La excusa de "desnazificar Ucrania"

No me digas que en Ucrania hay un gobierno nazi

Como toda propaganda de guerra, la carnada de la "desnazificación de Ucrania" es un cebo para que nos traguemos un afilado anzuelo: la justificación de una invasión imperialista.

Putin nos asegura que trata de «evitar un genocidio» contra la población rusoparlante, y que las tropas rusas van a liberar al pueblo ucraniano de un «gobierno nazi». No es una hipérbole, está en la hemeroteca.

Y como un corifeo, toda una orquesta de perfiles en las redes sociales nos repiten que en Ucrania hay nazis. Nos hablan del Batallón Azov, de los adoradores de Stepan Bandera (el líder de los colaboracionistas ucranios con Hitler en la II Guerra Mundial), y de los crímenes del ejército ucraniano en el Donbás.

Como toda propaganda de guerra, todo esto contiene una parte de verdad. Y como toda propaganda de guerra, esa carnada es un cebo para que nos traguemos un afilado anzuelo: la justificación de una invasión imperialista.

Primero. No es cierto que en Ucrania haya un gobierno nazi, ni fascista, ni de extrema derecha. Por muy pronorteamericano que sea, Volodimir Zelenski difícilmente podría ser un seguidor de Stepan Bandera por su origen -es judío y viene de las regiones rusófonas de Ucrania- pero tampoco lo es en su discurso, ni en su ideario, ni en sus acciones.

Es cierto, existe un partido neonazi en Ucrania. Se llama Svovoda, tuvo un papel destacado en los hechos violentos del Euromaidán y en el derrocamiento de Yanukóvich, y varios de sus líderes pasaron a integrar el gobierno prooccidental posterior. Pero ahora Svovoda está en la oposición, tiene unos 15.000 afiliados, un 2% de los votos y un solo diputado.

También existen los temidos batallones neonazis Azov, Aydar y Tornado, integrados en las fuerzas armadas de Ucrania, y han cometido graves atrocidades en la guerra civil del Donbás desde 2014. Tienen unos 1.000 miembros cada uno. Incluso asumiendo que sus filas se hayan multiplicado por efecto de la propaganda contra el invasor ruso. ¿Qué son unos miles de neonazis… en relación a 44 millones de ucranianos?

La Rusia de Putin habla de «desnazificar Ucrania», pero Moscú utiliza como tropas de choque a los mercenarios rusos de Wagner, con tatuajes de las Waffen SS. Y los ‘siloviki’ de Putin, el círculo de hierro del nuevo zar del Kremlin, vienen todos de la misma escuela: la KGB, el aparato más negro y tenebroso de todo el régimen socialfascista soviético. Y siguen aplicando sus métodos fascistas contra la oposición. En Rusia te detienen por escribir o pronunciar la palabra «guerra», cuando no te envenenan con polonio.

En Ucrania hay miles de neonazis, como en España, en Alemania o en Francia. Pero también hay miles de antifascistas entre las tropas ucranianas. Milicias anarquistas como Rev Dia (Acción Revolucionaria, en castellano), Black Flag y Black Headquarter, la respuesta libertaria a la ocupación. Cuando las cámaras de algún medio español son identificadas por los resistentes de Kiev, muchos levantan el puño y pronuncian una de las pocas cosas que saben decir en castellano -«¡NO PASARÁN!»- lo mismo que otros cantan el «Bella Ciao» o «A las barricadas».

Pero todo esto no lo mencionarán aquellos que, desde una izquierda prostituida, colaboran abierta o vergonzantemente con la invasión imperialista de Putin.