España está a la vanguardia en la lucha contra la opresión milenaria que ha impedido la libertad sexual. El movimiento de lesbianas, gays, trans y del conjunto del colectivo LGTBIQ+, de la mano del movimiento feminista en numerosas ocasiones, ha conseguido valiosos e innegables éxitos que debemos reconocer y defender con orgullo.
Sin embargo, desgraciadamente hoy, la identidad de género y la orientación sexual siguen siendo motivo de discriminación y la causa de delitos de odio. Es necesario reivindicar los derechos de un colectivo especialmente atacado, a la vez que luchamos por los derechos sexuales de todas las personas.
En torno al debate de la identidad de género hay distintas posiciones. Diferencias que deben permitirnos profundizar en el debate y que, bajo ningún concepto, deben llevarnos al enfrentamiento. En este marco se redacta el presente artículo, con el objetivo de incitar a la reflexión y contribuir al sano debate.
La teoría queer no parte de la realidad objetiva, defiende que todo es construido y que la realidad se crea con el lenguaje. Se separa de la ciencia y de la filosofía, para llevarnos ¿a dónde? Desde esta posición Errasti y Pérez Álvarez nos conducen a lo largo del libro por las tesis principales, que intentamos resumir a continuación.
Qué es y qué no es la teoría queer
El término queer significa “rarito”, y durante décadas fue empleado como insulto hacia las personas homosexuales. La comunidad gay supo darle la vuelta, empleando la palabra como símbolo de orgullo y reivindicación. A día de hoy sirve de bandera para cualquier persona cuya identidad de género u orientación sexual quede fuera de los modelos “normalizados” en la sociedad.
Ahora bien, la teoría queer no es sinónimo del colectivo. Tampoco todas las personas “queer” la defienden, como muestran los autores del libro. La teoría queer es, como su nombre indica, una teoría, con un pensamiento sistematizado y jerarquizado, que parte de un determinado punto de vista ideológico y filosófico y con consecuencias políticas.
Las diferencias, que nunca deben servir para enfrentarnos, deben permitir profundizar en el debate
El género en disputa de Judith Butler, publicado en 1990, se considera el texto fundador de esta teoría. Según afirma, el sexo es un efecto más de la construcción social del género y no hay nada que justifique el binarismo sexual. Butler introduce el concepto de “performatividad” que explica que no sólo el género, sino el propio sexo, no es más que un conjunto de actos, gestos y realizaciones interpretadas según guiones culturales.
Por su parte, Paul Preciado es considerado el filósofo español más influyente en el terreno, con obras como el Manifiesto contrasexual. En él rechaza la división varón o mujer y defiende la definición de cuerpos parlantes. También afirma que los órganos sexuales como tales no existen, utilizando como justificación tesis como que el dildo antecede al pene.
La muerte de la biología
El sexo se ha divorciado de la reproducción. Con esta afirmación, los autores critican cómo, para la teoría queer, el sexo de una persona debe ser considerado como un aspecto identificativo, subjetivo. Ha perdido su función, su relación con la reproducción. Si el bebé es niño o niña ya no es una es una realidad objetiva, sino la asignación impuesta por el médico en el momento del nacimiento.
Según la teoría queer, el sexo es una construcción social
La ciencia nos dice que el sexo es binario. Que está determinado genéticamente, específicamente por el cromosoma sexual que aporte el gameto del padre – espermatozoide – y que determina el crecimiento, desarrollo de la persona y su papel en el proceso reproductivo, ¿será la biología opresora?
Antifeminismo
La teoría queer defiende valores incuestionablemente sexistas, que constituyen una amenaza para las conquistas en los derechos de las mujeres. De hecho han sido las feministas tachadas de “radicales” las que se han levantado en contra de la teoría queer. Dos de los motivos se recogen en este epígrafe, pero en los consecutivos se podrán encontrar más.
Como presentan los letrados, en el momento en el que desaparece el sexo biológico, desaparece la mujer como sujeto político. Ahora ser mujer no es una realidad material, sino que depende de la voluntad de la persona, algo que no concuerda con la discriminación que sufrimos las mujeres por el simple hecho de serlo.
Uno de los grandes avances que nos ha traído la lucha feminista ha sido cuestionar el género y los roles asociados. Si bien el sexo biológico es binario, el género no lo es. Sin embargo, en los protocolos autonómicos de actuación para la enseñanza se llama al docente a estar alerta a si los niños o las niñas presentan conductas “que pudieran indicar una identidad sexual no coincidente con el sexo que le asignaron al nacer, o bien comportamientos de género no coincidente con los que socialmente se espera en base a su sexo”. ¿Qué es lo que socialmente se espera de una niña? ¿Si juega al fútbol, será un niño?
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Quirófano y fármacos: prescripción universal
Aunque se busque la “despatologización” de los problemas vinculados al sexo y al género – que dejen de concebirse como enfermedades – las nuevas propuestas abren la posibilidad a numerosas intervenciones farmacológicas y quirúrgicas. Esto tiene especial gravedad cuando se trata de jóvenes y adolescentes.
En Reino Unido, en los últimos nueve años la cifra de niñas que se derivaron para el tratamiento de transición de sexo ha pasado de 40 a 1.806, multiplicándose por más de 45. En el caso de los niños derivados el incremento “solo” fue por 12, alcanzando la cifra de 713 el último año.
Triunfa el enfoque afirmativo, según el cual se debe aceptar y afirmar la identidad de género expresada por el menor para acompañar y asesorar la transición. Se defiende el empleo de bloqueadores de la pubertad, que suponen la antesala a tratamientos más agresivos y que pueden tener efectos irreversibles, como la infertilidad de las adolescentes. Errasti y Álvarez proponen como alternativas la espera atenta, la exploración psicoterapéutica y la evaluación psicológica ante los y las menores que presentan disforia de género.
Si existe un cuerpo equivocado, existe el alma?
Solo existe el lenguaje
La teoría queer defiende un punto de vista profundamente metafísico. El punto de partida es el constructivismo filosófico que defiende que no existe un significado – realidad – al que se refiere el significante – lenguaje –. No hay nada más allá del texto.
Por eso es el médico el que asigna el sexo y no el bebé el que lo tiene. Es como poco sugerente, que según la guía de Sexo más seguro para cuerpos trans, el “orificio delantero” sean los genitales internos (entiéndase, de una “mujer cis”) mientras que la “vagina” sean los genitales de las mujeres trans que han sido sometidas a cirugía.
El repetido mantra “ha nacido en un cuerpo equivocado” está conducido por el mismo pensamiento metafísico. ¿Si existe un cuerpo equivocado, es porque existe el alma independiente al cuerpo? ¿O hablamos de un cerebro “rosa o azul” en un cuerpo cuyos genitales no concuerdan? ¿Es que existe acaso el cerebro masculino o femenino? ¿No es posible, como afirman los autores, que lo que nos atrape no sea nuestro cuerpo, sino los discursos y normas de la identidad de género?
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Narcisismo como epidemia
El caldo de cultivo del éxito de esta teoría es el individualismo extremado de la sociedad capitalista actual. Una sociedad donde la felicidad instantánea y los sentimientos intensos están por encima de la razón, debidamente presumidos en las redes sociales.
La publicidad ha invadido nuestras vidas. El debilitamiento de las redes sociales “reales” en pos de las “virtuales” expone, especialmente a los más jóvenes, a un nuevo problema: construir una presentación pública. El reconocimiento social o la identidad se convierten en cuestiones nodulares, mientras escuchamos el eslogan que jocosamente recita el libro: “diferente como tú, especial como tú, único como tú”.
Una sociedad donde disentir con lo que una persona afirma de ella misma parece ser sinónimo de odio. En la que se ha instalado que “el ciudadano siempre lleva la razón” junto con la condescendencia, la indiferencia o cobardía de dar la razón automáticamente, dejando atrás el respeto entre personas adultas donde se pueden debatir las distintas posiciones.
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¿Intereses creados?
Es llamativo que países como Irán sean promotores del cambio legal de sexo mientras que mantienen su código penal hacia la homosexualidad. En Argentina se aprobó una ley trans ocho antes que una ley del aborto. Y en Chile, mientras el matrimonio homosexual sigue prohibido, hace cuatro años que existe una ley de identidad de género.
También merece atención el hecho de que el 91% de las quinientas empresas de la lista Fortune practican políticas de protección de identidad de género sin que exista una relación a día de hoy con las condiciones laborales y económicas de las empleadas. Por ejemplo, Amazon ha distribuido a cada trabajador una guía para el apoyo de las personas trans pero, como denuncia Amnistía Internacional, se opone a la afiliación sindical de sus empleados en países como Reino Unido, Estados Unidos o Francia.
En un mundo donde los derechos de las minorías parecen haber reemplazado a los derechos humanos, donde la izquierda mayoritaria ya no lucha por el proletariado, sino por la Justicia Social, ¿qué podemos esperar?
Adiós al proletariado, bienvenidas las minorías
Sobre el libro y los autores
“A los estudiantes universitarios con la esperanza de que encuentren en las páginas de este libro un espacio inseguro para sus ideas, una fuente de desestabilización de prejuicios”. La dedicatoria del libro habla por sí sola de la obra y de los autores.
José Errasti es doctor en Psicología y profesor titular del Departamento de Psicología en la Universidad de Oviedo. Autor del libro Introducción a la psicología de la personalidad y de numerosos artículos científicos, es columnista en The Huffington Post y la revista Mongolia.
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Marino Pérez Álvarez es catedrático de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad de Oviedo y especialista en Psicología Clínica. Es autor de artículos en revistas científicas, así como de libros como La invención de trastornos mentales y El mito del cerebro creador.
Las páginas de este articulo se lo deben todo a la atenta lectura de Nadie nace en un cuerpo equivocado (Editorial Deusto). Lo recomiendo encarecidamente, es un lujo aprender disfrutando. Mi sincero agradecimiento a los autores. El libro se puede adquirir en cualquier librería por 18,95€.