Vivimos momentos donde hay quien parece empeñado en que lo anormal e inaceptable empieza a considerarse normal y asumible.
La aceleración del procés, y la intención de avanzar hacia una independencia unilateral, está ya empezando a provocar una preocupante sucesión de intimidaciones, amenazas o ataques contra quienes no están dispuestos a aceptar la estafa antidemocrática que significa el 1-O.
Desde una organización como Súmate -protegida y subvencionada por la Generalitat como instrumento para encuadrar a los castellanohablantes en el independentismo, y de la que ha salido el hoy diputado de ERC, Gabriel Rufián- ha arremetido contra el periodista Jordi Evole utilizando los más tradicionales métodos mafiosos.
Difundiendo un cartel bajo el letrero “Se busca”, y la foto de a quien se debe perseguir, calificándolo de “equidistante”.
¿El delito de Evole? Negarse a respaldar el 1-O y denunciar la grosera manipulación de la manifestación contra los atentados por parte de la ANC, intentando convertirla en un acto independentista.
Evole ha denunciado como “los artículos se convierten en armas arrojadizas al grito de ‘linchen al que no piensa como yo’ o ‘difamen al equidistante”. Y ha recibido el apoyo de Miquel Iceta, secretario general del PSC (“hay que alzar la voz contra aquellos que quieren acallar a quien duda o discrepa”) o la alcaldesa de Barcelona Ada Colau (“la gente que queremos una democracia saludable en Catalunya, España y en todas partes, no podemos normalizar cosas como esta”).«El verdadero rostro antidemocrático de quienes pretenden imponer el 1-O al conjunto de la sociedad catalana ha salido a la luz»
Desgraciadamente no se trata de un caso aislado. Reporteros Sin Fronteras ha advertido del “linchamiento y acoso en las redes sociales” a los periodistas críticos con el procés, calificándolo de “inadmisible e impropio de una sociedad democráticamente sana”.
Y las juventudes de las CUP ha impulsado una campaña con un insoportable hedor a fascismo bajo la consigna “assenyalem-los” (“señalémoslos”) contra quienes no aceptan la independencia.
La apología de la delación, señalar a la parte de la sociedad que se enfrenta al poder como enemigos públicos, intimidándolos… En las palabras y en los hechos. Son los mismos que asaltaron una caseta de Ciudadanos en las pasadas fiestas de Santa Coloma.
Y que desemboca en episodios tan repugnantes como el tuit que pedía para Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en el parlament, “sufrir una violación en grupo”.
No son simplemente “excesos” de algunos descontrolados. Empiezan a ser algo más preocupando, dirigido a intimidar y amedrentar al discrepante.
Recortes Cero, al manifestarse frente a la sede del parlament para manifestar su rechazo al escándalo antidemocrático que se producía en su interior, ha debido enfrentarse a las provocaciones y amenazas de algunos miembros de la Assemblea Nacional de Catalunya, que pretendían imponer que la única concentración fuera la suya.
Cuanto más se acerca la fecha del 1-O más se manifiestan rasgos y prácticas antidemocráticas que es obligatorio denunciar.