Premios Goya 2024

Mucho más que uno

El éxito, cargado de razones, de “La sociedad de la nieve” no debe ocultar la marea de excelentes películas que nos confirman la potencia y creatividad del cine español

Los Goya de 2024 serán recordados como los de “La sociedad de la nieve”. La película dirigida por Juan Antonio Bayona ganó en 12 de los 13 apartados en los que estaba nominada, convirtiéndose en la tercera película más premiada en la historia de los Goya.

¿Cómo explicar un éxito tan rotundo?

“La sociedad de la nieve” ha galopado a lomos de un gigantesco presupuesto de 65 millones de euros, más que la suma del resto de nominadas, gracias a la participación en la producción de una mega plataforma como Netflix.

Bayona repitió insistentemente que “durante 10 años nos dijeron que no se podía hacer una película de esta ambición en español”. El director catalán se empeñó en rodar “a lo grande”, pero en castellano, no en inglés, como es habitual en todas las superproducciones, y con un equipo español, argentino y uruguayo.

Que el cine español pueda impulsar grandes producciones como “La sociedad de la nieve”, que en pocas semanas lleva ya 150 millones de espectadores en todo el mundo, es una buena noticia.

Juan Antonio Bayona recoge el premio a mejor película por ‘La sociedad de la nieve’

Pero el secreto de la película de Bayona no está en su abultado presupuesto, ni en su impecable factura técnica. Podemos desvelarlo por comparación.

En 1993 Hollywood ya dejó su visión sobre la odisea imposible de los supervivientes del vuelo 571, atrapados durante 72 días en los Andes. Esa película, “¡Viven!”, respira un espíritu muy diferente al que sostiene la obra de Bayona.

Convirtió a los protagonistas uruguayos en norteamericanos, sustituyó la fuerza del grupo por el liderazgo de unos pocos, y suavizó los hechos, hasta el punto de que los supervivientes reales criticaron que las únicas escenas reales eran las del impacto del avión y el rescate en helicópteros.

Bayona aborda los mismos hechos desde otro espíritu, más nuestro, más real.

La sociedad de la nieve” nos habla del caudal de solidaridad que nos define y sostiene

Sus protagonistas son un grupo de actores y actrices argentinos y uruguayos, que hablan y sienten en español. Y se dibuja una película coral, en la que las individualidades, poderosas y generosas, se refuerzan cuando están, desinteresadamente, al servicio del grupo, hermanando a los muertos y a los que sobreviven.

Lo que Bayona nos dice es que cuando en una situación extrema desaparecen las capas de civilización, lo que emerge no es el “todos contra todos” sino un impulso natural de solidaridad y apoyo mutuo. Desde aquí se aborda el canibalismo, el tabú que es necesario infringir para poder seguir viviendo.

Ese caudal de solidaridad es lo que nos define y sostiene, en el gélido frio de los Andes y en cualquier otro lugar y situación.

Una oleada de buen cine español

Estíbaliz Urresola, directora de “20.000 especies de abejas”.

Los Goya son el espejo que nos refleja la imagen del cine español. Si ésta se redujera a una sola película, por muy meritoria que fuera y por mucho éxito global que alcanzara, deberían saltar todas las alarmas.

Afortunadamente, la realidad es otra muy diferente. En los Goya de 2024, al margen de la lista de premios, estuvieron presentes un amplio abanico de buenas y muy buenas películas, que desde sensibilidades y estilos muy diferentes abordan temas candentes.

“20.000 especies de abejas”, premiada en Berlín, uno de los más importantes festivales europeos, y que se llevó tres galardones en los Goya, nos acerca a la infancia trans. La actriz infantil Sandra Otero, que se llevó en Berlín el Oso de Plata a la mejor interpretación, encarna con una verdad que nos desarma a quien era Lucía, aunque en los documentos oficiales su nombre se registraba como Aitor.

Las historias del cine español son menos convencionales, más independientes. No están dominadas por el dinero” (Sigourney Weaver)

La actriz Malena Alterio posa con el Goya a mejor actriz protagonista por su trabajo en ‘Que nadie duerma’.

La directora, Estíbaliz Urresola, acierta al dar una vuelta a la imagen en el cine, cuando aparecen, de las personas trans. Presentando lo luminoso y esperanzador frente a representarlas solo como víctimas y desde la marginación y el dolor.

Este año hemos disfrutado, tras décadas de espera, de una nueva película de Víctor Erice en la gran pantalla. “Cerrar los ojos” es un regalo que justifica todo un año de cine. Más allá del único Goya que se llevó, a un José Coronado espléndido, la película de Erice nos vuelve a fascinar. Nos ofrece un nuevo y poderoso homenaje al poder sanador del cine. Y nos habla de abismos que habitan dentro de nosotros y que habitualmente nos negamos, de una memoria mezclada con el olvido y una identidad necesariamente escindida, en permanente conflicto interno.

Los Goya premiaron a David Verdaguer, por su prodigiosa interpretación de Eugenio en “Saben aquel”, y a Malena Alterio por “Que nadie duerma”, una recreación en la gran pantalla del “absurdo cotidiano” que inunda la literatura de Juan José Millás.

Y volvemos a encontrar un cine social, que nos enfrenta a problemas reales, muchas veces ocultados.

Sigourney Weaver, al recoger el Goya Internacional

Desde la lucha de una trabajadora de una conservera gallega, interpretada por María Vázquez en “Matria”, al documental “Mientras seas tú”, donde Claudia Pinto acompaña la lucha de la actriz Carme Elías contra el alzhéimer.

Y abordando la realidad de la inmigración desde diferentes perspectivas. En “Chinas”, Arantxa Echevarría mira la realidad diversa de la comunidad asiática en Usera, un barrio obrero de Madrid. Y en “Upon Entry” los venezolanos Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez nos desvelan los infiernos de las políticas migratorias, y racistas, en EEUU, a través de un sorprendente thriller.

Quizá el mejor resumen de la situación actual del cine español la hizo Sigourney Weaver, al recoger el Goya Internacional. Tras homenajear a su dobladora en castellano, María Luisa Solá, una de las más icónicas estrellas de Hollywood confesó sentir “afinidad e inspiración en el cine español, que ha explorado lo que significa ser humano en este mundo”. Planteándonos una razón del éxito de nuestro cine que no deberíamos olvidar: “Las historias del cine español son menos convencionales, más independientes y abordan una gran amplitud de temas. No están dominadas por el dinero o las franquicias como sucede en Hollywood”.