Si un marido asesina a su mujer y huye es un criminal. Pero para Otegi si es miembro de ETA se convierte en «deportado» o «refugiado».
Mi sorpresa fue mayor cuando escuché al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, decir que se alegró de que Otegi saliera de la cárcel, porque según él “hay que reconocer que sin personas como él no habría paz”.
No voy a caer en la trampa de algunos grandes medios que nos dice que Pablo Iglesias “justifica el terrorismo”. Sé que eso no es así.
Pero se también, porque he vivido en Bilbao desde hace treinta años, quienes han sido los “hombres de paz”, los que han hecho posible que hoy podamos vislumbrar por fin la disolución de ETA.
Y no han sido precisamente gentes como Otegi. Sino los antifascistas vascos que se atrevieron a denunciar el terror de ETA o los totalitarios planes de los Arzallus e Ibarretxe.
Estuve en buena parte de las manifestaciones organizadas por Basta Ya. Y Otegi fue de los que nos señaló, como “enemigos del pueblo vasco”. Y ya sabemos lo que eso suponía.
No deberíamos de olvidar quien es Otegi y qué ha defendido. Porque lo sigue defendiendo hoy. Cuando todavía se niega a condenar el terrorismo alegando que “es cosa del pasado”. ¿Aceptaríamos que un franquista se negara a condenar el franquismo diciendo que “es algo ya pasado?