El copago a los pensionistas

Matar elefantes y «cazar» jubilados

A medida que ellos arrecian sus ataques contra el 90% de la población, se hace más urgente y necesaria una respuesta popular contundente.

«Venga ya. Dejemos de hablar de elefantes y volvamos al tema de las hormigas», dice un personaje de una viñeta publicada estos dí­as por un diario nacional. «¿De las hormigas?» le pregunta otro sorprendido. «Sí­, claro; pensionistas, parados, enfermos, hipotecados, funcionarios,…» le responde el primero. Es difí­cil describir con más exactitud lo ocurrido en nuestro paí­s esta pasada semana. Exactamente el mismo dí­a que el gobierno aprobaba que los jubilados pasen a pagar por los medicamentos que necesitan, se hací­a pública la noticia del accidente de rey en Botswana, a pesar de haberse producido varios dí­as antes. Como consecuencia, la cacerí­a de elefantes pasó a convertirse en primera plana de todos los medios de comunicación, como si esto constituyera el centro de la vida polí­tica nacional, dejando aparcado en un lugar secundario, prácticamente irrelevante, uno de los ataques más salvajes e inmisericordes de la larga lista de ajustes y recortes que estamos sufriendo.

“Sólo cuatro cafés”
Para José Ignacio Echániz, Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, el nuevo copago implantado por el gobierno no merece más atención, pues equivalen “ sólo a cuatro cafés al mes”. Mientras que Rajoy pide a los españoles “unos pocos euros” para mantener los servicios públicos porque “no hay dinero”.

¿Cuatro cafés al mes, sólo unos pocos euros? ¿Y por qué no los suman a la congelación de las pensiones del pasado año, a la subida del IVA, al aumento del IRPF, a la subida del recibo de la luz, del gas, del agua, de los transportes públicos, a las rebajas de los salarios…? ¿A cuántos cafés al mes sube ya para muchos pensionistas y familias españolas la acumulación de recortes, rebajas y subidas de precios? Posiblemente a muchos más cafés de los que el tal Echániz es capaz de tomar en varios años. « ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando que nos engañen y nos roben de esta manera?«


¿Qué no hay dinero para pagar los servicios públicos porque nos hemos endeudado todos estos años para “vivir por encima de nuestras posibilidades” y por eso todos tenemos que destinar unos pocos euros a su mantenimiento? Mentira.


El endeudamiento de las familias españolas representa un 77% del PIB, no muy lejos del de las familias alemanas, pero sí muy por debajo de las de EEUU o Inglaterra. Mientras que el endeudamiento del sistema financiero español se eleva al 130% del PIB. Es decir, menos de 50 bancos están cerca de duplicar la deuda contraída por las casi 18 millones de familias españolas. ¿A quién corresponde, por tanto, la “carga inasumible de la deuda”?


La deuda de las familias españolas no representa ningún “agujero negro” para nuestra economía, como quieren hacernos creer. Sólo un 2,7% de las familias españolas han dejado de pagar sus deudas hipotecarias, a pesar del paro, los recortes y el empobrecimiento. El 97,3% paga religiosa y puntualmente sus deudas con el banco.
Dice Rajoy que no hay dinero para financiar los servicios públicos y por eso hay que recortar y recortar sin fin, pero oculta que la deuda pública española, pese a todos los recortes, aumentará este año un 12%. ¿Por qué? Única y exclusivamente por el dinero público que el Estado va a inyectar este año para rescatar a la banca y los monopolios, como reconoció el ministro De Guindos en una entrevista al Wall Street Journal.


Dice el gobierno que aplica recortes que tampoco a él “le gustan” porque nos hemos endeudado tanto con nuestros socios exteriores, que si no lo hacemos dejarán de prestarnos más dinero. Mentira. Bancos y monopolios son responsables de más del 80% de la deuda externa del país. Familias y pymes, más del 90% de la población, tenemos un papel irrelevante en esta deuda. Nosotros no le debemos nada a los bancos alemanes, franceses o norteamericanos. Es su deuda que la paguen ellos.


¿Pero es que acaso los bancos no se han endeudado para prestarnos a nosotros el dinero que necesitábamos para comprar una vivienda? No. Las familias españolas tenemos depositados en los bancos españoles 1,09 billones de euros, mas que suficiente para cubrir todos los préstamos hipotecarios que se han hecho durante la década, y aún sobra dinero. El endeudamiento de la banca y los monopolios con los bancos extranjeros ha estado dirigido a financiar primero su concentración monopolista y después su expansión internacional, buscando codearse con las mayores multinacionales del mundo.


¿Que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? Pero si España es el país europeo donde las rentas salariales tienen una menor participación en el PIB, el 46% frente al 65% de la media europea.
Si la distribución de la nueva riqueza creada cada año entre las rentas salariales y las rentas de capital en España fueran iguales a la media europea, cada trabajador español recibiríamos de media 1.050 euros más de salario mensual.


¿Cómo que tenemos una sanidad y una educación que no podemos financiar cuándo el porcentaje del PIB que dedicamos es muy inferior a la media europea? ¿En qué se ha gastado entonces esa diferencia, a dónde ha ido todo ese dinero público, quién se lo ha quedado? Queremos saberlo y que se exijan responsabilidades.

Ni una mentira más, que rindan cuentas
Uno tras otro, todos los argumentos del gobierno se revelan como una gran mentira, un gigantesco engaño con el que buscan que nos resignemos a que no hay otra alternativa que comulgar con el empobrecimiento de varias generaciones, mientras unos pocos grandes capitales, nacionales y extranjeros, se enriquecen todavía más a costa de nuestro sufrimiento.


¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando que nos engañen y nos roben de esta manera? Con el copago a los pensionistas por sus medicamentos el gobierno ha traspasado todos los límites. Y en su sometimiento a los dictados del FMI y Bruselas, nadie debe descartar que se atrevan en el futuro inmediato hasta con lo inimaginable.


A medida que ellos arrecian sus ataques contra el 90% de la población, se hace más urgente y necesaria una respuesta popular contundente.