El peor verano de incendios en la historia de Galicia, con más de 120.000 hectáreas calcinadas, y con una de sus provincias -Ourense- especial y trágicamente afectada: el 8% de su territorio ha sido pasto de las llamas.
Bajo el lema «lunes nunca mais», miles y miles de gallegos han inundado las calles de Santiago de Compostela para exigir responsabilidades políticas a la Xunta de Galicia por esta catástrofe ambiental, económica y social, cargando contra su nefasta y negligente política forestal, y La protesta ha denunciado el abandono del rural y la falta de medios de prevención.
Llenando con más de 20.000 personas la compostelana Praza da Quintana, la plataforma convocante ‘Por un Monte Galego con Futuro’ ha reclamado el derecho de la ciudadanía a no ser “tratados como una tropa” sino como personas con voluntad de proteger sus montes y disfrutar del patrimonio natural de Galicia. “Queremos reclamar un monte vivo y con futuro”, ha pedido la portavoz Belén Rodríguez, que además ha exigido un monte “multifuncional” donde desenvolver su vida “con calidad”.
“Nos tratan como si fuéramos la tierra a la que odian, tenemos que defendernos de ellos, porque nuestro país está en peligro”, ha denunciado, refiriéndose al gobierno de Alfonso Rueda, el escritor gallego Suso de Toro, que ha leído el manifiesto al final de la protesta. «Pero somos una unidad humana, somos un país con dignidad, un país vivo, un sujeto, y hablamos por cada persona que perdió bienes, que perdió tierra, por cada aldea, por cada lugar”.
Frente a él, miles y miles de vecinos de las aldeas asoladas por las llamas, que han visto arder sus paisajes, sus recuerdos, sus hogares. Y agricultores y ganaderos que lo han perdido todo, y que se enfrentan a un provenir tan negro y quebradizo como las cenizas de sus explotaciones. Y una amplia representación de organizaciones ecologistas, ambientalistas y ciudadanas que este año han protagonizado otras multitudinarias movilizaciones en Galicia al grito de «Altri NON».
Pero los más aplaudidos han sido los bomberos forestales, la numerosa representación de los brigadistas que lo han dado todo, durante días sin descanso, para apagar unas llamas que demasiadas veces eran imposibles de sofocar. Héroes que se juegan la vida a pesar de unas condiciones laborales demasiado indignas y a menudo míseras. Su pancarta: “trabajo digno todo el año”.
“Sabemos que todos los años arde una parte de la piel de nuestra tierra, es cierto, pero no tenía que haberse quemado de la manera que se quemó este año”, ha sentenciado de Toro. “Todos sabemos que es precisa una política de prevención todo el año y sabe todo el mundo que aquí faltó esa previsión”, ha añadido: “Quien tenía que hacerlo no lo hizo. Hay responsabilidades y queremos que se paguen”.