«A medida que la Unión Europea y el FMI debaten las políticas para despedir funcionarios públicos de Grecia, es cada vez más evidente que la comunidad internacional puede llegar a necesitar una suma mucho mayor para prestar apoyo no sólo a Grecia, sino también a Portugal y España. La cantidad sería enorme. 90 mil millones de euros para Grecia, 40 mil millones de euros para Portugal y 350.000 millones de euros para España; ahora estamos hablando de dinero real.»
Teniendo en cuenta el tamaño de Esaña, su crisis de deuda es visto por muchos como el gran problema que se avecina para los mercados mundiales. Superficialmente, su carga de deuda parece manejable. Pero lo que España tiene es el déficit gemelo más alto –una combinación de déficit presupuestario y el déficit por cuenta corriente– de cualquier país del mundo excepto Islandia, un reflejo de su grado de dependencia respecto a unos crecientemente volubles inversionistas extranjeros para su financiación. España tiene 225.000 millones de euros en deuda que vence este año, una cantidad que es aproximadamente del tamaño de la economía de Grecia. (THE NEW YORK TIMES) THE WALL STREET JOURNAL.- La crisis de deuda de Grecia se propagó a Portugal luego de que rebajas en la calificación a los dos países ahuyentaran a los inversionistas. El temor provocó una ola de ventas en los mercados de todo el mundo y echó por la borda las esperanzas de Europa de contener el descalabro. Grecia se convirtió en el primer miembro de la zona euro cuya deuda recibe una calificación de "chatarra" de parte de Standard & Poor’s. La decisión dificulta el financiamiento del país y probablemente perjudicará su recuperación. Portugal, que al igual que Grecia lucha para controlar su déficit fiscal, sufrió una rebaja de dos peldaños, aunque mantuvo su calificación de grado de inversión. EEUU. The New York Times Los europeos temen que la crisis de la deuda griega se extienda Landon Thomas Jr. A media que Grecia se acerca al borde del colapso financiero, el temor de que la crisis de la deuda se extienda está engullendo a Europa. Cada vez más, los inversores se preguntan si Portugal, España e incluso Irlanda pueden no ser capaces de obtener los préstamos de miles de millones de dólares que necesitan para financiar su gasto público. "Es como Lehman Brothers y Bear Stearns," dice Philip Lane, un profesor de economía internacional en el Trinity College en Irlanda, refiriéndose a las quiebras de Wall Street que impulsaron la crisis financiera de 2008. "No son tanto los fundamentos como la falta de disposición del mercado para aportar fondos." Una importante agencia de calificación redujo la deuda de Grecia a nivel de bonos basura el martes, advirtiendo que los tenedores de bonos podrían enfrentarse a pérdidas de hasta un 50% en una reestructuración. La agencia también rebajó la deuda de Portugal en dos niveles. Los principales índices bursátiles de Europa cayeron entre un 2,5 y un 6%, y el euro cayó a mínimos de un año, con un descenso del 13% frente al dólar desde diciembre. El promedio industrial Dow Jones cayó 213,04 puntos, a 10,991.99, una caída del 1,9%, y los mercados continuaron cayendo hasta el miércoles, con el índice japonés Nikkei perdiendo más del 2%. La rebaja de Standard & Poor’s elevó las tasas de interés que Portugal debe pagar por sus bonos a 10 años a su nivel más alto, y los costes de España se elevaron también. Los inversionistas ya están exigiendo casi el 10% de interés a los bonos griego a 10 años. El costo de asegurar la deuda de los tres países por riesgo de impago también se encuentra en niveles sin precedentes, una clara señal de que los inversores están huyendo ellos. "La situación se está deteriorando rápidamente, y no está claro quién está en condiciones de impedir que Grecia entre en una situación de impago", dice Edward Yardeni, presidente de Yardeni Research. "Eso crea un efecto contagio". El problema es que no se trata sólo de Grecia, que espera recibir ayuda internacional, sino de Portugal, España y otros países que deben emitir más deuda en breve. "España tiene que emitir deuda nueva, además de renovar la deuda existente", dice Jonathan Tepper de Variant Perception, un grupo de investigación con sede en Londres y conocida por sus puntos de vista pesimistas sobre España. "Así que dependen de la generosidad de los extranjeros." Países de todo el mundo venden bonos, que ayudan a cubrir los gastos de cosas como los servicios sociales o pagar a los funcionarios. En los países desarrollados, esta deuda se considera relativamente segura porque los gobiernos pueden aumentar los impuestos o tasas para pagar sus deudas. Pero los ingresos del gobierno se han reducido drásticamente durante la recesión, y la imposición de mayores impuestos aumenta el riesgo de desacelerar más la economía. Con unos déficit presupuestarios empeorando, los inversores están preocupados de que –como les ocurrió a los propietarios norteamericanos que pidieron prestado demasiado en la última década– algunos países puedan tener dificultades para pagar sus deudas (…) En cierta medida, la parálisis de Europa para hacer frente a la crisis griega está impulsando el malestar y poniendo de relieve las divisiones políticas dentro de Europa. Cada paso hacia un apoyo adicional a Grecia, parece ser demasiado poco y demasiado tarde. La última propuesta, un paquete de 45 mil millones de euros por parte de Europa y el FMI, ha hecho poco para calmar a los mercados, y la declaración de Alemania esta semana, que primero debe ver más claras las cuentas de la reducción del déficit de Grecia ante las preocupaciones por el cumplimiento de sus promesas, no ha hecho más que incrementar la percepción de que Europa no está unida detrás de Grecia. A medida que la Unión Europea y el FMI debaten las políticas para despedir funcionarios públicos de Grecia o persuadir a sus médicos para que paguen el impuesto sobre la renta, es cada vez más evidente que la comunidad internacional puede llegar a necesitar una suma mucho mayor para prestar apoyo no sólo a Grecia, sino también a Portugal y España. "La cantidad sería enorme", dice Piero Ghezzi, economista de Barclays Capital. "Noventa mil millones de euros para Grecia, 40 mil millones de euros para Portugal y 350.000 millones de euros para España; ahora estamos hablando de dinero real." El Sr. Rogoff dice que el FMI podría comprometerse hasta los 200 mil millones de dólares para ayudas a Grecia, Portugal y España, pero reconoce que esta suma por sí sola no sería suficiente. De hecho, los analistas de Goldman Sachs sugiere que Grecia necesitará otros 150.000 millones de euros durante un período de tres años. Lo que un número creciente de inversionistas sugieren es que realmente lo que se necesita es una medida de "conomoción y pavor", lo suficiente como para convencer a los mercados que las economías europeas periféricas no quebrarán. El martes, un vicepresidente del Banco Central Europeo dijo que la zona euro se enfrenta a su mayor desafío desde la aprobación del Tratado de Maastricht en 1997. Las medidas de austeridad en Grecia y Portugal ya están causando disturbios allí. Los trabajadores del transporte en ambos países protestaron el martes, dejando las estaciones de tren abandonadas debido a las huelgas. Standard & Poor’s dijo que el principal motivo de rebaja de la deuda de Grecia y Portugal es la perspectiva que obliga a adoptar paquetes de austeridad, lo que será un lastre aún mayor para el crecimiento económico. Este es el más vicioso de los círculos: las economías estancadas se ven obligados a recortar más, lo que reduce su capacidad de generar ingresos y así pagar sus deudas. Como miembros de la zona euro, estos países no tienen la capacidad de imprimir su propio dinero para estimular el crecimiento y las exportaciones, lo que aumenta la deuda y una perspectiva cada vez mayor de caer en la quiebra. A pesar de que están bajo la presión más inmediata, Grecia y Portugal son economías relativamente pequeñas. Teniendo en cuenta el tamaño de España, su crisis de deuda es visto por muchos como el gran problema que se avecina para los mercados mundiales. Superficialmente, su carga de deuda parece manejable. Su deuda en relación al PIB, la medida más amplia de su economía, es del 54 por ciento, en comparación con el 120% de Grecia y el 80% para Portugal. Pero lo que España tiene es el déficit gemelo más alto –una combinación de déficit presupuestario y el déficit cuenta por corriente– de cualquier país del mundo excepto Islandia, un reflejo de su grado de dependencia respecto a unos crecientemente volubles inversionistas extranjeros para su financiación. España tiene 225.000 millones de euros en deuda que vence este año, una cantidad que es aproximadamente del tamaño de la economía de Grecia. El número de inversionistas dispuestos a invertir en bonos de España y otros países europeos en dificultades está disminuyendo. Algunos grandes inversores en bonos, incluida Pimco [la mayor gestora de bonos de deuda pública del mundo], han dicho que no van a activar la compra de deuda europea. Dadas las pérdidas que los inversores europeos han tenido con los bonos griegos, españoles y portugueses en los últimos meses, parece dudoso que esos inversores puedan acudir a proporcionar el capital que estos países necesitan. Predecir dónde y cuándo se hará sentir la próxima onda de riesgo es una ciencia inexacta. Durante la crisis asiática de 1997, el default de la deuda rusa tomó al mundo por sorpresa. Algunos incluso temen que la próxima crisis de la deuda podría materializarse más cerca de casa, en el Reino Unido o incluso en los Estados Unidos, donde los déficit presupuestarios y la carga de la deuda están creciendo. Ambos países están emitiendo deuda a niveles razonables, del 4%. La financiación barata a largo plazo puede estar llegando a su fin, sin embargo, incluso para los países más solventes. THE NEW YORK TIMES. 28-4-2010 EEUU. The Wall Street Journal La crisis griega se propaga y desata una campaña para activar el plan de ayuda Marcus Walker y Stephen Fidler La crisis de deuda de Grecia se propagó a Portugal luego de que rebajas en la calificación a los dos países ahuyentaran a los inversionistas. El temor provocó una ola de ventas en los mercados de todo el mundo y echó por la borda las esperanzas de Europa de contener el descalabro. Grecia se convirtió en el primer miembro de la zona euro cuya deuda recibe una calificación de "chatarra" de parte de Standard & Poor’s. La decisión dificulta el financiamiento del país y probablemente perjudicará su recuperación. Portugal, que al igual que Grecia lucha para controlar su déficit fiscal, sufrió una rebaja de dos peldaños, aunque mantuvo su calificación de grado de inversión. La reacción de los mercados no se hizo esperar. El euro alcanzó su mínimo del año contra el dólar y cerró a US$1,3222 en Nueva York. El índice bursátil paneuropeo Stoxx Europe 600 cayó 3,1%. Los rendimientos de los bonos de Grecia y de algunos países de la zona euro se dispararon, una señal de inquietud en los mercados. La tasa del bono a 10 años de Alemania descendió a 2,99%, su primer declive por debajo de 3% en más de un año, impulsada por inversionistas que buscaban la seguridad de la deuda alemana. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense también bajaron. Las noticias de las rebajas llegan en un momento en que los inversionistas están nerviosos por indicios de que el paquete de ayuda para Grecia de 45.000 millones de euros (US$60.000 millones) organizado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se atrasará debido a las disputas políticas en Alemania. Se espera que el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, y el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se reúnan con legisladores alemanes hoy y los insten a actuar rápido sobre el plan de ayuda. La diplomacia de último minuto ilustra el fracaso de que los esfuerzos previos de la UE por calmar a los mercados con el anuncio de un rescate. Los líderes de la zona euro ahora analizan la posibilidad de convocar una cumbre en Bruselas el 10 de mayo para activar la asistencia para Grecia, según dijo un vocero del gobierno español a Reuters el martes. Una gran fuente de los temores que imperan en el mercado es la puja política en Alemania, que debe proveer unos 8.400 millones de los 30.000 millones de euros en préstamos prometidos por la UE. Una sólida mayoría de los ciudadanos alemanes se oponen al compromiso de la canciller Angela Merkel a contribuir al rescate de Grecia. Varios legisladores de la coalición de centro-derecha de Merkel, así como de los partidos de la oposición, también han criticado el plan de rescate. El debate político en Alemania sobre la ayuda a Grecia se ha intensificado en los últimos días debido a que el tema estalló en medio de la campaña para cruciales elecciones regionales que podrían afectar el equilibrio de poder en el parlamento nacional. Eso ha llevado a varios políticos alemanes a atacar al gobierno por su manejo de la crisis griega, pese a las críticas de los países de la UE que acusan a Alemania de generar inquietud en los mercados financieros. Se espera que, a la postre, Alemania contribuya al rescate de Grecia como han acordado los líderes de la UE, a pesar de las riñas políticas en Berlín, señalan los analistas. Los opositores socialdemócratas han acusado a Merkel de estar demasiado dispuesta a acudir al rescate de Grecia e incluso los políticos de la coalición de centro-derecha que apoya a la canciller han planteado quejas sobre el potencial costo para los contribuyentes alemanes. Una encuesta de opinión publicada el martes mostró que 57% de los alemanes se opone al paquete de ayuda, mientras que sólo 33% respalda el compromiso de Berlín a contribuir al rescate. Merkel ha intentado apaciguar a los opositores del rescate diciendo que Grecia tendrá que comprometerse a hacer recortes fiscales adicionales en lo próximos años a cambio de la asistencia. El parlamento alemán deberá aprobar el plan de ayuda una vez que se hayan negociado sus términos finales. Alemania ha invitado a Trichet y Strauss-Kahn a visitar Berlín el miércoles para informar a los legisladores alemanes sobre el paquete de ayuda. La medida forma parte de sus esfuerzos para convencer al parlamento de que la ayuda es necesaria para proteger la estabilidad de la moneda común europea. Pese a sus objeciones, no se espera que los legisladores en Berlín descarrilen el rescate. Las negociaciones entre Grecia, la UE y el FMI concluirían el 2 de mayo, lo que permitiría a los líderes del bloque y del Fondo votar sobre el plan el 10 de mayo, según una nota del gobierno alemán dirigida a su parlamento. El cronograma permitiría que Grecia reciba los préstamos antes del 19 de mayo, cuando tiene grandes vencimientos de deuda. THE WALL STREET JOURNAL. 28-4-2010