Según un estudio del Instituto Valenciano de Investigación Económica (IVIE) y la Fundación Bancaja (Desarrollo humano y pobreza en España y sus Comunidades Autónomas), que analiza distintos tipos de pobreza (humana, económica, la desigualdad), el desarrollo humano es un 4,4% más bajo que sin crisis, y «el bienestar material se ha visto duramente afectado con una caída del 13,7% para el conjunto de España» en el periodo 2006-2011, con grandes diferencias entre autonomías.
Canarias con una caída del 21%, la Comunidad Valenciana con el 18% y Andalucía con el 16%, son las comunidades autónomas con mayor caída del bienestar material.«La pobreza económica está disparada con un aumento superior al 60% en sólo tres años» La pobreza humana (relaciona pobreza económica, sanidad y educación) ha aumentado un 8% desde el inicio de la crisis, en el periodo 2006-2011. Aunque según el catedrático Antonio Villar, uno de los autores del estudio, la situación ha seguido empeorando y ahora mismo tendríamos que estar hablando de más de un 10% de aumento de la pobreza humana si se actualizaran los datos a día de hoy. Su base es la pobreza económica que está disparada desde 2008 con un aumento superior al 60% en apenas tres años.El estudio refleja la vuelta a los tiempos más duros de las “dos Españas”, acentuado las desigualdades entre autonomías hasta el doble en muchos casos. El estallido de la crisis truncó radicalmente el proceso de convergencia regional agrandando la brecha entre las autonomías más empobrecidas, con mayor deterioro de bienestar social, (Canarias, Aragón, Andalucía, Comunidad Valenciana…) y las que menos (Cantabria, País Vasco, Navarra o La Rioja).Por último el estudio señala a la familia, la solidaridad dentro del núcleo familiar con los familiares más necesitados, como el factor que está mitigando la situación desesperada de millones de personas en situación límite. “El núcleo familiar se comporta como un grupo supliendo las carencias… y evitando una mayor conflictividad social”. Y cómo las prestaciones económicas –entre ellas las pensiones de jubilación- cubren gran parte de los gastos familiares.Los autores insisten en que las perspectivas, sobre todo a corto plazo son aún mucho peores: “En la actualidad podemos avanzar que continúa el empeoramiento de los niveles de pobreza debido a la caída de la renta y el aumento del desempleo de larga duración”.