Los hechos demuestran que la mayoría progresista, tanto dentro como fuera de Podemos, es diversa y no acepta someterse a la hegemonía de un único centro o pensamiento.
La propuesta defendida por el secretario general, Pablo Iglesias, sobre las reglas para la votación en la Asamblea ciudadana Vistalegre II, ha triunfado en la votación entre los inscritos de Podemos. Pero por un margen mucho menor que el esperado. Apenas 2.400 votos más que la defendida por el secretario político, Iñigo Errejón. Más allá de las lógicas discusiones internas en cualquier organización viva, los resultados de esta votación nos hablan de un movimiento popular que solo puede ser diverso y plural.
En la votación estaba en juego las reglas del juego para la segunda Asamblea Ciudadana de Podemos, conocida como Vistalegre II.
Si se votaba de forma conjunta los documentos político y organizativos y las listas a la dirección, como proponía Pablo Iglesias, o se votaban primero los documentos y luego la composición de la dirección, como defendía Iñigo Errejón.
En total votaron 99.162 personas, lo que supone casi un 23% del censo, y algo más del 39% de los inscritos activos en Podemos.
Todo parecía abocar a un holgado triunfo de las tesis defendidas por Pablo Iglesias, junto a buena parte de la actual dirección de Podemos. Pero el resultado ha sido mucho más ajustado. La candidatura apoyada por el actual secretario general obtuvo el 41,57% de los votos (40.830 sufragios), mientras la encabezada por el portavoz parlamentario, Iñigo Errejón, se hizo con el 39,12%, 38.410 en números totales.
¿Qué conclusiones sacamos de estos resultados? ¿Afectan solo a los inscritos de Podemos, o nos hablan de cuestiones que interesan al conjunto de la mayoría social progresista?
No hay “un Podemos dividido”, como algunos medios se han apresurado a afirmar. Hay diferentes posiciones, y un ajustado resultado que no permite excluir a ninguna ni que una de ellas tenga una hegemonía absoluta.
Esta es una característica del movimiento popular que ha crecido en España. Y que se refleja también dentro de Podemos.
Los inscritos de Podemos han expresado esa diversidad, y dejado claro que no puede someterse a la hegemonía de una sola corriente o pensamiento. Exigiendo acuerdos donde se reconozcan las diferentes sensibilidades, sin exclusiones.
Esto ocurre también en el conjunto del movimiento popular, mucho más amplio que Podemos. En su seno hay muchas sensibilidades, posiciones, organizaciones… Querer someterlo a la hegemonía de un único centro es debilitarlo, y provoca un lógico rechazo. Por el contrario, es posible una unidad, desde el respeto a la autonomía y las posiciones diversas, que sume y multiplique.
Esto es lo que la mayoría social progresista, dentro y fuera de Podemos, reclama. Y así se manifiesa siempre que tiene oportunidad de hacerlo.