SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Mamporreros

Seguramente recuerdan ustedes la vieja historieta del regateo. El señor le dice a la señora: «¿Se acostaría usted conmigo por un millón de euros?». ¡Un millón! La dama suspira, pensativa. Y añade él: «Puedo ofrecerte 200 euros por un polvo». Ella se escandaliza: «Pero, bueno, ¿por quién me toma usted?». Y él: «Eso ya ha quedado claro. Ahora estamos hablando del precio».

Según parece, algo semejante ocurrió en el cambalache secreto que se trajeron Jesús Eguiguren y los etarras, que ahora ha tocado revelar. No llegó a hacerse ningún pago, lo mismo que la señora del cuento se queda sin cobrar, pero se ofrecieron cosas insólitas, como una redefinición de la identidad vasca o una mesa de partidos extraparlamentaria. Al final, las exigencias de ETA acabaron con el trato, si no nos engañan otra vez, pero quedó claro al menos que a la banda terrorista se la trataba como a una instancia política que se había ganado sanguinariamente su derecho a ser escuchada. De modo que ya obtuvo una concesión importante y sentó un precedente temible, como puede ver cualquiera a quien no ciegue el sectarismo o el prejuicio seudopragmático del gato cuyo color no importa mientras cace ratones.