Muy, muy malas noticias para España

«El tipo de interés es tal vez el precio más importante de la economí­a. Un alza provoca aumentos del eurí­bor -y con ello de las hipotecas- y en general encarece el crédito y obliga a pagar más intereses por el servicio de la deuda, pública y privada. Eso tiene un efecto inmediato en el bolsillo de los consumidores y en la caja de las empresas: menos renta disponible, menos consumo, menos inversión, esas cosas. Y provoca las consiguientes rebajas de precios para tratar de animar el consumo.»

"La vuelta de los halcones coge a Esaña con el paso cambiado, casi en el peor momento, con la banca en pleno proceso de transformación y la frágil salida del túnel", aseguró desde Chicago Santiago Carbó, asesor de la Reserva Federal estadounidense. "Son muy, muy malas noticias para España", abundó desde Londres Julian Callow, de Barclays. "El euríbor lleva meses subiendo y el movimiento del BCE complica más las cosas. No entiendo cómo eso no ha provocado más inquietud en España -ni en Irlanda o Portugal- ante el elevado endeudamiento y sus efectos sobre la economía." (EL PAÍS) PÚBLICO.- Un año después del primer referéndum por el que se rechazó hacer frente a los depósitos de británicos y neerlandeses en el banco Icesave islandés, el Parlamento aprobó el pasado 16 de febrero una nueva normativa para devolver esos depósitos. Y nuevamente el presidente islandés, Ragnar Grímsson, aun reconociendo la mejora en las condiciones para la devolución de los depósitos, ha decidido no firmar la nueva ley y someterla a referéndum. En la decisión del presidente ha pesado más que 40.000 personas, un quinto del electorado, le hiciera esa petición que la posición mayoritaria del Parlamento. EL ECONOMISTA.- Lo que empezó como una iniciativa popular se está convirtiendo en un movimiento de desobediencia civil en toda regla que ya preocupa al Gobierno. Los griegos que optan por no pagar el transporte público o las autopistas son cada vez más y las arcas estatales se empiezan a resentir. Bajo el lema ‘Den Pliróno’ (Yo no pago) se agrupan ciudadanos de todo tipo con un objetivo común: "No pagamos la crisis de otros". Los activistas de este movimiento viajan sin billete, taponan las máquinas expendedoras o levantan las barreras de los peajes. Publican fotos en su web y animan a seguir su ejemplo. Y lo cierto es que está cundiendo. Una encuesta elaborada por MRB y publicada este domingo por un medio local señala que más del 56% de los griegos aprueba esta forma de protesta Economía. El País El BCE complica la crisis en España Claudi Pérez La inacabable crisis -una genuina historia interminable- sigue deparando sorpresas, y no precisamente agradables. Con la economía española aún en plena pista de despegue, sin levantar el vuelo con claridad, y la crisis fiscal de la periferia europea a flor de piel, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, inició ayer una escalada verbal que se traducirá, muy probablemente, en una subida de los tipos de interés oficiales tan pronto como en abril. Es decir: hipotecas más caras para las familias y más pagos por intereses para las empresas, la banca y los Estados. Eso son muy malas noticias tanto para la economía española, muy endeudada y con una recuperación cogida con alfileres, como para su sistema financiero, en plena reforma. Y en general para los países con más problemas de Europa. Las algaradas en el norte de África han provocado una fuerte subida del petróleo y eso se traduce de inmediato en subidas generales de precios en todo el mundo: así de importante es la cotización del crudo. Y nada, nada preocupa más al BCE que la inflación. Trichet, en la recta final de su presidencia, usó en Francfort un desacostumbrado tono explícito para preparar el terreno a un encarecimiento del precio del dinero -en su mínimo histórico, el 1%, desde hace ya 22 meses- y anestesiar las tensiones inflacionistas. En la rueda de prensa habló de "fuerte vigilancia" y "riesgos al alza" sobre los precios. Para el banquero central de Europa eso son palabras mayores: esas dos expresiones siempre han sido sinónimo de una rápida subida de tipos. Por si quedaban dudas, Trichet las remató en el turno de preguntas. "La posición del Consejo de Gobierno es que es posible una subida de tipos en la próxima reunión", dijo, y dio a entender que hasta el umbral del 1,25%. El presidente del BCE no puede ser más explícito: nunca puede anticipar lo que va a decidir el consejo de gobierno en su próxima cita. Sin embargo, esa claridad es inusual en el habitual lenguaje oscuro, prudente, casi aburrido de los banqueros centrales. Aún trató de dejar otra pista al descartar que sea la primera de una serie de subidas. Sin embargo, en diciembre de 2005 dio a los mercados la misma señal y el BCE -el más ortodoxo de los grandes bancos centrales del mundo- dio comienzo a un periodo de endurecimiento de la política monetaria. Es decir, a una serie de subidas. El tipo de interés es tal vez el precio más importante de la economía. Un alza provoca aumentos del euríbor -y con ello de las hipotecas- y en general encarece el crédito y obliga a pagar más intereses por el servicio de la deuda, pública y privada. Eso tiene un efecto inmediato en el bolsillo de los consumidores y en la caja de las empresas: menos renta disponible, menos consumo, menos inversión, esas cosas. Y provoca las consiguientes rebajas de precios para tratar de animar el consumo. En tiempos normales, eso sucede con suavidad; el problema es que estos no son tiempos normales. A medida que Trichet iba desgranando el cambio de tono de su discurso, los mercados reaccionaron con vehemencia: el euro registró fuertes subidas y roza ya los 1,40 dólares por unidad (lo que de hecho ya equivale a un endurecimiento de la política monetaria), y las Bolsas moderaron sus subidas e incluso se dieron la vuelta e iniciaron retrocesos en plazas como Madrid y Milán. El efecto en el euríbor -el índice de referencia de las hipotecas y de parte de la deuda privada- se verá desde hoy, aunque ya se apreciaba ayer en los mercados de futuros. La única duda al respecto es el tamaño de la subida. El BCE elevó las expectativas de inflación a una media del 2,3%, no muy lejos de su objetivo -el 2%-, pese a que esas cifras no incluyen las últimas subidas del precio del crudo. El eurobanco elevó también ligeramente las perspectivas de crecimiento para este año al 1,7%. A primera vista esos datos no dicen mucho. Y sin embargo esconden enormes diferencias entre los países del Norte, que han salido de la recesión comandados por Alemania y muestran ya los primeros signos de recalentamiento con alzas de precios considerables, y un Sur de Europa aquejado de los rigores de la crisis fiscal y una reactivación mucho más lenta. "El manual dice que tarde o temprano, con tamañas subidas de precios en el petróleo y las materias primas, los tipos tenían que subir. Pero nadie esperaba que fuera tan pronto. Y sobre todo el problema es que la vuelta de los halcones [los consejeros más ortodoxos, menos proclives a políticas tan laxas como las de los últimos meses] coge a España con el paso cambiado, casi en el peor momento, con la banca en pleno proceso de transformación y la frágil salida del túnel", aseguró desde Chicago Santiago Carbó, asesor de la Reserva Federal estadounidense. "Son muy, muy malas noticias para España", abundó desde Londres Julian Callow, de Barclays. "El euríbor lleva meses subiendo y el movimiento del BCE complica más las cosas. No entiendo cómo eso no ha provocado más inquietud en España -ni en Irlanda o Portugal- ante el elevado endeudamiento y sus efectos sobre la economía. Tampoco se entiende cómo el BCE parece pasar por alto esos efectos. Aun así, no es previsible una recaída en la recesión", cerró. No todo son malas noticias. Trichet reiteró que la subida de tipos es compatible con el mantenimiento de las medidas extraordinarias de liquidez, fundamentales para la banca de la eurozona, que en general sigue sin poder acudir a los mercados para financiarse. La barra libre de liquidez (en subastas a tres meses) durará al menos hasta el otoño: justo la fecha límite para cerrar la reestructuración de las cajas. Los analistas dan por hecha la subida de tipos. Y, sin embargo, el calendario europeo se acerca a fechas claves que podrían provocar un brusco cambio de planes. "Es poco probable que haya un acuerdo sobre la crisis fiscal que satisfaga a los mercados en la próxima cumbre europea. Si se reeditan los problemas con la deuda soberana y vuelve el contagio hacia países como Portugal y después a España e Italia, el BCE se verá obligado a postergar esa decisión. De lo contrario, sería responsable de una segunda recesión en muchos lugares o, lo que es peor, condenaría a serios problemas a la eurozona con los mercados de deuda", apuntó Juan Ignacio Crespo, de Thomson Reuters. EL PAÍS. 4-3-2011 Opinión. Público Noticias islandesas Alfonso Egea de Haro No se puede llevar a juicio a una teoría económica. Pero la alternativa, las protestas ciudadanas y el voto de castigo, no parece que hagan cambiar el rumbo de los gobiernos (véanse los casos de Grecia y la nueva coalición irlandesa). A la ciudadanía le queda una frustración tan grande como la cantidad de medios que se presumen disponibles en un sistema democrático. La respuesta islandesa es diferente no sólo por superar el dogma de “demasiado grande para caer”, sino por la forma empleada para hacerlo y sus consecuencias. La renacionalización de los tres grandes bancos en 2008 abrió la puerta a una mayor transparencia, a una mayor influencia del Parlamento y, en último término, de la ciudadanía. Un año después del primer referéndum por el que se rechazó hacer frente a los depósitos de británicos y neerlandeses en el banco Icesave islandés, el Parlamento aprobó el pasado 16 de febrero una nueva normativa para devolver esos depósitos. Y nuevamente el presidente islandés, Ragnar Grímsson, aun reconociendo la mejora en las condiciones para la devolución de los depósitos, ha decidido no firmar la nueva ley y someterla a referéndum. En la decisión del presidente ha pesado más que 40.000 personas, un quinto del electorado, le hiciera esa petición que la posición mayoritaria del Parlamento. Independientemente del resultado, el mensaje que se transmite a británicos, neerlandeses y a la propia Unión Europea es que no basta con presionar al Gobierno islandés para recuperar los depósitos. Puede que este segundo referéndum no sea suficiente y en un futuro el Parlamento apruebe una nueva norma para la devolución de los depósitos. Pero en ese caso también parece probable que se convoque un nuevo referéndum. Aunque pueda percibirse como una debilidad, esta implicación del Parlamento y de la ciudadanía refuerza la posición negociadora del Gobierno islandés en el plano internacional. Las condiciones para la devolución de los depósitos en el caso de Islandia serán probablemente mejores que las que puedan venir de la actual negociación de irlandeses y griegos con Alemania para reducir el interés al que devolverán el fondo de rescate. La democracia interna se traduce, así, en mayor fortaleza externa. PÚBLICO. 4-3-2011 Crisis euro. El Economista Iniciativa ciudadana: el movimiento ‘Yo no pago’ se hace fuerte en Grecia Lo que empezó como una iniciativa popular se está convirtiendo en un movimiento de desobediencia civil en toda regla que ya preocupa al Gobierno. Los griegos que optan por no pagar el transporte público o las autopistas son cada vez más y las arcas estatales se empiezan a resentir. Bajo el lema ‘Den Pliróno’ (Yo no pago) se agrupan ciudadanos de todo tipo con un objetivo común: "No pagamos la crisis de otros". Este movimiento ha decidido no rascarse el bolsillo por el transporte público, ni por los peajes de las carreteras. Los activistas de este movimiento viajan sin billete, taponan las máquinas expendedoras o levantan las barreras de los peajes. Publican fotos en su web y animan a seguir su ejemplo. Y lo cierto es que está cundiendo. Una encuesta elaborada por MRB y publicada este domingo por un medio local señala que más del 56% de los griegos aprueba esta forma de protesta, frente al 39% que no la apoya. Iniciativa contagiosa El número de pasajeros que opta por viajar gratis ha aumentado hasta rozar el 40% en los autobuses y hasta un 15% en el resto de los medios de transporte, según estimaciones oficiales recogidas por Efe. Y las empresas concesionarias estiman que entre un 15% y un 18% de los conductores no pagan los peajes, frente al 6% que lo hacía hace menos de un año. "Hablamos de unos 8.000 usuarios al día", afirman desde Nea Odos, una compañía que opera una de las autovía en el país. El encarecimiento de las tarifas en el transporte urbano, que oscilan entre el 28% y el 80%, y también en los peajes ha elevado el tono de las acciones, que se han culminaron el pasado 1 de marzo en una manifestación que llegó a las puertas del Parlamento. "¿Pagar 1,40 euros por un billete? Es una subida del 40% cuando todo lo demás baja: sueldos, pensiones, ayudas", indica a Reuters Maro Fassea, un consultor de TI de 48 años de edad. Desde que Grecia puso en marcha las medidas de austeridad para recortar el déficit y cumplir con las exigencias de Bruselas y el FMI, los empleados públicos y los jubilados han visto rebajados su salarios y pensiones. Además, impuestos como el IVA se han elevado al tiempo que sufren también el repunte de la inflación. La consecuencia es, según indican algunos economistas, una pérdida de hasta el 25% de su poder adquisitivo. La consecuencia es que son ya miles las personas que piden que sea "la plutocracia" la que pague la factura de la crisis y exigen que se luche contra la evasión fiscal para tapar agujeros en el presupuesto estatal. Los riesgos Esto es así a pesar de pese a los esfuerzos del Gobierno heleno por frenar los actos de rebeldía ciudadana endureciendo las multas y criticando con dureza a sus instigadores. "No es un movimiento, son unos aprovechados", aseguraba recientemente el portavoz del Gobierno, Yorgos Petalotís. Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha advertido del creciente riesgo de que este movimiento afecte no sólo a los presupuestos del Estado, sino también a futuras inversiones comprometidas por las empresas. "Si los contratos fallan, lo que es una posibilidad, la credibilidad del país se verá dañada", afirmó en el Congreso. El pasado mes de noviembre, Papandreu anunciaba que habían logrado retrasar hasta 2021 la devolución de las ayudas a la UE, que ascienden a unos 110.000 millones de euros. El movimiento ‘No pago’ de Grecia es una más de las muchas iniciativas ciudadanas que están surgiendo en los países más afectados por la crisis. En España, por ejemplo, la Red está sirviendo de base a Juventud en Acción, Anonymous o Nolesvotes.com para organizarse y difundir sus protestas contra la gestión del Gobierno o los bancos, por ejemplo. EL ECONOMISTA. 3-3-2010