¿Por qué se ha llegado hasta aquí? ¿A quién le interesan nuevas elecciones?
Después del resultado del 28A -una avalancha de votos que dio un giro de izquierdas y abrió una más que brillante posibilidad a un gobierno progresista- tanto socialistas como morados han ido cerrándose puertas a la investidura, hasta el punto en el que estamos: al borde de una repetición electoral que será una «ruleta rusa» para la mayoría social progresista.
Tras los resultados de las generales, y la fallida investidura de Pedro Sánchez en julio, la batalla por la formación del gobierno de España ha estado ocupando el centro de la política nacional. Pero frente a centrar toda nuestra atención exclusivamente en las ambiciones, diferencias y disputas de PSOE y Unidas Podemos, o en las filias o los vetos de sus líderes lo que está determinado el curso de esta batalla es la la disputa entre los intereses y las exigencias del hegemonismo y los diferentes sectores de la oligarquía española, por un lado, y los intereses de las clases populares por otro.
En la batalla por la Moncloa no está en juego un simple reparto de asientos, sino qué tipo de gobierno, y por lo tanto qué tipo de políticas van a aplicarse en los próximos cuatro años en España, la decimocuarta economía mundial y la cuarta de la zona euro. Hay intereses muy poderosos que han estado actuando para frustrar la formación de un gobierno PSOE-UP en sus distintas formas (gobierno de coalición, gobierno a la portuguesa…).
Los centros de poder mundial -EEUU y las potencias europeas- y la oligarquía del Ibex 35 necesitan un gobierno a través del cual pueda seguir ejecutándose un proyecto de saqueo y degradación que lejos de haber sido culminado, necesita ir mucho más allá.
Esta razón, que es estructural, está agravada por dos importantes turbulencias. El escenario de un Brexit duro que va a tener importantes consecuencias sobre Europa y la economía española, y el ya evidente advenimiento de una nueva nueva recesión -especialmente aguda en Europa- va a crear un nuevo «reparto de pérdidas» en la cadena imperialista especialmente contra los países del sur de Europa, una nueva epoca de ajustes, recortes y ataques contra las clases populares.
En estas condiciones, forzar una nueva situación a la creada con el «giro a la izquierda» tras el 28A, y minimizar, eliminar o excluir la influencia de la mayoría social de progreso en el nuevo gobierno es el objetivo central de todas las propuestas de los grandes centros de poder nacionales e internacionales. Un objetivo que pasa por excluir cualquier posibilidad de un gobierno de progreso en sus diferentes formas que haga concesiones a las exigencias de las clases populares.
Por eso, no pocos representantes de las clases dominantes, como John de Zulueta, presidente del Círculo de Empresarios, apuestan por nuevas elecciones «para dar una oportunidad a gobiernos moderados», evitando uno «del PSOE con la ultraizquierda”. Buscan una nueva composición parlamentaria que permita, bien un gobierno de Sánchez con una inluencia lo más atenuada posible del “viento popular”; o bien un escenario convulso donde sea posible alguna forma de gobierno de Gran Coalición PSOE-PP o PSOE-Ciudadanos.