En una situación en la que en los últimos cuatro meses se han destruido más de cuatro mil puestos de trabajo, las movilizaciones obreras se suceden y multiplican. De un total de 560 actos de protesta (una protesta y media diaria) sesenta y tres son encierros o ásamelas mientras que el resto, cuatrocientas noventa y siete son manifestaciones y concentraciones por la capital de la industria gallega.
De todas esta movilizaciones 326 tienen que ver con EREs y cierres. Vigo una ciudad obrera, donde destacan la industria del metal y la de la automoción osee estos últimos años un gran historial de lucha a contracorriente del resto del país. En el año 2003 se llegaron a seiscientas cuarenta movilizaciones. En el año dos mil siete ya hubo luchas en la naval, la limpieza, el transporte por carretera y el metal. Esta última fue una fructífera experiencia para toda España, puesto que se consiguió el apoyo de otros sectores de la ciudad portuaria como de los trabajadores de Citroen. Los informes hablan de alta conflictividad social. Pero esto es evidente se habla de que la automoción elimina siete mil puestos de trabajo, cuatro mil ya lo ha hecho. Los EREs van desde los 226 trabajadores de Denso, a los cien de la antigua Valeo o los ochocientos de GKN. Pasando por los mil despidos de la factoría de Citroen Vigo. Es toda una sangría de despidos que inevitablemente descarga sus consecuencias sobre cada familia de esta ciudad. En los últimos tres meses se han activado doscientas treinta y cuatro movilizaciones, indicando claramente que la recesión están llevando a un aumento de la lucha de los trabajadores. La reciente movilización unitaria de más de treinta y cinco mil obreros en Zaragoza contra todos los EREs es el camino, frente a la atomización actual que impide avanzar. Sólo movilizaciones de este tipo pueden conseguir lo que la lucha del convenio del metal de Vigo de hace un par de años, que multitud de sectores distintos participaran y apoyaran a los metalúrgicos gallegos. De forjar una potente unidad entre los sectores en lucha, y de éstos con la población general, es un primer paso para conquistar avances en que la crisis tenga una salida favorable a los trabajadores.