Los salarios suben 4 veces menos que el coste de la vida

«El Instituto Nacional de Estadí­stica (INE) publicó ayer el incremento del coste salarial ordinario (la parte del coste salarial que se ciñe al sueldo y deja fuera el pago de horas extraordinarias, atrasos o los pagos en especie, por ejemplo) que, comparado con el coste salarial total (que sí­ incluye estos conceptos) resultaba especialmente bajo: el 0,4%»

Varios analistas auntan a que se abre un periodo de ajuste salarial. El último estudio retributivo de Mercer, publicado anteayer, se centra en la revisión salarial anual de 260 empresas y concluye que en 2010 dicha subida alcanza el 1,7% de media, "junto con Portugal, la menor de Europa" (EL PAÍS) ABC.- Un 44%. Esa sería la hipotética subida del recibo de la luz en el último trimestre del año si se recogieran los extracostes de las energías renovables, unos 1.550 millones de euros. Así lo reconoce el Ministerio de Industria en una nota informativa que acompaña al informe sobre tarifas de acceso remitido ayer a la CNE y que también fue distribuido al Consejo Consultivo de electricidad, al que tuvo acceso ABC. El texto añade que, si se tienen en cuenta además los costes de distribución, otros 496 millones, el alza de la tarifa de último recurso (TUR), la que utilizan el 80% de los hogares españoles, se dispararía hasta un 60%. LA VANGUARDIA.- En los años que precedieron a la actual crisis económica, ¿hemos vivido como nuevos ricos? Las formas verbales en plural, en este caso el "hemos vivido", siempre suelen ser inexactas. Algunos han vivido como ricos, otros menos, otros muy poco y muchos han seguido viviendo como pobres. Quienes durante estos años pasados seguro han vivido como nuevos ricos y por encima de sus posibilidades han sido las administraciones públicas, ahora tan ahorradoras y roñosas, sobre todo con los débiles. En Catalunya ya entramos en fase de campaña electoral y, como siempre en las campañas de este género, los candidatos nos explicarán sus programas, aquello que presuntamente van a hacer. Preferiría una campaña de otro tipo, una campaña en la que explicaran mejor lo que han hecho en los últimos cuatro años, hasta qué punto han cumplido con lo prometido. Porque el mal estado de las cuentas públicas que genera esta reducción del gasto algo tendrá que ver con ellos: quizás han derrochado sin justificación alguna, quizás se han equivocado. Economía. El País Los salarios suben la cuarta parte que el coste de la vida Luis Meyer El segundo trimestre de 2010 ha registrado la menor subida salarial de la última década. Respecto al mismo periodo del año pasado, los sueldos han aumentado un 0,4% de media, frente al 1% del primer trimestre y el 2,2% del último de 2009. Este dato resulta aún más llamativo si se contrasta con la subida del coste de la vida o, lo que es lo mismo, el índice de precios de consumo (IPC): durante ese trimestre subió un 1,6%, cuatro veces más. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer el incremento del coste salarial ordinario (la parte del coste salarial que se ciñe al sueldo y deja fuera el pago de horas extraordinarias, atrasos o los pagos en especie, por ejemplo) que, comparado con el coste salarial total (que sí incluye estos conceptos) resultaba especialmente bajo: el 0,4% frente a un 1,8%. Varios analistas apuntan a que se abre un periodo de ajuste salarial. "Prudencia y contención", explica Rafael Barrilero, socio de la consultora internacional de recursos humanos Mercer, para tan exigua subida salarial. "En España se prioriza la competitividad", continúa, "cuanto menos cueste fabricar un producto, más se puede dedicar a inversión y más inversión extranjera se atrae". Negociación colectiva Una contención que no se dio, por ejemplo, en el último año de bonanza antes de la crisis. El optimismo invitaba en 2007 a justamente lo contrario: los costes salariales ordinarios subieron varios meses por encima del 5%, mientras que la subida media del IPC no llegó al 3%. Algunos meses la subida salarial llegó incluso a duplicar el coste de la vida. El dato sitúa la revalorización de los salarios en la horquilla de lo que marca el acuerdo de negociación colectiva firmado a principios de año entre empresarios y sindicatos. Este pacto, el único fruto del diálogo social este año, recomienda subidas de hasta el 1% para 2010, con la idea de que este es un año aun de caída de la economía y, por tanto, los salarios deben contribuir a consolidar la recuperación y sentar las bases para la creación de empleo. El último estudio retributivo de Mercer, publicado anteayer, se centra en la revisión salarial anual de 260 empresas y concluye que en 2010 dicha subida alcanza el 1,7% de media, "junto con Portugal, la menor de Europa", advierte Barrilero. El analista considera que este no es un dato negativo, puesto que la contención salarial es un "camino inevitable" para generar puestos de trabajo. EL PAÍS. 17-9-2010 Economía. ABC Industria afirma que la luz debe subir ya hasta un 60% para cubrir todos los costes J. A. Navas / F. Pérez Un 44%. Esa sería la hipotética subida del recibo de la luz en el último trimestre del año si se recogieran los extracostes de las energías renovables, unos 1.550 millones de euros. Así lo reconoce el Ministerio de Industria en una nota informativa que acompaña al informe sobre tarifas de acceso remitido ayer a la CNE y que también fue distribuido al Consejo Consultivo de electricidad, al que tuvo acceso ABC. El texto añade que, si se tienen en cuenta además los costes de distribución, otros 496 millones, el alza de la tarifa de último recurso (TUR), la que utilizan el 80% de los hogares españoles, se dispararía hasta un 60%. El Ministerio asegura que con los precios aprobados en el pasado mes de julio no se superaría el umbral del déficit de tarifa (la diferencia entre los ingresos obtenidos por el recibo de la luz y los costes que soporta el sistema), que este año está fijado en un límite de 3.000 millones de euros, pero al mismo tiempo introduce un escenario más realista que reconoce explícitamente la existencia de un «agujero negro» en el sistema eléctrico español. Las compañías recogieron ayer con estupor el texto elaborado por el Ministerio, ya que dibuja un panorama que maneja dos alternativas extremas, el todo o la nada: por un lado opta por no subir los precios y por otro reconoce que podría ser necesario un espectacular incremento de hasta un 60%. Pequeña alza en octubre Y es que Industria propuso ayer a la CNE no subir en octubre los peajes de acceso, única parte del recibo de la luz que fija el Gobierno. Ello no implicará que el recibo no experimente un pequeño alza. Los peajes o tarifas de acceso remuneran costes regulados del sistema eléctrico, como las primas a las renovables, el transporte o la distribución, y las pagan todos los consumidores de electricidad. En el caso de la TUR, a la que pueden acogerse usuarios con potencias inferiores a los 10 kilovatios (hogares y pymes), los peajes constituyen uno de los componentes utilizados para su cálculo, junto a los impuestos y al precio de la energía, que se determina mediante subastas (Cesur). Está previsto que la próxima se celebre el 23 de septiembre y, aunque todos los previsiones apuntan a un alza, éste sería, en todo caso, moderado. En el documento remitido a la CNE, Industria propone mantener las tarifas de acceso a las redes de transporte y distribución que entraron en vigor el 1 de julio, tanto para los grandes consumidores como para los usuarios domésticos. Días antes de esa fecha, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, anunciaron que habían acordado no aplicar el alza de la luz previsto para julio, lo que obligó al Ejecutivo a bajar los peajes en contra de su propuesta inicial. En esta ocasión, la congelación de los peajes facilitará la moderada subida del recibo. Desde julio de 2009, la única herramienta que permite al Gobierno jugar con el precio de la luz son los peajes, pues la otra parte del recibo depende del coste de la energía en el mercado mayorista eléctrico (pool) o del resultado de las Cesur. Desde el sector entienden que la decisión del Gobierno de no incrementar en esta ocasión los peajes de acceso supone un intento de acercar posturas con el PP para tratar de cuajar un pacto de Estado en materia energética que, en su primer intento, acabó en desencuentro y sin cumplir ninguna expectativa de una industria que sigue lastrada por la incertidumbre. La variación normativa que el Gobierno implantó antes del verano para poder revisar los precios a discreción en vez de cada seis meses no fue si no otro elemento de distorsión. De hecho, Miguel Sebastián fue claro el miércoles en el Congreso al referirse a la negociación con los populares. El diálogo «tiene que acabar pronto», porque «el tiempo se nos ha acabado y ha llegado el momento de tomar decisiones», sentenció el ministro. Quejas de los consumidores Mientras, los consumidores comienzan a ponerse la venda. Facua aseguró ayer que «en ningún caso estaría justificada una subida de tarifas en octubre», a la vista de la «boyante situación del sector eléctrico» y la «cada vez mayor oscuridad sobre el déficit de tarifa». En declaraciones a Ep, un portavoz de la asociación señaló que «el Ministerio debe aprobar la congelación de toda la estructura tarifaria, tanto fija como variable, y el precio del kilovatio no debe subir más este año». ABC. 17-9-2010 Opinión. La Vanguardia Como nuevos ricos Francesc de Carreras Julio Camba, aquel prodigio de ironía, escribió en un artículo que nunca criticaría a los "nuevos ricos" porque si alguna vez llegara a ser rico desde luego sería "nuevo". Boutades aparte, todos sabemos que la expresión nuevo rico no se aplica a todo el que ha hecho fortuna recientemente, sino sólo al que la exhibe de forma exagerada, con mal gusto y por encima de sus posibilidades, pensando que mediante tal comportamiento se parece a los ricos de toda la vida. No sabe que estos, al no necesitar exhibir su riqueza, tienen como norma habitual actuar con discreción. En los años que precedieron a la actual crisis económica, ¿hemos vivido como nuevos ricos? Las formas verbales en plural, en este caso el "hemos vivido", siempre suelen ser inexactas. Algunos han vivido como ricos, otros menos, otros muy poco y muchos han seguido viviendo como pobres. Por tanto, no exageremos, a cada uno lo suyo. Quienes durante estos años pasados seguro han vivido como nuevos ricos y por encima de sus posibilidades han sido las administraciones públicas, ahora tan ahorradoras y roñosas, sobre todo con los débiles. En Catalunya ya entramos en fase de campaña electoral y, como siempre en las campañas de este género, los candidatos nos explicarán sus programas, aquello que presuntamente van a hacer. Preferiría una campaña de otro tipo, una campaña en la que más que proponer planes futuros, los candidatos, sean del gobierno o de la oposición, explicaran mejor lo que han hecho en los últimos cuatro años, hasta qué punto han cumplido con lo prometido. Porque el mal estado de las cuentas públicas que genera esta reducción del gasto algo tendrá que ver con ellos: quizás han derrochado sin justificación alguna, quizás se han equivocado. Desde luego ha habido dispendios famosos: los 400 euros y el cheque bebé de Zapatero, los 8.000 millones del plan E de ayuda a los ayuntamientos para obras menores, a los que ahora les falta dinero para pagar las nóminas. Esto en el plano estatal. En el plano local, fueron famosas las embajadas de Carod, sus viajes para promocionar lenguas indígenas en Latinoamérica, quizás para reducir la utilización del castellano. Aunque en cuantía económica esto fue de tono menor, meramente simbólico, casi todo es simbólico en Catalunya. El otro día leía una información en el El País sobre la situación del nuevo aeropuerto de Lleida-Alguaire, inaugurado en enero pasado, que ha costado 97 millones de euros, el primer aeropuerto creado por la Generalitat y el único que no gestiona Aena. En las fotos que ilustraban el reportaje podía verse que se trata de una obra arquitectónica magnífica, un señor aeropuerto con todos los servicios. Todos, claro, a excepción de un pequeño detalle: casi no despegan ni aterrizan aviones. En estos momentos, sólo hay programados vuelos los viernes y los domingos. Los demás días, naturalmente, está abierto al público, pero sin vuelos. Debe de ser un espacio estupendo, con un vestíbulo amplio, un terrazo brillante, impecable, con un servicio de limpieza algo frustrado pero que sin duda cumple bien sus no difíciles tareas. Quizás podría utilizarse este aeropuerto para que los niños de las escuelas cercanas fueran a jugar a las chapas o a aprender cómo se coge un avión: el número de vuelo, la facturación de maletas, los controles, las colas en las puertas de embarque, las cintas en las que esperas con angustia la incierta llegada del equipaje. No es broma, tal como está la enseñanza, quizás sería una de las asignaturas más difíciles del curso. Noventa y siete millones ha costado la obra, ya lo hemos dicho. Pero hay más: ahora estamos con los incentivos y las subvenciones. Para que este aeropuerto sirva para algo, la Diputación de Lleida y la Generalitat pagarán este año 1,6 millones a las compañías Ryanair y Vueling, además de un programa de ayudas a otras compañías todavía no concretado. Germà Bel, economista y conocido experto en la materia, dice que, "para ser rentable, un aeropuerto debe tener medio millón de pasajeros al año, y el de Lleida no tiene este mercado". De momento, 42.000 pasajeros lo han utilizado y esperan llegar a los 50.000 en diciembre. Por lo visto, confían mucho en los turistas que practican deportes de invierno. Ánimo, pues. Pero ¿cuántos esquiadores caben en las pistas de Baqueira y del Pallars? ¿Ya los han contado bien? De 50.000 a 500.000 hay un trecho. Aunque quizás son muchos los que quieren ir a esquiar… en avión. Nunca se sabe. En todo caso, ninguna empresa privada se presentó al concurso para hacerse cargo de la gestión: debían estar dispuestos a invertir 20 millones de euros y pagar un canon anual de 2,2 millones. Las empresas se juegan el dinero de su bolsillo y deben dar cuenta de sus actuaciones ante sus accionistas. Las administraciones se juegan el dinero de nuestro bolsillo y no nos dan cuenta de nada. Ahí está la diferencia. Esto es lo que había querido decir durante todo este artículo: menos programas electorales y más rendición de cuentas. Me parece que sí, las administraciones han actuado como nuevos ricos. Pero con nuestro dinero. Así cualquiera. LA VANGUARDIA. 169-2010