«Bruselas entra en campaña». Así titulaba su crónica el principal periódico español. Y es que la Comisión Europea publicó, justo cuando se abría la campaña del 20-D, su «Informe de Vigilancia Post programa de España»… advirtiendo que será necesario «ampliar la reforma laboral», «acelerar la privatización de Bankia» o ejecutar «nuevos ajustes» por valor de 9.000 millones el año que viene para cumplir con los objetivos de reducción del déficit. El mensaje desde Bruselas, es decir desde Berlín, es tajante. Ustedes voten, pero sepan que hay «reglas del juego» que es necesario cumplir. Y que sea cual sea el gobierno que salga del 20-D deberá volver a coger la tijera para ejecutar nuevos recortes. Curiosamente, esta amenaza en toda regla, que puede determinar la política del futuro gobierno, ha sido silenciada durante la campaña, y ninguno de los candidatos de los principales partidos ha elevado su voz para enfrentarse al diktat de Bruselas y Berlín.
Los recortes que vienen desde Berlín o el FMI
En plena campaña electoral, la Comisión Europea hizo público su “Informe de Vigilancia post Programa de España”. Rajoy dice habernos salvado del “rescate total”… pero Bruselas no quiere que olvidemos que nos “vigilan”.
En su informe, la Comisión Europea advierte que el próximo gobierno español deberá “ampliar la reforma laboral”, “acelerar la privatización de Bankia”, y ejecutar “ajustes” -eufemismo para no decir recortes- por valor de 9.000 millones de euros para cumplir los objetivos de reducción del déficit. «En plena campaña electoral, Berlín a través de la UE, pretende imponer al futuro gobierno los nuevos recortes»
¿Escándalo político? ¿Indignación de los principales candidatos ante una flagrante intromisión exterior, con Bruselas dictando su programa a un futuro gobierno todavía por elegir?
Nada de eso. Y nuestro refranero nos recuerda que “quien calla, otorga”.
No nos extraña el acatamiento de Rajoy o Pedro Sánchez, tras recordar que PP y PSOE, y por imposición directa de Merkel, reformaron la Constitución en apenas dos semanas para asegurar que los bancos alemanes o norteamericanos cobrarían antes que los jubilados españoles.
Pero sorprende el silencio de aquellas fuerzas que, como Podemos, dicen encabezar la lucha contra el “austericidio”.
Rajoy, y antes Zapatero, han ejecutado los recortes durante los últimos siete años, pero no han sido ellos quienes los han decidido. Venían dictados por los sucesivos “informes de vigilancia” del FMI, el BCE o la Comisión Europea.
El nuevo informe publicado por la Comisión Europea justo en plena campaña electoral fija su atención en primer lugar sobre el mercado de trabajo. Advirtiendo sobre el elevado índice de paro y sobre la dualidad entre empleos fijos y temporales.
Y la medicina que propone para curar esa enfermedad es… suministrarle más veneno al paciente. Exigiendo una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral, o advirtiendo que “debe respetarse la moderación salarial”, es decir anunciando un nuevo recorte en los salarios.
Bruselas pone el foco en “las vulnerabilidades” de la banca española. Señalando que “los bancos que han recibido ayudas públicas están progresando bien”, pero advirtiendo que “la privatización de los bancos estatales no ha avanzado en los últimos seis meses”. Una llamada de atención que exige la aceleración inmediata de Bankia, que Bruselas impone dejar concluida el año que viene.
La Comisión Europea alaba “las reformas” emprendidas por el gobierno de Rajoy, pero advierte que “el esfuerzo fiscal se queda claramente corto”, señalando que de no producirse “nuevos ajustes” España no cumplirá los objetivos de reducción del déficit.
Y cuantifica los nuevos recortes en 9.000 millones de euros para el próximo año, que deberían venir bien de subir impuestos, bien de “reducir el gasto público”, es decir de aplicar nuevos tijeretazos en sanidad, educación, ayudas sociales…
El oculto saqueo exterior
Cuando más se dirige nuestra mirada hacia “las castas corruptas” o “nuestras oligarquías improductivas y defraudadoras”, más se oculta la magnitud y los grandes beneficiados del saqueo a la población.
El saqueo viene del exterior, y los números lo demuestran. La oligarquía española se ha enriquecido a golpe de rescates bancarios, rebajas salariales y recortes sociales. Pero por cada euro de la ganancia capitalista que se apropia la oligarquía, el capital extranjero se ha llevado cuatro.
Pero Washington y Berlín exigen intensificar el saqueo, que no viene determinado por “las políticas de austeridad” sino por las necesidades de EEUU o Alemania para imponernos tributos cada vez mayores.
El FMI ha advertido de que “no hay que dar ni un paso atrás en las reformas, sino volver a la carga”. Exigiendo al nuevo gobierno que surja de las generales una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral que permita rebajar más los salarios, una mayor subida del IVA o la implantación de más copagos sanitarios y educativos. Y Berlín ya ha impuesto un calendario de reducción del déficit que obligará a recortes de gasto público por valor de 30.000 millones entre 2016 y 2017, que saldrán principalmente de las “transferencias sociales”, es decir quitando dinero a sanidad, educación o ayudas sociales.
Sufrimos un oculto aumento de la penetración del gran capital extranjero, fundamentalmente norteamericano, principal beneficiario del saqueo al 90%.
El capital extranjero controlaba en enero de este año el 41,5% del Ibex-35. Porcentaje que va en aumento, hasta alcanzar ya el 43%, con operaciones como la duplicación de la participación de Bank of America en Enagás. Se apropia directamente, a través de sus monopolios, del 35% del valor añadido producido en la industria española. Y recibe el 53% del pago de la deuda pública.
El objetivo del capital extranjero, fundamentalmente del norteamericano, es también apoderarse de los nichos de negocio que todavía no controlan.
En el sector financiero, las imposiciones de la troika obligan a vender las participaciones públicas en Bankia antes del final de 2017. Y la batalla por apoderarse de la “joya de la corona” bancaria, que en el primer semestre ha generado 556 millones en beneficios, esta abierta.
La imposición del TTIP o el TISA busca abrir la puerta a la privatización de servicios públicos básicos como educación o sanidad, de hecho el capital norteamericano está ya copando posiciones en la sanidad privada española.
Y no han renunciado a apoderarse de las pensiones públicas. El programado vaciamiento del fondo de reserva busca crear las condiciones de “insostenibilidad” de las cuentas que justifiquen sus ataques.
No habrá lucha contra los recortes sin defender la soberanía nacional
No es posible luchar contra los recortes sin defender la soberanía nacional. Para poder decidir la política económica que de verdad nos interesa a la mayoría de la población, es imprescindible denunciar y enfrentarse a los dictados y recortes de la troika.
Es evidente que vivimos un momento de cambio. ¿Pero por qué se ha excluido del debate político en esta campaña electoral precisamente las condiciones que nos imponen desde la UE y Berlín, que nos obligarán a ejecutar mayores recortes? ¿Es que acaso se está diciendo que esas son unas “reglas del juego” que no podemos cambiar?
No podrá haber un cambio de verdad si no hay redistribución de la riqueza, es decir si no ponemos los principales recursos económicos del país al servicio de los intereses y las necesidades de a inmensa mayoría. Esta es la única política posible para salir de la crisis en beneficio de la inmensa mayoría.
Y no podrá haber redistribución de la riqueza sin defender la soberanía nacional, sin conquistar autonomía para poder decidir por nosotros mismos la política económica que nos interesa.