Prólogo de “Marzo súbito”
¿Dónde estamos?
¿En qué momento, en qué lugarde la memoria?
Pasó ya el tiempo del llanto,del silencio y su retiro.
Después de los aniversarios de Marzo,después de aquel Agosto en las Ramblas, es hora de entender,de volver al recuerdo,para preguntar y preguntar,y conocer, sentir, saber.
Cuando el silencio permanecedespide una niebla sorda, que amordaza las heridasy enjaula la memoria.Aunque no logra el olvido –¡ya quisiera!–,porque nadie olvida a los suyos.
Si alguien piensa que dos tragedias semejantesquedarán selladas por un juicio, o por la nieve cansina del tiempo, es que ignora la naturaleza de nuestra historia. Es que ignorala densa serranía de la sustancia que nos compone:esos altos macizos de memoria en el bucle de las generaciones.
Si alguien piensa que no hay freno a la maldad ciega,le diremos, sin descanso:el mundo convulsionaporque hay artífices del látigo.Pero más temprano que tardevamos a desnudarlos.
Sí, es tiempo de ondear y batir de voces. Que dicen, desdicen, contradicen. Aquí, allí, allá.
II
Estos textos comenzaron a escribirseun once de Marzo. Entonces, en medio de la conmociónque parecía tapiar las fuentes del lenguaje, había que buscar y encontrara toda costa las palabras, porque callar era insoportable.
Hoy es necesario reavivarlas,volver a decirlas, volver a oírlas. Y extenderlas, ensancharlas. Porque Madrid está en Las Ramblas y Barcelona en Atocha. Porque Londres está en París. Nueva York en Irak, en Siria…
Y quién puede olvidar Euskadi.
Todas las víctimas son nuestras.
Allá donde estemos, guardamos nuestros propios ecos. Todos recordamos dónde y con quién estábamosaquellas mañanas, aquellas tardes. Pertenecen ya a nuestra vida.
El reverso del terror es una gigantesca red de memoria compartida, cuyos hilos atraviesan y conectan con un singular latido millones de cuerpos. Hilos, que sin saberlo, nos entrelazan con gentes parecidas o dispares, cercanas o de muy lejos.
Juan Carlos Torres