El gobierno de Brasil anunció que ofrecerá a Paraguay extender el plazo y bajar el precio mensual de las cuotas referentes a la deuda por la construcción de la central hidroeléctrica binacional de Itaipú. La oferta será realizada por el presidente Luiz Lula da Silva el viernes en Brasilia a su colega paraguayo, Fernando Lugo, reveló ayer el ministro de Minas y Energía de Brasil, Edison Lobao.
Desde que asumió el cargo, el residente Lugo exige la revisión del Tratado de Itaipú, que prohíbe a Paraguay vender su energía excedente a terceros países, opción descartada por el gobierno de Brasil, que ofrece otras alternativas.»La deuda estará totalmente cancelada en 2023 y lo que se puede hacer es reducir las cuotas y ampliar al plazo hasta 2030 o 2040″, dijo el ministro Lobao a la prensa. Para Lobao, esa oferta de Brasil «es una ayuda a un país hermano», que reclama también el precio por el que vende a Brasil la energía que no utiliza (el 95% que le corresponde).El gobierno brasileño también tiene en carpeta, según se anunció en abril, ofrecer una línea de financiación de mil millones de dólares para industrializar Paraguay con dinero de la entidad pública de fomento Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes).El anuncio del gobierno brasileño llega en un momento difícil para el gobierno paraguayo, ya que Lugo se ha visto sacudido por revelaciones de que es padre de al menos tres hijos que no había reconocido. Las revelaciones generaron una crisis dentro de la propia alianza gobernante, donde un sector pidió que el vicepresidente del partido liberal Federico Franco reemplace a Lugo, mientras líderes opositores reclamaban un juicio político contra él y hasta las ministras del gabinete paraguayo exigían que el presidente asumiera su responsabilidad ante los reclamos.Lula fue el primer mandatario latinoamericano en salir en apoyo de Lugo luego de las revelaciones. El presidente brasileño dijo que se trataba de un asunto privado que no afectaba la gobernabilidad del vecino país.Lejos de aplacarse, la disputa que mantienen Paraguay y Brasil por el manejo y la producción de la central hidroeléctrica de Itaipú sigue generando cortocircuitos que podrían terminar en tribunales internacionales.Si bien por ahora Argentina está al margen de ese conflicto, su desenlace promete dejar su impacto en la renegociación que está pendiente entre Buenos Aires y Asunción por el futuro de Yacyretá. Los funcionarios guaraníes ya anticiparon que quieren revisar, no sólo el precio por la energía, sino también el pago de la multimillonaria deuda que se acumuló por la construcción de Yacyretá.La renegociación del tratado de Itaipú para mejorar los ingresos que recibe Asunción es una de las banderas que ha levantado Fernando Lugo desde que asumió la presidencia de Paraguay. Hasta ahora, la administración de Lula da Silva se ha negado a revisar las cuestiones esenciales del tratado y sólo accedió a otorgar compensaciones parciales y transitorias. El tema estará en la agenda del encuentro entre los dos mandatarios la semana que viene (ver aparte).El tratado de Itaipú fue firmado en 1973 y de acuerdo con las claúsulas vigentes recién se podría modificar en 2023 cuando se termine de cancelar la deuda de casi US$ 19.000 millones que mantiene Paraguay con Brasil por el financiamiento de la hidroeléctrica. Emplazada sobre el río Paraná, Itaipú cuenta con 20 turbinas que le dan una capacidad instalada total de 14.000 MW. Según el tratado, Brasil y Paraguay tienen derecho cada uno al 50% de la energía producida por la central. Si uno de los dos no utiliza la totalidad de la energía asignada, tiene que cederla al otro al precio que arrojen los costos operativos de la usina.Paraguay utiliza sólo el 5% del 50% de la energía que le corresponde. Con eso cubre casi el 90% de la demanda que tiene a nivel nacional. En cambio, Brasil se lleva no sólo su 50%, sino también el 45% que no usa Paraguay. Con lo que obtiene de Itaipú, Brasil atiende casi 20% de su demanda nacional que es el equivalente a lo que consume el estado de San Pablo.La modificación del tratado que busca Lugo apunta a dos aspectos clave. Por un lado, reclama una mejora en el precio de la energía excedente que Paraguay le cede a Brasil. Y, por otro lado, pretende que se deje sin efecto la cláusula por la cual la única compradora de la energía no utilizada es la empresa Electrobras. Paraguay quiere disponer libremente del excedente para comercializarlo con otros compradores brasileños o con los países vecinos. Según Mateo Balmelli, el año pasado Paraguay cobró US$ 120 millones por la cesión de energía a Brasil. Pero si esa energía se hubiera vendido en mercado brasileño no regulado, los ingresos habrían sido entre 3 y 4 veces superiores. Paraguay es dueño de la mitad de las dos represas más grandes de Sudamérica: Itaipú (compartida con Brasil) y Yaciretá (cmpartida con Argentina) Entre ambas, son capaces de producir 110.000 GWh de electricidad cada año, de los cuales 55.000 le pertenecen a Paraguay. Sin embargo, el consumo de electricidad paraguayo es de 4.400 GWh anuales y es el segundo país de menor consumo de electricidad en América del Sur, luego de Bolivia.