Rajoy ofrece la cabeza del presidente murciano para evitar la posibilidad de un gobierno de progreso
Lo previsible ha sucedido. Pedro Antonio Sánchez ha presentado su dimisión como presidente de Murcia. A pesar de toda la propaganda por “mantener al presidente hasta el final”, Rajoy no podía consentir que un barón territorial pusiera en peligro la estabilidad del gobierno en Madrid.
La cabeza de Pedro Antonio Sánchez ha sido entregada un día antes de la celebración de la moción de censura, que el PP iba a perder con toda seguridad. Y un día después de que el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, exhortara al Tribunal Supremo de Murcia a imputar a Pedro Antonio Sánchez por tres delitos relacionados con la corrupció del “caso Auditorio”.
Previsiblemente, el PP va a proponer otro candidato, cumpliendo así las exigencias de Ciudadanos.
Quien ha sintetizado las razones de la dimisión ha sido el propio Pedro Antonio Sánchez: “dimito para evitar el peligro de un gobierno tripartito”.
La posibilidad de un gobierno de progreso, basado en un acuerdo entre PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, se ha puesto encima de la mesa. A ello han contribuido decisivamente los manifiestos impulsados por Recortes Cero en los principales medios murcianos.
Si se hubiera celebrado la moción de censura, las posibilidades de ese gobierno de progreso, y la exigencia de un acuerdo entre las tres fuerzas por parte de la sociedad murciana, habrían crecido.
Era necesario evitarlo. Porque si triunfaba en Murcia, podría hacerlo también en Madrid.
Mantener a un gobierno del PP en minoría es prioritario para el hegemonismo norteamericano, para la UE de Merkel y para la oligarquía española. Frente a la permanente amenaza de que la mayoría progresista -mayoría tanto en la calle como en el parlamento- pueda traducirse en una alternativa de gobierno.
Pase lo que pase en Murcia a partir de ahora, la crisis en la región ha supuesto un nuevo avance en la exigencia de un gobierno de progreso.
Ha quedado evidenciado el carácter del PP, virulentamente enfrentado a cualquier aspiración de regeneración democrática, cuanto más a los deseos de acabar con los recortes. Se ha demostrado que, por encima de las muchas diferencias entre ellos, desde PSOE y Unidos Podemos hasta Ciudadanos, existen coincidencias entre las fuerzas que han recogido los votos que exigen un cambio frente a las políticas del PP.
Ahora más que nunca es necesario exigir con más fuerza la necesidad de un gobierno de progreso, que de verdad represente a la mayoría social. ¿Es que con otro candidato van a cambiar las políticas del PP en Murcia? ¿Y por qué no trasladar ese acuerdo a un parlamento español donde el PP, conviene recordarlo, está en minoría?