Cuando Pablo empezó el colegio se negaron a comprarle una silla adaptada con la que poder estar a la misma altura que sus compañeros. «Improcedente», fue la respuesta de la Xunta. Costaba dos mil euros y era muy cara para la Administración.
“Cuando vi en televisión que las nuevas sillas encargadas or el Gobierno costaba cada una más de dos mil euros pensé, ‘claro, para Pablo era muy cara’” dice irónicamente la madre de Pablo.Las lujosas sillas tapizadas en piel de la exclusiva marca nórdica Fritz Hansen, han costado 2.269 euros cada una.¿La comodidad y lujo en las nalgas de Touriño valen más que la necesidad de un niño con parálisis cerebral?Sí, por supuesto.¡No tienen vergüenza!Cuatro millones de euros gastó Touriño en modernizar la sala de juntas.Cada año 54 niños sufren parálisis cerebral en Galicia, la enfermedad que mayor grado de discapacidad provoca no sólo a nivel motor, sino también intelectual.Que la Xunta devuelva el dinero y de a cada niño con parálisis cerebral una silla para poder asistir al colegio.