Teatro y danza; flamenco y ballet en una obra maestra de la danza española: Medea del maestro José Granero con la música de Manolo Sanlúcar.
Lola Greco, quien fue primera bailarina del Ballet Nacional, vuelve a la Zarzuela como Medea. La trayectoria de esta bailaría y bailaora, Premio Nacional de Danza 2009, estará ligada siempre al Ballet Nacional. Antonio Najarro, nuevo director del ballet , marca la diferencia y repone la mejor selección del repertorio clásico de la compañía con la magia de la tragedia de Eurípides como broche de oro. El montaje vuelve sobre los pasos que coreografío el maestro José Granero cuando la estrenó en 1984 con Manuela Vargas como protagonista y la impresionante música de Manolo Sanlúcar. La coreografía de Granero, gran renovador de la danza española, sigue tan brillante como hace 30 años.
¿Qué diferencia la Medea de José Granero de otras versiones? ¿Qué hace de este montaje una obra tan emblemática?
Cuando Medea se estrena en los 80´se convierte en un clásico de la danza española. Se juntan varios elementos muy fuertes. La versión de José Granero es una tragedia griega en clave flamenca instrumentada con una orquesta sinfónica mágica. El flamenco vive de la tragedia, es un arte en sus orígenes clandestino y funciona muy bien en Medea. La dramaturgia es muy importante gracias a la expresión de la danza pura. El guión de Miguel Narros o la dirección de arte de Andrea Odorico son excelentes ;y los diseños de vestuario de Tony Benítez son espectaculares. No se había visto antes una mujer en escena bailando flamenco sinfónico con un camisón de gasa. Normalmente el flamenco se baila más vestido.
Los personajes están muy bien seleccionados y caracterizados. Por ejemplo, cuando Jason está haciendo sus negocios con Creonte va vestido de boda. Es muy significativo porque Jason quiere casarse con Medea por su riqueza. El espectáculo que ha escogido el director Antonio Najarro es un verdadero lujo.
¿Qué hace a Medea tan actual?
Los grandes personajes clásicos no pasan de moda. Pueden pasar siglos pero siguen siendo modernos y vanguardistas. Perder el amor del hombre del que estas enamorada ya es duro; pero Medea es también humillada y desterrada. Medea asesina por amor. Es una historia muy dura que no es lógica en nuestros tiempos pero que todo el mundo puede entender. Como bailarina te comprometes con la belleza y con un personaje no sólo con un paso de baile. He trabajado mucho la historia y la expresión dramática porque tienes que dibujar una historia con el baile.
Vuelves a trabajar con Miguel Narros con quién interpretó a Fedra. ¿Es difícil para un bailarín interpretar una obra de teatro?
Sí, no todos los bailarines lo consiguen. He tenido mucha suerte porque Miguel Narros ha trabajado mucho con el baile. Debes estar muy bien dirigido para expresar la dramaturgia de la danza. Y Fedra también la estrenó Manuela Vargas lo cual era un reto para mí. Manuela tenía un dramatismo muy personal, muy íntimo. Su baile ya era muy dramático de por sí pero yo he tenido que trabajarlo mucho. Aunque yo siempre he sido muy peliculera. Mi padre José Greco era bailarín pero hizo muchas películas y mi madre que fue una gran bailarina falleció en mayo. Todo esto me ha hecho tocar otras profundidades para darle más brillo a lo que hago. El ballet lo tiene todo. Es espectacular y se puede hacer magia. Desde el principio al final se desarrolla mucho el personaje dejando tiempo para trabajar sobre el alma lo que no se consigue a veces con otras obras.
Medea es muy desgarrada pero al mismo tiempo muy lírica. Usted de hecho desde una formación clásica ha llegado al flamenco.
Yo hasta hace 5 años no he sentido que pudiese hacer un flamenco serio. Es muy difícil cuando siempre has bailado lírico. Aunque en los 50´y 60´lo mismo bailaban una seguidiya o una jota asombrosamente pero de pronto el estudio de la barra convulsionó el Ballet Nacional. Pertenezco a una generación de bailarines que heredamos una zapatilla española con un nivel de ballet clásico muy profesional.«Como bailarina te comprometes con la belleza y con un personaje no sólo con un paso de baile»
Usted trabaja mucho más los brazos y el cuerpo que los pies…
Claro, en el ballet la fuerza está en todo el cuerpo. El público flamenco necesita ver los pies durante cinco minutos. Pero para la danza los pies son otra motivación. La conversación se centra en la percusión pero sin brazos y sin cuerpo no vale. Y Medea necesita de más. El flamenco se te va del cuerpo…No sabría explicarlo. El ballet es todo arriba, mantenida. Y el flamenco no es hacia abajo, al contrario pero con los pies agarrados. Es lo contrario del ballet por eso es muy difícil bailar las dos técnicas adecuadamente. Los especialistas existen por algo. Eva Yerbabuena no puede bailar la Sonata del Padre Soler porque estaríamos fuera de lugar.
Esta obra descubre a un Manolo Sanlúcar a la altura de grandes compositores como Falla
La música de Manolo Sanlúcar una vez la tienes aprendida se baila sola. Acostumbrados al playback resulta un lujo escuchar la música en directo de Manolo Sanlúcar y de Pablo Sorozábal. Cada nota es un movimiento y no otro. Es como si te diese instrucciones propias de ballet. Siempre tienes que estar a la altura de la música, que nunca te supere. Aunque te supera muchas veces los bailarines estamos preparados para despistar. Una noche después de asesinar me emocioné tanto que bailando la siguiente pieza empecé a llorar y ni siquiera recuerdo la escena del asesinato. Es un momento del artista en el que ya no estás tú ni tampoco tienes un espejo para mirarte. Es en ese momento cuando el bailarín se crece.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Me va ser muy triste separarme del Ballet Nacional. Porque aunque estoy acostumbrada a dar tumbos crecí en el Ballet Nacional y sufrí las consecuencias de la dirección de Aida Gómez. Estoy muy contenta con la actual dirección de Antonio Najarro. Voy a actuar en el Festival Internacional de la Habana con Sergio Berna uno de los primeros bailarines del Ballet y vuelvo para bailar en un homenaje a Ramón Montoya en Casa Patas. Puedo trabajar en cualquier teatro pero me encantaría que el Ballet Nacional me volviese a contratar porque vengo del ballet. Yo fui despedida y me busque la vida pero sin la danza estoy huérfana.
¿Quiere añadir algo más?
La danza está feliz con Antonio Najarro. Con cabeza, corazón y buen gusto se presentan proyectos que el público aplaude. Estoy muy feliz de que Medea haya funcionado tan bien y de que el ballet vuelva a funcionar con el mismo fervor que hace años.