Las pensiones en la diana

Pensiones: la reforma silenciosa

Bajo la propuesta de la “reforma silenciosa” se oculta un proceso de privatización encubierta del Sistema Público de Pensiones

Dice la ministra de Seguridad Social española, Elma Saíz, que las pensiones públicas no están en peligro. Pero lo cierto es que las exigencias de Trump para destinar el 5% de los aliados europeos al rearme, y el cuestionamiento del Estado de Bienestar y anuncio de recortes draconianos en varios países europeos, como Francia, Alemania, el Reino Unido o la propia Unión Europea con el reorte de la Política Agraria Común.., nos advierte de todo lo contrario.

Una peligrosa “reforma silenciosa” de las pensiones se pretende poner en marcha desde la propia UE.

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En un artículo anterior de nuestras publicaciones advertíamos de la posición de destacados economistas que hacían referencia a la “insostenibilidad” del Sistema Público de Pensiones, proponiendo alargar la edad de jubilación o directamente recortarlas.

Ahora un nuevo informe hecho público de los llamados “inversores institucionales europeos”, es decir, las compañías de seguros y los gestores de los fondos de pensiones, proponen lo que llaman la “reforma silenciosa”, porque se haría con modificaciones ‘graduales y poco visibles’, nos las meterían casi sin darnos cuenta, iniciando un proceso silencioso de privatización encubierta del Sistema Público de Pensiones, detrayendo recursos del sistema público y convirtiéndolo paso a paso en un sistema asistencial de supervivencia y empobrecimiento.

Un ataque en toda regla a uno de los pilares fundamentales del Estado de Bienestar.

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¿Qué proponen?

1) Cambiar el modelo. Según los autores del informe, Europa se encuentra ante una paradoja. Por un lado, se enfrenta a enormes necesidades de inversión y por otro el ahorro de las familias se mantiene en cuentas con poco rendimiento y en los sistemas de pensiones de reparto, como el de España, las cotizaciones van directamente a pagar las pensiones de los pensionistas actuales. Esta es la cadena que según esos ‘inversores institucionales’ quieren romper: que las pensiones se privaticen, cambiando el sistema de reparto por un sistema de capitalización, privatizando las pensiones e integrando el dinero de las pensiones en el mercado de capitales

2) Introducir la afiliación automática -obligatoria- de los trabajadores a los planes de capitalización privados (los llamados también planes de empleo). Lo que según el informe garantiza la inercia de permanencia de los trabajadores. Lo que supondría una brutal saca de recursos del Sistema Público e Pensiones, iniciando así la liquidación del sistema público como pilar del Estado de Bienestar.

3) Garantizar la inversión de las aportaciones de trabajadores y empresas por defecto. Que los autores del informe presentan bajo la bandera de las necesidades de financiación de la transición ecológica , la mejora de infraestructuras y el apoyo a la innovación, pero que anadie escapa que las autenticas urgencias de financiación de la Unión Europea están fijadas en cumplir las exigencias de rearme, esos entre 800.000 millones de euros y 1 billón que exige cumplir con la inversión del 5% del PIB en el rearme que demanda Trump.

4) Que la Unión Europea se implique directamente en la afiliación automática. Los autores reconocen que las competencias sobre el modelo de pensiones que aplica cada país dependen de los gobiernos nacionales, pero proponen que desde Bruselas se comprometan a centrarse en que se aplique la autoafiliación a los sistemas de capitalización como el “modelo más eficiente”.

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Blindar las pensiones en la Constitución.

La lucha por Blindar las Pensiones en la Constitución, para que ni se recorten ni privaticen, como propone la MERP, es cada vez más la batalla central por la defensa del Estado de Bienestar. Defender el Sistema Público de Pensiones de reparto, como pilar estructural clave del Estado Social, es defender la solidaridad intergeneracional y la mejor garantía para la revalorización de las pensiones y garantizar regularmente su cobro y poder adquisitivo.

Frente a los nuevos vientos que soplan la cultura de la fuerza del gran capital para imponer sus condiciones.