La realidad de la economía española

Más crecimiento… con más desigualdad

La realidad de la economía española es la de una lluvia de millones para bancos, monopolios y fondos extranjeros, mientras una mayoría ve disminuir su renta real a golpe de subida de precios o alquileres.

España ha pasado a ser designada como “la locomotora económica de Europa”. Crecemos un ritmo, el 3%, que triplica con creces la media de la UE, situada en el 0,8%.

Mientras Francia y sobre todo Alemania están estancadas, España aporta el 40% del crecimiento de la UE. Y todos los organismos nacionales e internacionales han actualizado sus datos para certificar que la economía española avanza a un ritmo mayor que el previsto.

Esta es una realidad. Pero es solo una parte de lo que sucede. La otra es que ese crecimiento viene acompañado de una mayor desigualdad.

Pedro Sánchez afirma que “el buen desempeño de la macroeconomía está ayudando a mejorar la vida de la gente, lo que se ve en la recuperación del poder adquisitivo”.

Sin embargo, todos los hechos afirman lo contrario. Como vamos a comprobar la realidad de la economía española, la que nos afecta a cada uno de nosotros, es la de una lluvia de millones para unos bancos, monopolios y fondos extranjeros que ganan más que nunca, mientras que una gran mayoría ve disminuir su renta real a golpe de la subida de precios o alquileres.

El aumento de la desigualdad es el gran problema que enfrentamos, oculto tras la fachada del crecimiento económico.

El aumento de la desigualdad es el gran problema, oculto tras la fachada del crecimiento económico.

Y a esto se une un incremento de nuestra dependencia exterior. El crecimiento se beneficia de inyecciones de liquidez que vienen de fuera, como los fondos europeos. Y el dominio del capital extranjero sobre sectores clave, desde la industria al campo, la vivienda o la sanidad, es cada vez mayor.

Sabemos que esa mayor dependencia nos conduce a un desastre seguro. Sucedió en 2010. Los años del “milagro económico español” vivido en los años anteriores a esa fatídica fecha se asentaron un salto en nuestra dependencia exterior. Y ya sabemos a dónde condujo.

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El atraco financiero y monopolista sobre el 90%

Los que pierden

Claro que el crecimiento económico permite mejoras para algunos sectores populares. Son las empresas no monopolistas que han aumentado sus ventas, pero también los trabajadores que antes estaban en el paro y ahora tienen empleo, o los que se han beneficiado del aumento del salario mínimo. Son, según los diferentes estudios, en torno a un 20% de la población.

Pero para otros sectores todavía más amplios, en torno al 80% de la sociedad, el mayor crecimiento no ha mejorado su situación, que incluso ha empeorado en algunos casos.

El “Paquete de Otoño del Semestre Europeo”, una radiografía social publicada por la Comisión Europea, nos señala el reverso más oscuro del crecimiento económico español.

España es uno de los diez países de la UE con “potenciales riesgos para la convergencia social”. De los 17 indicadores sociales evaluados, nuestro país suspende en 10.

Durante los últimos dos años, los de mayor crecimiento, la población en riesgo de pobreza y exclusión social aumentó al 26,5%, porcentaje que se eleva al 34,5% entre los niños. Son tasas muy por encima de la media europea… a pesar de ser la cuarta economía de la zona euro.

El estudio señala como un punto crítico “la persistente alta tasa de pobreza entre quienes tienen trabajo”. Gracias a los sueldos bajos un 12% de los trabajadores, 2,5 millones, son pobres.

Y sitúa como uno de los apartados que “requieren vigilancia” el aumento en “la desigualdad de ingresos”. Los salarios y rentas de los que más tienen se incrementan a un ritmo muy superior, acaparando una parte mayor.

Pero esta es solo la parte más dura de un fenómeno mucho más extendido. Según el Instituto Nacional de Estadística el 59% de la población, a pesar de no estar en peligro de exclusión, son más pobres, han perdido poder adquisitivo.

Gracias a los sueldos bajos un 12% de los trabajadores, 2,5 millones, son pobres. Y hasta un 50% de la población, aunque no esté en peligro de pobreza, ha perdido poder adquisitivo

Este bocado a nuestros bolsillos sigue avanzando.

La OCDE certifica que España sigue siendo hoy uno de los países europeos donde más se ha recortado el salario real. La inflación se ha comido los muy moderados aumentos salariales. Y la realidad es que hoy nuestro poder adquisitivo es un 4% menor que en 2019.

El recorte a nuestras rentas ha sido mayor en las cuestiones que más afectan a las clases populares. Entre 2019 y 2024 el precio de los alimentos ha subido 14 puntos más que los salarios. Y el alquiler disparado o las más abultadas cuotas de la hipoteca son una condena para muchos.

Lo sufren las familias, pero también las pymes. Hoy pagan el doble que intereses a los bancos que en 2019, el 62% más por la luz a las eléctricas, o el 35% más a los monopolios que controlan los insumos necesarios para su negocio.

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Un 26,5% en riesgo de pobreza, y un 59% con su poder adquisitivo recortado

Los que más ganan

Ana Patricia Botín, presidenta del Santander

En el otro lado están los que de verdad ganan, los grandes beneficiados de ese crecimiento económico: bancos, monopolios y capital extranjero que pulverizan una y otra vez su récord de ganancias.

El Ibex-35, el emblema de la oligarquía española, con un dominio cada vez mayor del capital extranjero, anuncia un aumento de sus ganancias del 13% en 2024, el mayor de todas las bolsas europeas.

Según Bloomberg, la principal agencia económica de EEUU, los beneficios del Ibex-35 en el año que terminamos se elevarán a los 63.661 millones. Un nuevo récord muy por encima de los 57.797 millones registrados en 2023.

Y ese aumento de los beneficios de los que más tienen es incluso mayor. Durante los 11 primeros meses del año los dividendos repartidos por bancos y monopolios a sus accionistas -principalmente fondos extranjeros y grandes fortunas nacionales- se dispararon un 25% hasta alcanzar los 48.000 millones.

Los beneficios del Ibex-35 en 2024 se elevarán a los 63.661 millones. Un nuevo récord muy por encima de los 57.797 millones registrados en 2023.

La rentabilidad que obtienen estos gigantes económicos se ha disparado. El margen operativo del Ibex-35 en 2024 -los beneficios respecto a los ingresos- será el más alto de su historia. Alcanzando el 21,6%… un 50% más que antes de la pandemia.

¿Es que son “brillantes gestores” que “saben sacar rentabilidad a su negocio”? No. Es que nos han impuesto un mayor expolio.

Los sectores que más han aumentado su rentabilidad son la banca, gracias a las brutales subidas de intereses en préstamos e hipotecas, y las eléctricas, merced a un disparado precio de la luz.

Lo mismo sucede en otros sectores esenciales para nuestro bienestar.

Detrás del desorbitado aumento de los alquileres y el precio de la vivienda están bancos y grandes constructoras o promotoras, pero sobre todo megafondos extranjeros, como BlackStone, Cerberus y Lone Star, que se han convertido en los mayores caseros de España.

Y quien provoca la subida del precio de los alimentos, muy por encima del IPC general, no son los agricultores sino grandes fondos extranjeros. COAG, la mayor organización de agricultores y ganaderos, denuncia que apenas 900 fondos de inversión controlan más de 100.000 millones de euros en tierras de cultivo. Imponiendo un oligopolio que acapara una parte muy importante del mercado agrícola.

Para reducir la desigualdad, y que el crecimiento económico realmente beneficie a la mayoría, hay que redistribuir la riqueza, recortando el atraco que una ínfima minoría nos impone para aumentar sus beneficios a costa nuestra.