El pasado mes de julio, en pleno despliegue de la ofensiva genocida de Israel sobre la Franja de Gaza, con bombardeos y masacres diarias contra la población civil palestina, unas imágenes se hicieron virales en España.
En ellas, el propietario de una pizzería de Vigo, el restaurante Mi Masa, el hostelero libanés Samir Slim, echaba de su terraza a un grupo de turistas israelíes que previamente habían comenzado a alborotar. A raíz de aquel incidente fue denunciado por un supuesto delito de odio por parte de la embajada israelí, recibiendo una avalancha de muestras de apoyo de miles de vigueses y -a través de las redes sociales- de muchos miles de internautas más.
Ahora el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo ha declarado el sobreseimiento provisional de la causa, una resolución que celebra Samir, pero también todos los que apoyan a la causa palestina.
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Hola Samir, aunque sé que lo has explicado muchas veces, para aquellos lectores que no lo sepan. ¿Qué pasó aquel día con ese grupo de turistas?
Un grupo de turistas entró, mal educados. Soy un hostelero con más de 30 años de experiencia . Y ya cómo actuaron desde el principio, para mí eran sospechosos de clientes problemáticos. Y había ciertos comportamientos y ciertas cosas que estaban haciendo, ahora no vamos a profundizar más en ellas, que ya me daba sospechas de dónde venían. El turista normalmente es el cliente más educado dentro de la hostelería. Al final vienen por poco tiempo, cuando sacan unos minutos para pasar por un sitio, lo único que buscan es que les traten bien, pagar lo justo e irse.
Este día era raro. Sospechaba, sospechaba, hasta que llegó un momento en que no aguanté más. Les pregunté ‘¿de dónde sois?’, pues ya que venía y tenía que tomar una decisión de si echarlos o no, quería entenderles a lo mejor el idioma. Si me dicen de tal sitio, hablo cinco idiomas, entonces a lo mejor podía intentar llegar a un diálogo y terminar el día sabiendo a qué venía ese trato. Fue uno de ellos que me dijo ‘de Israel’ de una forma muy orgullosa y con intención de provocarme. Me costó segundos entender que no era una mesa cualquiera; pensaba que era un conflicto de hostelería, pero el que estaba enfrente de mí no venía con esa intención…
Entonces, educadamente, les pedí que se fueran, que no pagaran. Les pedí que se fuesen tranquilamente, que no estuviesen armando alboroto, porque tengo otra mesa en la terraza.
Al final tomé la decisión de que si esto no terminaba así, estaba obligado a grabar lo que ocurría. Bueno, el resto lo habéis visto todos.
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¿Al pedirles que se marcharan hicieron algún tipo de alboroto? ¿Dijeron cosas relacionadas con las banderas?
Sí, sí. Bueno, no me dijeron nada sobre las banderas, el insulto fue directamente al Líbano y a Palestina, o sea, yo lo entendí perfectamente. Cuando insistí en que se fueran y me pidieron el motivo, yo dije que no eran bienvenidos. Y fue cuando me insultaron y miraron la bandera del Líbano, que estaba ahí.
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Ahora que el juzgado ha sobreseído el caso y, en principio, has ganado, ¿cómo te sientes?
Bueno, contentísimo, porque no es ganar o no. Es que a ti, como persona, te acusan de una cosa que va totalmente en contra de tus principios. Te sientes muy ofendido; es un sentimiento muy malo. A mí me acusan de esto cuando veo el mundo diferente.
Sabía que tenía razón y sé que he defendido mi postura bien, porque no tenía miedo de nada. Y yo entiendo que mucha gente en mi casa, incluso vosotros que me apoyasteis, estábais muy preocupados y deseabais que no me pasara nada… Yo también estaba preocupado, pero a la vez estaba tranquilo, porque yo sabía lo que había hecho y que lo hice por la persona que soy.
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¿Qué muestras de apoyo has recibido por parte de la sociedad viguesa? ¿Y de otras partes de España?
Bueno, yo sigo recibiendo apoyo, o sea, no paró el apoyo, ya llevamos cuatro o cinco meses con este tema y desde el primer día fue sorprendente para mí. Al día siguiente te das cuenta que todo el mundo apoya lo que tú has hecho. No encontré una persona viguesa que no me haya venido a apoyar (…) no he recibido ninguna crítica, no he recibido nada.
Lo único que recibía era gente que quería abrazarme, apoyarme, era demasiado para mí. Porque hay cosas que tú no esperas.
Tú te levantas por la mañana, estás saliendo y te encuentras con una señora de 80 años con flores en tu puerta, otro señor que te pide un abrazo y se le sale una lágrima, lo notas, porque has dicho lo que a él le apetece decir, o has hecho lo que a él le apetece ver en aquel momento preciso. El día del juicio… Yo sabía que iba a haber gente que me apoyara, podrían ser 5, 10, 20, no lo sé, pero sabía que habría alguien.
Cuando llegas a las puertas del juzgado, a las 9 de la mañana, y ves un mogollón de gente con las banderas, que te están esperando allí un martes, un día de trabajo… No es una cosa sencilla, la gente tiene vida, la gente tiene responsabilidades. Yo soy de los que les falta tiempo siempre para atender a la familia, imagínate para atender causas humanas. Lo valoro un montón. Y cuando tú ves eso, entras por las puertas del juzgado, y sea lo que sea de lo que te vayan a acusar, al final, ya no importa. Es un escudo que ha sido de lo más grande que he tenido.
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El pueblo palestino está hermanado con el libanés por 70 años de agresiones del Estado de Israel. Evidentemente hay muchos ciudadanos israelíes y personas judías en el mundo que dicen «No en mi nombre» y rechazan tajantemente las guerras, el genocidio y el apartheid del Estado de Israel, pero ¿es legítimo enseñar la tarjeta roja -también en la hostelería- a quienes no lo hacen, a quienes encima defienden orgullosamente esas atrocidades?
Yo diría que sí. A ver, yo he tenido que hacerlo. Y no somos de la gente cerrada, pero no estamos abiertos a que alguien tenga otra opinión sobre el conflicto, y sobre todo el pueblo judío. Vamos a ver, yo vengo del Líbano, país en el que conviven 18 religiones hasta el día de hoy. Al que le está visitando actualmente, mientras estoy haciendo esta entrevista, el Papa. En su primera visita a Medio Oriente, visita el Líbano. Pero eso es lo que te dice que no hay un conflicto religioso. Hay un conflicto de intereses.
Yo conozco mucha gente judía que no está a favor de la ocupación, no tiene que ver ser judío, ser musulmán, ser cristiano, ser kurdo, que no tengas ninguna religión, eso no tiene que ver con nada, esto es el tema humano más limpio sobre la faz de la tierra. Se trata de estar en contra del asesinato de gente
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Desde el 10 de octubre hay un supuesto alto el fuego en la Franja de Gaza, pero Israel lo ha roto más de 500 veces desde entonces en 50 días, causando la muerte de cerca de 350 personas, mujeres, ancianos y niños en su mayoría. Sabiendo esto, ¿cómo valoras el plan de paz de Trump?
¿Qué plan de paz? La verdad, ¿nos vamos a creer eso? Mira, está claro que siempre se trató de tomar el pelo al resto del mundo. A los que seguro no les va a tomar el pelo es a los palestinos, ni a los libaneses, ni a gente que tenga información del conflicto desde el minuto uno del primer día hasta el día de hoy. No pueden engañar a esta gente.
Pero él sabe que esto funciona, que hay que calmar la presión pública del mundo entero. El día anterior a la reunión (…) la flotilla ya estaba cruzando, y es una cosa muy, muy grande. Quizás resuelven el problema que hay en un barrio de Gaza, dan medicinas o leche, pero no cambian nada. Lo que vale es el gesto. Solamente el gesto empieza el cambio.
Ellos ya sacaron lo que tenían en el bolsillo. Porque en otros momentos gente como nosotros creímos y apoyamos tonterías como esta, porque tú quieres la paz. Varias reuniones se hicieron durante los ochenta y tantos, con los palestinos, con los libaneses, pero no hay ningún acuerdo.
Nuestro caso en el Líbano, hace unos días cumplió un año el alto el fuego, un año de 7.000 violaciones, más de 500 muertos y 20.000 heridos, durante el cual del Líbano no salió ni una sola bala; no hay ninguna excusa.
No es paz, es una forma de control más lenta, más discreta. El mundo está harto de ver estas imágenes. Cierran la prensa y así demuestran al mundo que es verdad. La prensa aún se puede comprar, les taparon la boca a todos. Cada día que pasa en Gaza se acaba el reloj de arena de los gazatíes para sobrevivir.
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De hecho, hace muy pocos días, Israel volvió a lanzar un ataque contra un barrio residencial de ahí del sur de Beirut y días antes bombardeó varios pueblos más en el sur del Líbano.
A apenas 10 kilómetros de mi casa bombardearon el campo de refugiados palestinos, se llama Ein el-Hilweh, el más grande, el más poblado. Y bombardearon un campo de fútbol donde murieron 14 chavales que estaban jugando, en el sur del Líbano, hace nada más que unos días. Y sin embargo, estos ataques y estas noticias apenas llenan los diarios.
Aquí lo ponen muy fácil, nombran un grupo terrorista y ya está, ya hay un justificante, el mundo no va a profundizar en la noticia a ver qué ha pasado. ¿Por qué atacan Beirut una semana antes de la visita del Papa? El gobierno libanés y el Vaticano llevan más de cinco meses intentando hacer lo posible para no cancelarla, porque al final si la vida del Papa se pone en riesgo, lo normal es cancelar. Israel hizo de todo para cancelar esta visita. Y el Papa aún ni aterrizó en Líbano. Nosotros como libaneses estamos bastante preocupados de que se cancele, pero al final no cambia nada. Lo único que cambia es que habrá una parte del mundo que nos vea.
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¿Qué podemos hacer desde España para detener los planes de guerra de Trump y Netanyahu sobre Oriente Medio?
Te digo una cosa, es muy sencilla. Solamente vosotros podéis hacerlo, no hay otros. Ni el libanés ni el palestino. La cosa no está en su mano, ni siquiera del israelí mismo. Hay que decir las cosas como son.
¿Cómo se puede arreglar? El único arreglo posible es del origen. El origen de este conflicto es occidente. Y no digo culpable. Es responsable. El ciudadano occidental, de esos países que tienen la voz y voto para cambiar esto, no debe ser culpable. Es responsable. Si tú pasas al lado de una piscina y alguien tira un niño que no sabe nadar al agua, no lo echaste tú al agua, pero tienes en tus manos salvarle. Y si no lo salvas, y das la vuelta y te vas, eres responsable. Si el juez te pregunta, ¿tú lo has visto? Sí. ¿Sabes nadar? Sí. ¿Te giraste y te fuiste? Sí. A la cárcel.
Actualmente, la población occidental es responsable de lo que pasa en Palestina porque tiene mucho en sus manos. Que fuercen y presionen y obliguen a sus gobiernos a que empiecen a cortar el grifo a Israel.
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Este primer pacto que se ha hecho de alto al fuego, que sabemos que es entre miles de comillas, ha abierto el corredor humanitario. De entrada es una cosa buena, ¿no?
Sólo un 20% respecto al que tendrían que recibir los palestinos.
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¿Algo más que quieras decir a los lectores?
Agradezco mucho lo que hacéis, como libanés-palestino. Porque somos palestinos, los libaneses. Nosotros agradecemos todos estos gestos, y pedimos más. Pero lo valoramos un montón.
Lo que podría pedirle a la gente es que vuelva, que vuelva a interesarse. Dedica a Gaza un rato de tu día, de tu semana, de tu mes (…) Esto no tiene que ver con la Segunda Guerra Mundial. Lo que le pasó al pueblo judío tiene que estar en nuestra memoria y tenemos que recordarlo siempre, poniéndolo como ejemplo para que nunca vuelva a suceder.
Es más, ahora tendría que brillar más que nunca, para que los israelíes vean lo que les hicieron y lo que ellos les están haciendo ahora a los palestinos. Pero sé que el Estado de Israel no representa en absoluto al pueblo judío, que es mucho más justo y moral de lo que lo hacen ver.
