El gobierno israelí celebra la victoria de Trump

Patente de corso para Netanyahu

La victoria de Trump en EEUU dota al gobierno de Netanyahu -el más fanático, belicista y ultrasionista de la historia de Israel- de una nueva patente de corso para llevar adelante nuevos crímenes y agresiones contra Palestina, Líbano y los países del entorno.

Si durante todo un año -a pesar de alguna desavenencia- Isarel ha recibido el pleno respaldo -político, diplomático y militar, con 18.000 millones en armamento- de la administración Biden para perpetrar el genocidio en Gaza, la invasión de Líbano o la escalada bélica en Oriente Medio, ahora ese apoyo puede multiplicarse con el retorno de Trump a la Casa Blanca.

El gobierno Netanyahu -el más fanático y ultrasionista de la historia del país- lo sabe, y por eso ministros como Bezalel Smotrich o Itamar Ben Gvir, representantes del ala más feroz de los colonos, llaman directamente a «aprovechar la oportunidad» y llevar adelante la anexión de Cisjordania y la expulsión de todos los árabes de Israel. Al mismo tiempo, Netanyahu ha despedido a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, más próximo a la administración Biden y el único que cuestionaba alguna de sus acciones, y lo ha sustituido por el hasta ahora ministro de Exteriores, Israel Katz, muy leal a él.

Se configura así un gabinete aún más belicista, en torno a un Netanyahu dotado de una nueva patente de corso para llevar adelante nuevos crímenes y agresiones contra Palestina, Líbano y los países del entorno.

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La ONU documenta al menos 24 ataques israelíes con fósforo blanco en Gaza

Gaza: fósforo blanco contra la población civil

Israel ha hecho uso de fósforo blanco, un químico incendiario capaz de causar «horribles y dolorosas heridas», en al menos 24 ocasiones en el actual conflicto de Gaza, según denuncia un informe publicado este viernes por la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, que vuelve a acumular pruebas de que el gobierno de Netanyahu y el ejército bajo sus órdenes están cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad, con toda impunidad, delante de la comunidad internacional, en la actual guerra genocida que lleva un año descargando sobre la Franja de Gaza, y que ha dejado más de 43.000 muertos, el 70% de ellos mujeres y niños, además de más de 100.000 heridos.

Ataque israelí con fósforo blanco sobre una escuela de la ONU en Beit Lahia (Gaza), durante la Operación Plomo Fundido de 2009. Un nuevo informe de la ONU documenta al menos 24 ataques con esta arma prohibida en la actual ofensiva

El fósforo blanco arde de manera instantánea cuando entra en contacto con el oxígeno, y es muy difícil de extinguir, además de ser propenso a adherirse a la piel y la ropa, causando quemaduras «profundas y graves, al penetrar incluso a través de los huesos».

Por ello, su uso como como arma de guerra incendiaria contra la población civil está explícitamente prohibida en la legislación internacional, así como atacar con fósforo blanco «cualquier objetivo militar ubicado dentro de una concentración de personas civiles».

El informe de la ONU, de 32 páginas, se centra principalmente en los seis primeros meses del genocidio, y documenta detalladamente cómo Israel ha usado repetidamente este arma incendiaria al menos en seis ocasiones en la capital de Gaza, nueve en el centro de la Franja y tres en Jan Yunis, algunos de ellos en campos de refugiados. El texto verifica «un incidente el 25 de diciembre en el que un bebé resultó quemado por fósforo blanco en una escuela en el campo de Al Bureij».

Israel perpetra los más horrendos crímenes de guerra, todos los días, delante de los ojos del mundo.

La oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk respalda las denuncias que vienen haciendo ONGs como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW), que ya habían señalado a Israel por utilizar fósforo blanco en Gaza, y se une al llamado Informe Goldstone elaborado por una misión de investigación de la ONU en 2009, que también acusó entonces a Israel de utilizar fósforo blanco como arma de guerra contra civiles.

El informe también ha verificado 8.119 asesinatos de civiles en Gaza por parte de las fuerzas israelíes, entre ellos los de 3.588 niños, en ataques contra edificios residenciales.

No sólo es en Gaza. Ya en febrero de este año, Antoine Kallab, director asociado del Centro de Conservación de la Naturaleza de la Universidad Americana de Beirut y uno de los mayores especialistas en el uso de esta munición, aseguraba a RTVE que el Ejército de Israel estaba atacando el sur del Líbano con fósforo blanco. Unas evidencias que se han vuelto a repetir ahora que la invasión del país del cedro cumple ya su quinta semana.

Israel perpetra los más horrendos crímenes de guerra, todos los días, delante de los ojos del mundo.

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En el marco de una feroz ofensiva en el norte de Gaza

Israel bombardea un hospital (por enésima vez)

Momento del bombardeo sobre el hospital

Mientras el norte de Gaza afronta su peor ofensiva militar desde el inicio de la guerra -sólo en un mes, en esta zona de la Franja ya han muerto unos 1.400 gazatíes- Israel ha lanzado varios bombardeos contra el hospital Kamal Adwan, en la localidad de Beit Lahia, ya muy dañado tras un año de guerra, provocando 137 muertos en el centro sanitario y sus inmediaciones.

En las imágenes, que se han hecho virales, se escuchan atronadoras explosiones que destrozan los tanques de agua del centro, aterrorizando a los civiles heridos y al staff médico que sacan en brazos a los niños enfermos de sus camillas.

El hospital ha sido asediado durante dos semanas, tiroteando los francotiradores israelíes el acceso de ambulancias o de personal médico especializado, y poniendo en peligro la vida de los 120 pacientes del centro, casi todos a la espera de “cirugías urgentes”.

A pesar de la extrema violencia de los bombardeos israelíes sobre el norte de la Franja, que buscan de manera indisimulada forzar el éxodo de la población hacia el sur de Gaza, los servicios de emergencia gazatíes denuncian que aún más de 100.000 personas se encuentran en este área, de las cuales cerca del 60% son mujeres y niños.

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La invasión israelí suma ya más de 3.100 muertos

Líbano: los bombardeos se extienden

Bombardeo de la ciudad de Tiro, en Líbano

Cuando la invasión de Líbano cumple su quinta semana, los bombardeos sobre sus ciudades no cesan. Israel lanza duros ataques aéreos contra su capital, Beirut, así como contra la ciudad costera de Tiro, de 5000 años de antigüedad y declarada patrimonio de la humanidad. Las autoridades libanesas elevan a más de 3.100 las víctimas mortales en el país a manos de las fuerzas invasoras.

Desde hace semanas, los ataques aéreos de Israel ya se dirigen contra todos los barrios de Beirut, no sólo contra los suburbios del sur de la capital considerados «feudos» de Hezbolá. En la mañana del 7 de noviembre, una fuerte explosión sacudía el barrio cristiano de Acharafiyeh, en Beirut, matando a tres personas. Otras cuatro explosiones cerca del aeropuerto internacional Rafic Hariri, desataban un incendio en una gasolinera, provocando que las llamas se extendieran por el vecindario.

Mientras, los combates en el sur de Líbano se recrudecen. Los ataques no sólo se dirigen contra los milicianos de Hezbolá o contra la población civil, sino hasta contra los cascos azules de la ONU. El Ministerio de Exteriores libanés ha calificado de “crimen de guerra” el ataque de Israel contra un acceso de la localidad sureña de Sidón, que ha matado a tres civiles y ha herido a cinco miembros de los cascos azules de la ONU en Líbano, además de a tres soldados del ejército libanés.