¿Moción de censura o gobierno de progreso?

Los nuevos escándalos de corrupción destapados por la “Operación Lezo”, con epicentro en Madrid, han vuelto a desbordar, con demasiados motivos para ello, el vaso de la indignación ciudadana. Ante la necesidad, compartida por buena parte de la sociedad, de acabar con las políticas que representan los gobiernos del PP, se presentan diferentes alternativas que aunque parezcan coincidentes conducen a caminos distintos.

Unidos Podemos ha impulsado en solitario una moción de censura para desalojar a Rajoy de la Moncola y a Cristina Cifuenes del gobierno de la Comunidad de Madrid, reclamando luego el apoyo del resto de fuerzas.

¿Este es el camino para construir una alternativa ante las políticas que representan los gobiernos del PP? ¿O lo que necesitamos es trabajar por una unidad que permita traducir la amplia mayoría progresista que existe en el país en un gobierno de progreso?

Los gobiernos del PP dan cada día nuevos motivos para aumentar el rechazo que generan entre la población. Los casos de corrupción, un auténtico atraco del dinero público en beneficio privado de unos pocos, es solo uno de ellos. Se han presentado unos presupuestos que perpetúan los recortes, e insisten en mantener la reforma laboral, para rebajar nuestros salarios, o la Ley Mordaza, para limitar las libertades.

Es evidente que necesitamos construir una alternativa frente a las políticas que representan los gobiernos del PP. Y en ese camino tenemos de nuestro lado una amplia mayoría. Porque en las ultimas convocatorias electorales -tanto las autonómicas y municipales como en la “doble vuelta” de las generales- fueron muchos más los votantes que se negaron a respaldar al PP, apoyando a las candidaturas que, desde diferentes posiciones, reclamaban un cambio.

Lo que nos interesa es trabajar para que esa mayoría social pueda traducirse en una alternativa de gobierno, en un gobierno de progreso que impulse los cambios que muchos esperan.

Pero, tanto por el contenido como por las formas, las mociones de censura presentadas están condenadas a no reunir la unidad necesaria para tener éxito.

En primer lugar porque la impugnación a los gobiernos del PP está limitada a enfrentarse “al gobierno más corrupto de Europa, que está parasitando las instituciones y poniendo en riesgo el Estado de Derecho”.

El cambio que necesitamos pasa por acabar con la corrupción, pero no puede detenerse aquí. La “parte del león” del saqueo impuesto sobre el 90% de la población viene de los recortes ejecutados a golpes de mandatos del FMI o la UE. Y una alternativa al servicio de la mayoría debe partir en primer lugar de redistribuir la riqueza que hoy monopoliza una ínfima minoría.

En segundo lugar, no puede presentarse una moción de censura mientras se está atacando a las fuerzas que deberían apoyarla. Pablo Iglesias sigue considerando a Ciudadanos como “la marca blanca del PP” y al PSOE como “la muleta de Rajoy”. Ese no es, por muchas lógicas diferencias que se tengan, el camino para construir una mayoría alternativa capaz de desalojar al PP del gobierno.

Desde estas páginas hemos respaldado los manifiestos “Por un gobierno de progreso. Por un acuerdo PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos”. Que se han colocado, primero en las generales y luego ante el escándalo de corrupción en Murcia, en el centro del debate político. Recabando el apoyo de miles de destacadas personalidades de muy distintos sectores progresistas, y al margen de la opción política que defendian.

Este es el camino para unir en torno a una alternativa que represente a la mayoría progresista, y que pueda, de verdad, desalojar al PP del gobierno para imponer un cambio de políticas.