José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, después de mantener una reunión en la Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero, ha declarado con total seguridad que Andalucía será «la comunidad autónoma que recibirá más inversión del Estado en los próximos años». Y lo aseverado con los argumentos de la mentalidad creyente del burócrata crónico hacia el escalafón superior en una suerte de aparente escalera sin fin. Griñán ha añadido «así me lo ha dicho el presidente del Gobierno y así ha de ser». Esta promesa del presidente del Gobierno implicaría que Andalucía recibirá más inversión en infraestructuras que Cataluña, aunque en 2008 la Generalitat ha conseguido ser la más beneficiada de todas las comunidades, gracias al Estatut. Zapatero sigue haciendo promesas con nuestro dinero. Sigue repartiendo.
Es muy grave que el Gobierno de Esaña siga persistiendo en ceder más y más dinero público. Es muy grave que siga repartiendo el presupuesto nacional ante las exigencias de las burguesías burocráticas regionales. Porque de eso se trata. De eso estamos hablando. No importa que la crisis cada vez se agudice más. Que haya un aumento imparable de trabajadores en paro. Que los autónomos no puedan seguir con su actividad. Que cierren pequeñas y medianas empresas asfixiadas por falta de liquidez. Las castas político-burocráticas siguen exigiendo más dinero público para alimentarse y alimentar a sus redes clientelares, sus burocracias, su entramado de corrupción generalizada… Y Zapatero sigue repartiendo.Para ello, además de expoliar el presupuesto estatal, están dispuestos a endeudarse aún más allá de los límites racionales. De hecho, Griñán ha llegado a justificarlo porque el grado actual de endeudamiento de Andalucía, al ser la mitad del peligrosísimo nivel que ha alcanzado en otras comunidades, Andalucía podría endeudarse más para combatir el déficit público. Por cierto, ha desaparecido cualquier “brote verde” de solidaridad interterritorial.Eso sí, Griñán, el presidente andaluz se acuerda, en determinado momento, de sus “súbditos”, de los ciudadanos de a pie. Se acuerda sencillamente para usarlos como argumento para sus exigencias desmedidas. Andalucía será la que más reciba, ha dicho, porque es “la más poblada y será la que tenga más recursos”. Y como si estuviera jugando una partida de póker ha sacado su carta “el 17,8% de españoles viven en esta comunidad”. Expresando claramente que su carta vale más que la del bilingüismo, que la dispersión de la población y las condiciones orográficas. Y reconociendo involuntariamente mediante un chiste, “yo también tengo mucha montaña”, que todos los representantes políticos de las castas burocráticas están jugando con cartas marcadas, con triunfos falsos, incluido él mismo. Realmente Zapatero no merece llamarse presidente del Gobierno de España. Sino el repartidor del erario público de los ciudadanos españoles de a pie. A repartir entre la oligarquía financiera y las burguesías burocráticas regionales