Apoyo a las movilizaciones, exigencias a los sindicatos

Nos jugamos mucho

Por eso, porque nos jugamos mucho, es ineludible exigir a las direcciones de los sindicatos que estén, como hizo Nicolás Redondo frente a los recortes de González, a la altura de las circunstancias.

Tras seis años desaparecidos de la escena polí­tica, los sindicatos han convocado movilizaciones en todas las capitales españolas. Nunca es tarde si la dicha es buena. Y debemos felicitarnos por ello. Hay que aprovechar las manifestaciones del 23-F para levantar un amplio movimiento que enfrente los programas de ajuste que quiere imponernos la gran banca y el gobierno de Zapatero.

Si fuera or los afiliados de CCOO y UGT, luchadores en el tajo sindical, estas movilizaciones habrían comenzado mucho antes, desde el preciso momento en que la crisis golpeaba a los trabajadores mientras los bancos seguían exhibiendo escandalosas cuentas de beneficios.Pero, ahora que los planes de ajuste anuncian recortes sociales en cascada, es imprescindible que estas movilizaciones sean un éxito. Nos jugamos mucho. El gran capital europeo y la gran banca española están firmemente empeñados en hacernos pagar la factura de la crisis. Y el gobierno de Zapatero se apresura a encadenar un ataque tras otro a los trabajadores. Se ha atrevido incluso a tocar la jubilación a los 65 años. Ni siquiera Franco llegó tan lejos.Por eso, porque nos jugamos mucho, es ineludible exigir a las direcciones de los sindicatos que estén, como hizo Nicolás Redondo frente a los recortes de González, a la altura de las circunstancias.En primer lugar, no confundiendo quienes son los enemigos. En la manifestación del 12-D, Totxo y Méndez se empeñaron en que nos movilizáramos contra la CEOE y los abusos de Díaz Ferrán, cuando todos sabemos que son los grandes bancos los principales vampiros.Hay que señalar a la gran banca como los responsables de la crisis, y los impulsores de los recortes para mantener sus beneficios a costa de nuestras vidas.En segundo lugar, no es admisible ninguna conciliación con la política del gobierno de Zapatero, hecha a la medida de los intereses de la gran banca.No se puede llamar a Zapatero a “recapacitar” o tildarlo de “inconsecuente” por defender una política de izquierdas y aplicar recortes de derechas.El programa de Zapatero es el programa de Botín. Cada vez está más claro para todo el mundo. No caben medias tintas.Y, en tercer lugar, se debe llevar la movilización hasta el final, y no intentar “reconducirla” para llevarla a una mesa de negociación donde se firme un acuerdo a la baja.La convocatoria de los sindicatos se reduce únicamente a denunciar la ampliación de la edad de jubilación, el aspecto más escandaloso y anti popular de los recortes. Pero calla ante los recortes de las pensiones, la subida de impuestos a las clases populares -mientras las grandes fortunas mantienen sus privilegios fiscales- o la anunciada reforma laboral.Esto no es un pulso donde las cúpulas sindicales intenten aprovechar la debilidad de Zapatero para conseguir más prebendas como aparato.Esto es una batalla donde nos jugamos nuestro futuro. En estos momentos se decide su pueden aplicar unos recortes que nos empobrecerían al menos un 30% durante al menos una década.Es mucho lo que nos jugamos. Y debe levantarse una presión popular, sobre todo desde las bases de los sindicatos, para que esta movilización se lleve consecuentemente hasta el final, asegurando su éxito.Porque no nos olvidemos. Es mucho lo que nos jugamos.