La marcha de los pensionistas convocada por CCOO y UGT ha concentrado en Madrid a miles de pensionistas, contra la rebaja de las pensiones y ante “el riesgo que corre el sistema público”
La revalorización de las pensiones según el IPC que permita recuperar su poder adquisitivo, ha sido la primera reivindicación, pidiendo en sus consignas la derogación de las reformas, sobre todo la del 2013 del PP que ha permitido una pérdida del poder adquisitivo acumulada de más del 3%.
El incremento anual fijado por el Gobierno se ha quedado en ese mínimo del 0,25%. La entrada en vigor, en enero del 2019, del factor de sostenibiidad aún las recortará más.
No han faltado las referencias al ministro de Hacienda: «Montoro escucha, devuélvenos la hucha», en referencia al fondo de reserva (“la hucha de las pensiones”) que en el 2011 superaba los 66.000 millones y ahora apenas llega a los 11.000 millones.
La segunda ha sido reivindicar que se reavive el Pacto de Toledo, para que se activen medidas que permitan garantizar el futuro del sistema publico de pensiones.
Los dirigentes sindicales, Unai Sordo y Josep María Álvarez, han destacado que «no hay ninguna maldición económica» que impida la sostenibilidad del sistema y la viabilidad de las pensiones actuales y las futuras. Los líderes de las dos organizaciones convocantes de la marcha han pedido una nueva política económica y una reforma fiscal que inyecte fondos a la Seguridad Social.
Los sindicatos insten en que no se trata solo de reclamar una subida de las pensiones que impida que los pensionistas sigan perdiendo poder adquisitivo, sino sobre todo de garantizar un sistema público que “está en riesgo tal y como lo conocemos” y que juega un papel fundamental en el mantenimiento de las condiciones de vida de millones de hogares en toda España desde el estallido de la crisis. Y que según el informe de presupuestos familiares del INE, el 34% de los hogares españoles tiene como principal fuente de ingresos, una pensión, contributiva o no contributiva, de jubilación, invalidez o viudedad.
Denuncias de la precariedad
La concentración ha servido para que los diferentes sectores de pensionistas denunciaran la precariedad especialmente la precariedad extrema de diferentes sectores.
Una de las denuncias más sensibles ha sido la brecha entre hombres y mujeres que se extiende a las pensiones: Según los últimos datos publicados por la Seguridad Social, su importe medio es sustancialmente más alto en el caso de los hombres.
Hasta el punto de que hay el doble de mujeres que hombres que ni siquiera superan el equivalente al salario mínimo interprofesional (SMI). Así dos de cada tres pensionistas con pensiones por debajo SMI son mujeres.
En septiembre, la pensión media se situó en 923,3 euros mensuales, siempre según la información que proporciona la Seguridad Social. Pero esa media encubre una diferencia sustancial entre hombres y mujeres. Mientras los varones percibieron 1.140,37 euros, ellas tuvieron que conformarse con 718,23; es decir, un 37% menos.
Durante la concentración se ha hecho un llamamiento especial a los jóvenes, ya que las pensiones futuras están gravemente amenazadas. Varios estudios de los sindicatos y otros organizamos, auguran que las reformas de Zapatero y Rajoy supondrán en su conjunto una rebaja de las pensiones futuras de entre un 30% y un 50% respecto a las actuales.
«Los jóvenes tienen que incorporarse a estas marchas para defender lo que es nuestro y lo que será suyo», decía Ginés, de 64 años, jubilado del sector del metal.
Para los dirigentes sindicales, el sistema es viable pero todo depende de una «decisión política» sobre si se está dispuesto a gastar el 15% de la riqueza que se produce en un sistema de Seguridad Social digno. En esta línea, Josep María Álvarez ha aportado el dato inequívoco de la brecha entre los jubilados españoles y el resto de europeos. España debe «pasar del 10,4% del PIB» que actualmente se destina al sistema público de jubilación «a más del 14%».
Pensiones mínimas de 1.000 euros. Esta exigencia resume las reivindicaciones que han estado presentes en esta marcha desde que las cuatro columnas salieron de Gijón, junto con los pensionistas de Galicia, y Santander desde el norte de España; de Málaga uniendo toda Andalucía; y desde Castellón la columna del Este.