanística e incluso de «vendettas» políticas, de incendiarios desalmados y de intereses ocultos de la industria maderera.
Los hechos
Diez años después , en el verano con las temperaturas más elevadas que se recuerdan, con el viento del Nordés soplando a más de 50 km/h y absoluta sequía ambiental, los gallegos seguimos preguntándonos cuáles son las verdaderas causas de que nuestra comunidad autónoma – que sólo supone el 6% del total de la superficie del país- siga estando a la cabeza del desastre incendiario con más de 11.000 hectáreas de terreno arrasado por las llamas, un tercio del total incendiado en España este verano.
El mapa forestal de Galicia presenta unas características peculiares que lo hacen particularmente “ sensible” a la acción del fuego. Veamos algunos datos: la superficie forestal representa casi el 69%, frente al 52% del resto de autonomías, pero, además, es un territorio extraordinariamente fragmentado: en Galicia hay 670.000 propietarios de bosques y campos. Tan solo el 29% de la superficie forestal es pública, el 30% pertenece a las comunidades de montes y el 68% restante es privado. La industria de la madera daba trabajo a 50.000 personas antes del inicio de la crisis y representaba el 4% de PIB gallego. Hoy esas cifras han descendido y apenas representan un 2%del PIB. «Lo que oculta la propaganda de la administración es la absoluta falta de previsión que se hace cómplice de los oscuros intereses que arrasan los montes gallegos cada verano»
Otra de las causas de que el fuego se propague con tanta rapidez en el territorio gallego ha sido la sustitución , desde los años 50 del pasado siglo, de las especies autóctonas del bosque atlántico ( carballos, castaños , nogales…) por pinares y eucaliptales que han alterado completamente el equilibrio de nuestro ecosistema. Los eucaliptos y pinos gallegos suponen el 66% y el 39%, respectivamente de todo el territorio nacional, un lucrativo negocio para el gran cluster de la madera, ya que son especies de rápido crecimiento que se emplean fundamentalmente en la fabricación de pastas de papel y aglomerados.
Hay un muro de silencio que impide saber hasta que punto el interés de la industria maderera puede estar detrás de una parte de estos incendios, sólo podemos afirmar que la madera quemada es más barata, y durante años el grupo Ence se encargó de retirarla y comprarla.
La administración autonómica afirma que el fuego es causado por unas pocas docenas de delincuentes, desalmados e irresponsables haciendo hincapié en las treinta o cuarenta detenciones que se realizan cada año; la realidad es que sólo unos pocos llegan a ser juzgados.
Las verdaderas causas
El Foro Económico de Galicia y los colectivos ecologistas denuncian que del Plan Forestal de la comunidad ( 1993 – 2012) apenas se ha ejecutado el 40% , hay un déficit de inversión de más de 700 millones de euros. El dicho popular de que los incendios se apagan en el invierno no rige para nuestras autoridades, la contratación de trabajadores se ha reducido notablemente desde el inicio de la crisis : en 2007 un brigadista era contratado nueve meses al año , ahora apenas dos meses y sus salarios se han ido reduciendo hasta la precariedad. Los convenios con los ayuntamientos se han congelado para ahorrarse unos cuanto miles de euros y este año el dispositivo contra incendios se activó a mediados del mes de Julio. Como ejemplo baste decir que tan solo el 25% de los trabajadores contra incendios se dedican a la prevención y a labores de mantenimiento, el 75% restante están ocupados en controlar y apagar el fuego. El gasto en prevención de incendios es la mitad de la inversión en sofocar los incendios. «En la base del problema del fuego en Galicia está el abandono del sector agrícola, ganadero y forestal»
Con la entrada en la UE el sector primario gallego se ha ido desmantelando, las famosas subvenciones europeas para liquidar los cultivos y sacrificar el ganado en aras de una supuesta modernización han dejado el rural en una situación de absoluto abandono. La agricultura y la ganadería , auténticos agentes naturales contra el fuego, han dado paso a una ingente masa forestal a menudo caótica y de alto riesgo. El millón y medio de hectáreas que conforman el rural gallego se dividen y subdividen en pequeñas parcelas que son propiedad de 670.000 gallegos. En el caldo de cultivo de bosques de baja productividad llenos de maleza y rastrojos es donde hay que situar la actuación de los incendiarios.
Se calcula que el 84% de los incendios son intencionados, pero frente a la propaganda que culpabiliza a los propietarios de la tierra de quemarla para aprovechar los pastos y la venta de la madera hay una realidad que se impone año tras año : vecinos empuñando palas , mangueras y cubos luchando por atajar este mal endémico que nada tiene que ver con la “ cultura del fuego” gallega. Es necesario hacer un plan que ponga en valor el monte gallego, que priorice la protección y el aprovechamiento de los bosques y que defienda los ecosistemas autóctonos con la implantación de una política al servicio del pueblo. Una actuación que impulse la concentración de tierras con incentivos fiscales, que apoye a los pequeños productores y que sea una fuente de riqueza y creación de empleo.