"La historia no tan secreta del apoyo de Netanyahu a Hamás" (+972 Magazine)

«Netanyahu quiere la guerra interminable, y Hamás es una herramienta»

"Netanyahu ha saboteado cualquier intento, ya sea militar o diplomático, de poner fin al régimen de Hamás en Gaza", afirma Adam Raz, historiador israelí y activista propalestino.

Reproducimos un extracto de la larga entrevista que Ghousoon Bisharat, editora en jefe de +972 Magazine, una de las publicaciones de referencia de la izquierda pacifista de Israel, realiza a Adam Raz, historiador israelí y activista de derechos humanos en el Instituto Akevot para la Investigación del Conflicto Israelí-Palestino.

En su libro «El camino hacia el 7 de octubre: Benjamin Netanyahu, la producción del conflicto interminable y la degradación moral de Israel», publicado en mayo de 2024, Adam Raz pone luz y taquígrafos a cómo los gobiernos de Netanyahu durante años aprobaron y alentaron sistemáticamente a Hamás en la Franja de Gaza para ayudar a perpetuar la «guerra interminable». «Desde sabotear los acuerdos de Oslo hasta canalizar dinero qatarí hacia Gaza, Bibi ha dedicado su carrera a apoyar a Hamás para ayudar a perpetuar el conflicto». Incluso después del 7 de octubre» -afirma este joven historiador- «sigue aplicando la misma estrategia»

«La gran mayoría de los israelíes», cree Raz, «no logra comprender el alcance total de la participación de Netanyahu en el fortalecimiento de Hamás antes de la guerra actual y en la perpetuación de un estado de conflicto perpetuo».

«La prioridad de Netanyahu no es mantener la seguridad de Israel, sino más bien impedir cualquier posibilidad real de resolver el conflicto mediante la división de la tierra, el fin de la ocupación o una solución de dos Estados. Mantener el flujo de dinero hacia Hamás sirvió a este objetivo al garantizar que el movimiento nacional palestino permaneciera dividido entre Hamás en Gaza y la Autoridad Palestina (AP) controlada por Fatah en Cisjordania, permitiendo así que Israel mantuviera su dominio sobre todo el territorio».

La entrevista completa está disponible en https://www.972mag.com/netanyahu-hamas-october-7-adam-raz/

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Uno de los argumentos centrales de su libro es que la oposición de Netanyahu a un Estado palestino es el pilar principal de su política hacia los palestinos. ¿Cómo influyó esta política en su relación con Hamás desde los años 90?

«El camino hacia el 7 de octubre: Benjamin Netanyahu, la producción del conflicto interminable y la degradación moral de Israel», de Adam Raz

Netanyahu es el principal opositor a la solución de dos Estados. En términos generales, Fatah y la OLP están a favor de esta solución, mientras que Hamás está en contra, lo que significa que en este punto tan crucial los intereses de Netanyahu y Hamás coinciden. Así pues, desde 1996 [cuando fue elegido primer ministro por primera vez], y especialmente desde su segundo mandato en 2009, Netanyahu ha trabajado arduamente para fortalecer a Hamás.

Desde la firma inicial de los Acuerdos de Oslo en 1993 hasta el asesinato del Primer Ministro Yitzhak Rabin en 1995 [por un israelí que se oponía al proceso de paz], la OLP e Israel trabajaron juntos contra la influencia del fundamentalismo judío e islámico. Hubo una especie de acuerdo informal de no construir nuevos asentamientos en Cisjordania y de definir dónde podrían expandirse los asentamientos que ya existían. (…)

Una de las primeras cosas que hizo Netanyahu como primer ministro [en 1996] fue aprobar la construcción del barrio de Har Homa en Jerusalén Este. Durante su primer mandato, se construyeron 24 nuevos asentamientos en los territorios ocupados. Otra medida importante (…) fue la apertura de los túneles del Muro Occidental en la Ciudad Vieja de Jerusalén, lo que desencadenó los primeros enfrentamientos violentos entre palestinos y el ejército israelí desde que comenzó el proceso de Oslo. (…) Estaba claro que esto conduciría a una crisis, y eso es exactamente lo que sucedió.

(…) La tercera medida importante que tomó Netanyahu, que también fue en contra del consejo de los servicios de seguridad, fue retirar la solicitud de extradición de Israel contra el jefe del buró político de Hamás, Mousa Abu Marzouq (el líder del ala radical del movimiento en aquel momento, que abogaba por la continuación de la resistencia armada, y la figura más importante de Hamás fuera de Gaza), (…) evitando así que Abu Marzouq fuera juzgado en Israel. Esto se produjo en un momento en que muchos dirigentes de Hamás, incluido el fundador del movimiento, el jeque Ahmed Yassin, estaban en cárceles israelíes y había un debate interno en curso sobre la manera correcta de continuar la lucha.

Estos tres acontecimientos fortalecieron a Hamás y a la gente que quería ver el conflicto como un conflicto religioso (…)

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¿Cómo continuó Netanyahu fortaleciendo a Hamás cuando regresó al poder en 2009?

Portada web de la entrevista original en +972 Magazine

Desde que regresó al poder, Netanyahu ha resistido cualquier intento, ya sea militar o diplomático, que pueda poner fin al régimen de Hamás en Gaza.

Hasta 2009, el ejército israelí, junto con la Autoridad Palestina, intentó eliminar el poder del movimiento en los territorios ocupados. Entonces, Netanyahu dio la orden de poner fin a la cooperación entre el ejército israelí y las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en su lucha contra Hamás. Todas las demás formas de coordinación en materia de seguridad continuaron, pero este aspecto específico cesó. A partir de entonces, Netanyahu aplicó una política de no negociar con los palestinos bajo el pretexto de que su liderazgo está dividido, al tiempo que trataba de socavar todo intento de conversaciones de reconciliación entre Hamás y la Autoridad Palestina.

En 2018, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, dejó de transferir dinero a Gaza por completo, dejando a Hamás al borde del colapso. En lugar de permitir que la Autoridad Palestina regresara a Gaza [después de que Hamás la expulsara en 2006, tras las elecciones], Netanyahu salvó a Hamás permitiendo la entrada de maletas llenas de dinero en efectivo desde Qatar. En realidad, él fue el cerebro y el arquitecto de esta transferencia de dinero al estilo mafioso.

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¿La transferencia de dinero qatarí a Gaza comenzó en 2018?

Qatar empezó a transferir dinero a Hamás en 2012, aunque se hacía mediante transferencias bancarias y en cantidades muy pequeñas. Esto cambió radicalmente en 2018, cuando Netanyahu convenció a su gabinete para que aprobara transferencias más grandes y cambiara el mecanismo de transferencia al efectivo. Después de eso, un automóvil con maletas llenas de casi 30 millones de dólares en efectivo pasaría por el cruce de Rafah cada mes desde el verano de 2018 hasta octubre de 2023 (…)

Israel y Hamás no se comunicaron oficialmente, pero sí mantuvieron conversaciones secretas sobre lo que Israel llama la “hasdara”, o el acuerdo por el cual Israel permitió que el dinero qatarí ingresara a Gaza. En 2018, después de que las maletas comenzaran a llegar, el representante israelí en estas conversaciones, el entonces asesor de seguridad nacional Meir Ben-Shabbat, recibió una nota en hebreo de Sinwar dirigida a Netanyahu, que se titulaba “Riesgo calculado”.

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Recuerdo que me quedé atónito al leerlo cuando se publicó la nota en los medios israelíes [en 2022]. ¿Por qué el líder de Hamás le escribiría al primer ministro israelí y por qué eligió esas palabras específicas? ¿Cuál es el “riesgo”?

Yahya Sinwar, líder de Hamás (asesinado por Israel) y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu

Fue una decisión muy inteligente, porque tanto Sinwar como Netanyahu asumieron un riesgo calculado con este acuerdo [para seguir debilitando a la Autoridad Palestina y eliminar la posibilidad de una solución negociada]. Netanyahu sabía que Hamás no iba a utilizar el dinero para el bienestar de los niños de Gaza ni para modernizar la Franja, sino para construir túneles y comprar armas, convirtiendo a Gaza en un Estado espartano en guerra con Israel. Sin embargo, lo hizo con el objetivo de eliminar la posibilidad de una solución de dos Estados.

El estamento de seguridad israelí advirtió en repetidas ocasiones a Netanyahu que Hamás se estaba preparando para la siguiente ronda de combates. A lo largo de 2023, recibió una serie de advertencias específicas de que Hamás estaba planeando lanzar un ataque contra Israel para matar y secuestrar personas.

En agosto de 2023, cuando los israelíes se manifestaban contra la reforma judicial, los palestinos de Gaza se manifestaban contra Hamás. Sinwar temía perder el poder en Gaza, por lo que Hamás reprimió estas protestas con palos y armas. Las encuestas de opinión pública de septiembre y octubre de 2023 en Gaza mostraron que más del 50% estaba a favor de la solución de dos Estados. Esto significa que Hamás había fracasado: a pesar de que la mitad de la población de Gaza vive la mayor parte de su vida bajo su doctrina fundamentalista, la mayoría seguía estando a favor de dividir la tierra.

Con el ataque del 7 de octubre, Sinwar ayudó a Netanyahu eliminando toda oposición a su gobierno dentro de Israel y la posibilidad de conversaciones de paz en un futuro cercano. Sinwar sabía que Hamás no iba a conquistar Israel el 7 de octubre; no creía que estuviera iniciando una guerra para eliminar el proyecto sionista. Era una demostración de fuerza. Y sabía cuál sería la respuesta.

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La mayoría de los palestinos consideran a Hamás un movimiento de resistencia y una parte integral de la vida política palestina, lo apoyen o no personalmente. En su libro, usted llama a Hamás enemigo del movimiento nacional palestino. ¿No es esto un poco condescendiente?

Ghousoon Bisharat, editora en jefe de +972 Magazine

Creo que Hamás forma parte, quizá incluso una parte importante, del movimiento nacional palestino, pero creo que es el enemigo del sector dentro del movimiento nacional palestino que quiere poner fin al conflicto y a la ocupación.

Incluso dentro de Hamás se encuentran diferentes enfoques y puntos de vista. No es una organización monolítica. En los últimos años, ha habido un debate sobre la forma en que la organización debería continuar su lucha y con quién alinearse: Egipto, Irán, Turquía o Qatar. Sinwar, que era un político racional, no es sinónimo de Hamás, así como Netanyahu no es sinónimo de Likud.

Pero Sinwar estaba dispuesto a poner en riesgo la vida de más de dos millones de habitantes de Gaza. Trata de muertes. Ha habido muchas declaraciones de altos funcionarios de Hamás que explican que se espera que los habitantes de Gaza derramen su sangre por la causa palestina. Cuando Sinwar dijo [en 2022] que un buen palestino es aquel que agarra un cuchillo y apuñala a un judío, no creía que ese fuera el camino para poner fin al proyecto sionista. Sabía que tales acciones harían que el conflicto fuera aún más arraigado y permanente. Está claro que Sinwar era enemigo de todos los que valoran la justicia y la paz.

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En la segunda parte del libro, titulada “El Estado paria: en los primeros días de los combates en Gaza”, usted dice que la actual ofensiva israelí es la continuación de la política de Netanyahu. ¿Puede explicarnos más sobre esto?

Adam Raz

Creo que para entender la guerra hay que entender sus primeros 20 días. Fue la “dresdenización” de Gaza: una campaña de bombardeos aéreos antes de que comenzara la operación terrestre.

El 7 de octubre por la tarde, Netanyahu pronunció su primer discurso a la nación, en el que dijo, utilizando un término bíblico, que Israel va a convertir Gaza en “escombros”. (…) Israel va a hacer lo que los estadounidenses hicieron en Japón y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, es decir, una campaña estratégica de bombardeo de ciudades enteras.

Esta dresdenización no respondía a ninguna lógica política o estratégica: no tenía en cuenta el futuro de las relaciones entre las naciones. Durante esos primeros 20 días, los combatientes de Hamás y la dirección del movimiento estaban en túneles subterráneos; la fuerza aérea israelí bombardeó a miles de civiles inocentes . No ayudó a Israel a hacerse con el control de Gaza y dificultó la liberación de los rehenes . Sirvió a la lógica de la venganza, que es la lógica de Sinwar y Netanyahu.

La dresdenización de Gaza ayudó a Netanyahu. Con ella recibió la aprobación de la gran mayoría de la sociedad israelí, y esto es una mancha en la sociedad judía israelí. Fue una masacre, un genocidio, un crimen contra la humanidad -no creo que la palabra sea importante- y este crimen ayudó a Netanyahu a eliminar la oposición interna. En el ámbito interno, la política de Netanyahu convirtió al público israelí en cómplice del crimen.

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¿Y cuál es la política de Netanyahu hacia Hamás ahora, después de más de un año de guerra y el asesinato de Sinwar?

Este es el nivel de devastación de más de un año de guerra genocida en la Franja de Gaza

Creo que la política de Netanyahu hoy sigue siendo la misma que antes de la guerra. Está tratando de fortalecer a Hamás, o más precisamente, el interés que Hamás representa, es decir, debilitar el apoyo a una solución de dos Estados y mantenernos a todos en un estado de guerra interminable. Sinwar y Hamás no eran el tema principal para él; su interés central es la guerra interminable, y Hamás era una herramienta para mantener el conflicto mientras Israel tenía la sartén por el mango (…)

La retórica de “destruir a Hamás” y las afirmaciones de Netanyahu de haber logrado una “victoria total” son sólo una maniobra publicitaria para el público. La cuestión clave no es cuántas armas existen en Gaza –siempre habrá más– sino más bien las condiciones sociales y políticas que prevalecen allí. No es cuántos fusiles Kalashnikov hay, sino si la gente está dispuesta a usarlos.

[Después del año pasado,] estamos hablando de unos 20 o 25 años de reconstrucción en Gaza, lo que significa que dos generaciones de niños de Gaza crecerán en tiendas de campaña y campos de refugiados. No tendrán la oportunidad de aprender poesía ni informática; en cambio, lucharán por sobrevivir: comida, una habitación cálida, una cama blanda. Miles de niños nunca sentirán el abrazo de sus padres. Es desgarrador. Éstas son las condiciones que alimentan la resistencia y perpetúan la segregación. Las oficinas de reclutamiento de Hamás seguirán más ocupadas que nunca (…)

¿Cómo caracterizaría el impacto de la guerra en la sociedad israelí?

Una parte -valiente, heroica, a contracorriente- de la sociedad israelí se manifiesta cada sábado en contra de Netanyahu, contra el genocidio y por los rehenes. Pero la realidad es que la mayoría de los habitantes de Israel están intoxicados del odio y fanatismo que inocula el sionismo más reaccionario y extremo

Desde el 7 de octubre, Israel ha estado cometiendo múltiples crímenes de guerra en Gaza, que los soldados están fotografiando, filmando y publicando en todas las redes sociales. Vi la foto de dos soldados que bombardearon los Archivos Centrales de la Ciudad de Gaza solo por diversión, lo que me dejó una marca porque paso la mayor parte de mi tiempo en archivos. Se puede ver que hay una política de hambre, hay una política de bombardeo indiscriminado, hay una política de tortura.

La gente sabe, pero no sabe: ésta es la estrategia de la negación.(…) La negación es muy importante para nosotros, el “pueblo elegido”, para otorgar legitimidad a lo que estamos haciendo en Gaza y lo que no estamos haciendo por los rehenes.

Creo que casi 60 años de ocupación han cambiado el corazón del israelí medio. Yeshayahu Leibowitz, el intelectual judío ortodoxo y profesor de la Universidad Hebrea, dijo ya en 1968 que la ocupación es una fuerza corruptora. La ocupación nos ha corrompido verdaderamente.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial en 1945, se abrieron los campos de concentración y el mundo quedó expuesto a la forma más brutal de exterminio de la historia. Creo que algo así ocurrirá cuando se abran las puertas de Gaza. Cuando eso ocurra, el público israelí tendrá que decidir qué camino va a tomar: la responsabilidad o la negación. Creo que elegirán la negación. Y por eso creo que Netanyahu ganó la guerra.