Se trata de lo que algunos han bautizado con el nombre de ‘dark supermarkets’. No hace falta que los consumidores vayan a una tienda física: Hacen su pedido a través de internet, y una flota de repartidores lo entrega en sus casas en menos de 15 minutos. Sonaría bien si detrás de este modelo de negocio no hubiera precariedad, malas condiciones de trabajo, y especulación. Después del boom que vivieron en medio de la pandemia, este tipo de supermercados parece desinflarse, y la multinacional estadounidense Gopuff pretende hacer las maletas y dejar a casi 200 asalariados en el paro.
Gopuff es una empresa estadounidense de supermercados online. Tras hacerse con la empresa DIJA, en febrero aterrizó en Madrid. La compañía contaba con siete tiendas en España donde trabajaban 188 empleados y otras 12 personas, todas contratadas mediante una ETT. Las condiciones que impone un modelo de negocio donde hay 2 minutos para preparar el pedido y 10 minutos para entregarlo son extenuantes, cuando no peligrosas.
«Gopuff ha impuesto a sus trabajadores (preparadores de pedidos y repartidores, en su mayoría) condiciones de trabajo lamentables. Sueldos de miseria, falta de seguridad laboral, ritmos frenéticos, centros de trabajo a más de 35 grados, accidentes laborales, despidos colectivos encubiertos… No tienen bastante: ahora quieren despedir a 188 trabajadores. Pero la plantilla hemos decidido que no van a poder con nosotros. Estamos hartos de precariedad y de ser tratados como mercancía. Animamos a todo trabajador a mostrar su solidaridad», cuentan los trabajadores en el twitter ‘Gopuff En Lucha’.
Primero, para rebajar los tiempos de entrega, la empresa contrató a gran cantidad de repartidores, duplicando el número de riders por tienda, y dando la directriz -absurda para cualquiera que haya trabajado en transporte- de que cada uno de ellos sólo pudiera llevar un pedido único. Como esta estrategia no funcionó, la empresa comenzó a despedir al 40% de los riders contratados en «periodo de prueba».
Entonces los trabajadores «supervivientes» tuvieron que soportar una sobrecarga de trabajo y una bajada de sueldo unilateral, ignorando la categoría laboral y salarial inscrita en sus propios contratos. ¿Quién puede vivir en Madrid con 900 euros?
Todo ello aderezado de pésimas condiciones de seguridad: estantes sin sujeción, o la misma ropa de trabajo (de forro polar) para el invierno que para el verano. «Y además los aires acondicionados no funcionaban y hemos trabajado en la tienda a más de 30 grados. Ya se han visto muertes entre los trabajadores de la limpieza, juegan con nuestras vidas”, denuncia Alejandro Romero, portavoz de los trabajadores a El Salto.
Pero faltaba la puntilla. A primeros de agosto llegó la noticia de que: la empresa pretende despedirlos a todos mediante un ERE y pagarles tan solo 20 días por año trabajado. Alegan falta de rentabilidad, pero Gopuff está valorada en 15.000 millones de dólares, generó casi 2.000 millones de dólares de ingresos en 2021, tiene un aumento del volumen de pedidos del 70% en comparación con el año anterior, y sigue abriendo tiendas en otros países. ¿Entonces?
“El negocio sería rentable si se hicieran las cosas bien”, dice Romero. A todas las cadenas de alimentación les ha ido bien en las crisis, además Gopuff ofrece precios más baratos que otras cadenas. Los trabajadores están convencidos de que los propios gestores han conducido por mal camino a la empresa en España para justificar su cierre. «Ha sido premeditado. Usan como excusa la rentabilidad y que están revaluando sus inversiones en Europa, pero quieren dejar morir la filial española y por eso han retirado los esfuerzos, la inversión y la estrategia para hacer este modelo de negocio rentable”, lamenta Romero.
Otras voces apuntan en la misma dirección. «Las nuevas empresas de economía digital nacieron en tiempos de dinero barato y fondos de inversión con mucho dinero que no sabían ni donde meterlo», dice Adrián Todoli profesor de Derecho del Trabajo en la Universitat de València. Pero con la subida de los tipos de interés, «el modelo de las startups con dinero barato se va a ver restringido y muchas van a desaparecer”.
Parece que Gopuff, que desembarcó fuerte en Europa por Reino Unido y luego se expandió a Luxemburgo, Francia y España, va a quedarse sólo en Reino Unido, donde a pesar de la alta inflación y un panorama económico poco alentador, la regulación laboral es más propicia para sus malas prácticas hacia sus trabajadores.
De una manera u otra, los trabajadores de Gopuff se han organizado y piensan luchar hasta el final. Apoyados por colectivos como los Riders x Derechos, han anunciado movilizaciones y acciones para tratar de que la empresa no vaya adelante con el ERE y deje a 188 familias en la calle.