Tras 15 meses de ofensiva genocida y 46.700 muertos

Por fin, el alto el fuego en Gaza

Estallando de alegría -mezclada con dolor- la martirizada población de Gaza recibe con alivio el anuncio. También los familiares de los rehenes de Hamás. El frágil acuerdo preveé la retirada de tropas en tres fases.

Alegría y alivio son las palabras del día. Esperanza en que se abra un futuro para la paz, en que los civiles inocentes dejarán de morir por miles cada semana, en que se ponga fin al genocidio más cruento de la historia reciente.

El mundo recibe con alivio la buena noticia del alto el fuego en la Franja de Gaza. Una alegría que sólo puede ser agridulce, o dulce y amarga, como quieran. Porque se produce tras quince meses de genocidio, de crímenes de guerra diarios, de 46.700 muertos constatados y más de 100.000 desaparecidos, y de una cantidad indescriptible de dolor para la población civil gazatí.

Niños de Gaza estallando de júblio

Y sin embargo, miren las caras de los martirizados habitantes de Gaza. Niños estallando, esta vez de alegría, de júbilo infinito. Brazos apuntando al cielo, no para señalar misiles, sino para alzar los dedos con la V de victoria. Alivio al saber que tendrán un respiro, esperanza en que tienen un mañana, y que después de todo Gaza ha resistido. Es un mar de ruinas pero sigue siendo Gaza, y no un solar para futuras colonias israelíes.

Los gazatíes celebran el alto el fuego

«El alto el fuego no devolverá las vidas de los más de 46.707 asesinados en Gaza, pero aliviará el terror con el que conviven los supervivientes desde hace ya 15 meses», dice la cuenta en X de la UNRWA. «Alivio infinito y alegría por la martirizada población de Gaza, por los rehenes israelíes y palestinos, por sus familias y por la gente decente del mundo. Rabia y desprecio por los dirigentes y lobbies genocidas y por todos los que miraron para otro lado», escribe Haizam Amirah-Fernández, especialista en el mundo árabe.

Es difícil -o imposible- no ver las imágenes de júbilo que llegan de Gaza y no romper a llorar de pura emoción. Ahora quisiéramos abrazarlos a todos, como hemos querido abrazarlos durante los interminables 467 días que ha durado su martirio, durante las 11.208 horas que llevan soportando los ataques genocidas de sus verdugos sionistas.

Manifestación ayer de los familiares de los rehenes de Hamás, en Tel Aviv

Igualmente inmensa es la alegría y el alivio de los familiares del centenar de rehenes israelíes qye Hamás tiene aún en su poder, que cuentan ya las horas para poder volver a ver a sus seres queridos. Familias que, desesperadas, han visto en estos quince meses como el furor belicista de Netanyahu significaba una condena a muerte de los secuestrados. Familias que han estado a la cabeza de la exigencia de parar el genocidio y de llegar a un acuerdo de paz que significara la vida de sus hijos, de sus padres o hermanos

Alegría de los familiares de los secuestrados israelíes

Pero es igualmente imposible desligar esa alegría de la tristeza y de la rabia. El acuerdo entrará en vigor el domingo 19, pero mientras tanto -con la ya tregua firmada- Israel sigue aprovechando la madrugada para seguir asesinando, masacrando esta madrugada a 51 palestinos en varios ataques contra la ciudad de Gaza, contra el campamento de Nuseirat y contra viviendas en la sureña Jan Yunis.

Es igualmente amargo saber que este acuerdo podría haber llegado hace meses, ahorrando una cantidad irremediable de muerte y dolor. «Basta con leer texto completo del alto el fuego. Es literalmente el mismo que el de 27 mayo de 2024, palabra por palabra, con seis cambios no sustanciales en el apéndice adjunto», dice el fotoperiodista y Pulitzer español Javier Bauluz.

El acuerdo, tantas veces bloqueado por Netanyahu, ha sido firmado pocos días antes de que Donald Trump retorne a la Casa Blanca.

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El esperado acuerdo

El acuerdo -firmado por mediación de Qatar, Egipto y EEUU- entre Israel y Hamás abre paso a un muy frágil y precario proceso para poner fin a la masacre en Gaza

El texto del acuerdo contempla tres fases, con una alto el fuego que entrará en vigor el domingo 19 de enero: