SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Merkel sentencia a España al pelotón de los rescatados

LA SEMANA que hoy comienza será decisiva para saber hasta qué punto el Gobierno puede aguantar una prima de riesgo desbocada y unos intereses de la deuda por encima del 6,5%. Después de que la ofensiva diplomática de Luis de Guindos en Alemania y Soraya Sáenz de Santamaría en Washington no diera resultados a corto plazo, Rajoy está soportando una dura presión para que solicite el rescate del sistema financiero. El Gobierno considera que el resultado de las elecciones griegas determinará el futuro de la zona euro y pone sus esperanzas en el resultado de la cumbre que del día 22 en la que participarán Rajoy, Hollande, Merkel y Monti. Pero faltan tres semanas y eso puede ser una eternidad.A día de hoy, el Gobierno se encuentra en una encrucijada infernal de la que no parece saber cómo salir. Merkel, aun con sus amables declaraciones de confianza en el Gobierno de Rajoy, parece haber sentenciado a España al pelotón de los países rescatados. O, lo que es lo mismo, apuesta por una Europa en la que haya naciones soberanas para tomar sus decisiones y otras, como Grecia, Portugal, Irlanda, o en el futuro España, que estarían a las órdenes de Berlín a través de la troika interventora.Según publicamos hoy, hasta dos veces propuso la canciller al ex presidente Zapatero que acudiera al fondo de rescate europeo, a partir de la crisis de la deuda de mayo de 2010, y lo hizo con la misma amabilidad con la que ahora está indicando idéntico camino a Rajoy. El dato es relevante para examinar la situación actual. Según el semanario alemán Der Spiegel, la canciller y su ministro de Finanzas presionan a Rajoy y De Guindos para que acudan al fondo de rescate con el fin de capitalizar el sector bancario. El Ejecutivo alemán no desmintió la información, sino que se limitó a reiterar su «plena confianza» en el Gobierno español y éste negó estar recibiendo «presiones» -¿se trata sólo de indicaciones?- para aceptar el rescate bancario. La UE, por su parte, advierte en un informe que si no se capitalizan Bankia y todos los bancos que lo necesiten, la prima de riesgo podría escalar hasta los 650 y los intereses de la deuda ascender hasta el 8%, lo que situaría a España en la imposibilidad de financiarse en el mercado.Lo cierto es que ni Alemania ni la UE se fían de que el Gobierno pueda sanear los bancos con recursos de los mercados de capitales. Además existen problemas técnicos para que el fondo europeo pueda transferir dinero a la banca de los países miembros, sin pasar por los gobiernos, como pretende España. El ejecutivo de Rajoy debe centrar todos sus esfuerzos en conseguir recursos directamente para los bancos, con el fin de mantener la soberanía de la política económica. Lo otro, la intervención, sería una catástrofe, tanto para el país -los ajustes de Rajoy serían una broma comparados con los que nos impondrían la UE, el BCE y el FMI- como para el Gobierno, que se quedaría en una situación muy complicada a sólo medio año de lograr la mayoría absoluta.El presidente del Gobierno, como es su obligación, se está resistiendo tan siquiera a considerar la posibilidad del rescate, pero hay indicios que podrían ser interpretados como una forma de preparar a los españoles para un escenario de intervención. El portavoz de Exteriores del PP aseguró ayer que «no se puede excluir» un rescate y que de producirse no sería «el Apocalipsis», sólo «un cierto varapalo». Es la primera vez que un dirigente del PP acepta la posibilidad de un rescate y además restándole trascendencia. Sin embargo, la tendría y mucha. La eventual intervención de la economía española haría muy difícil de entender la continuidad de Rajoy al frente del Gobierno. Porque los españoles le eligieron, precisamente, para evitar un rescate que con Zapatero se daba casi por seguro