Demetrio Carceller, el representante de una de las mayores fortunas de España, estaría falseando su residencia fiscal en Portugal para defraudar fiscalmente en España. La mayor parte del patrimonio familiar está a su nombre y Hacienda le ha bloqueado 400 millones de euros. Carceller está ligado tanto a La Caixa como, a través de Abelló, a Botín. Mientras al 90% de los españoles nos suben los impuestos, a la oligarquía le permiten privilegios fiscales como las Sicav, y además evaden capitales. Los ricos empobrecen España mientras los demás la enriquecemos. Reforma fiscal progresista ya.
Porque el fraude investigado or la Audiencia Nacional, que empezó el magistrado Baltasar Garzón y lo continúa ahora su sustituto Pablo Ruz, imputa a Demetrio Carceller falsedad de domicilio fiscal, desde hace quince años, aparentando que reside en Portugal. Pero ¿quién es Demetrio Carceller? Es el patriarca de una de las familias más ricas de España. Aunque tiene ochenta años y aparentemente se encontraría ya retirado de los negocios, por su edad, curiosamente la mayor parte del patrimonio del clan Carceller figura todavía a su nombre. Es decir, concentraría la riqueza personal, no empresarial, de la familia. Sin embargo, la dirección de los negocios empresariales la lleva Demetrio Carceller, hijo, con presencia en los consejos de administración de empresas como Sacyr, Gas Natural, Ebro y CLH, además de presidente de la petrolera DISA y la cervecera Damm. Es decir, unos, en el clan familiar, obtienen, mediante los privilegios fiscales de bajos tipos en los impuestos de grandes sociedades, extraordinarios beneficios. Siguen obteniendo, mediante el ridículo 1% del impuesto a las Sicav sobre tales beneficios, descomunales ganancias. Y otros, toda la inmensa riqueza personal que amasan en España, se la llevan fuera de nuestro país y evaden el pago incluso de tan leves impuestos. Un despacho de abogados se encarga de gestionar la creación de un complejo entramado de sociedades por el que enviar el capital a distintos paraísos fiscales. Un ejemplo más, históricamente tradicional ya, de cómo la oligarquía española no tiene un proyecto para España de construcción y desarrollo de una economía y un Estado fuertes. Los grandes banqueros y empresarios españoles sólo quieren acumular ingentes cantidades de capital incluso a costa de imposibilitar el crecimiento económico y la fortaleza política de España. Así lo encarna el patrón de patrones, Botín. Ser el primer banco de Europa y estar entre los mayores del mundo aunque eso suponga para España su debilitamiento financiero y político. Este caso también demuestra el otro rasgo del poder oligárquico español, su dependencia de las clases dominantes de otros países, su carácter antipatriota. Demetrio Carceller fue, hasta finales de los ochenta, presidente del Banco Comercial Transatlántico (Bancotrans) hasta que vendió el 11% al Deutsche Bank, dándole el control del banco, que pasó a ser Deutsche Bank en España, y convirtiéndose él mismo en socio del Deutsche Bank. Los ricos españoles se vendieron a Napoleón y a Francia. Siguieron con Inglaterra en el siglo XIX… y así hasta la actualidad, con Estados Unidos y Alemania. Los ricos empobrecen y venden a España. Los demás españoles, unidos, la enriquecemos y la defendemos. Y España gana.