Los peligros de la carrera espacial

«Desde que entramos en el nuevo siglo, los paí­ses principales del mundo han intensificado uno tras otro sus actividades en el espacio exterior. A juzgar por los planes de desarrollo del espacio exterior de los diversos paí­ses, podemos ver que en los próximos 10-20 años, entramos en una época de actividades sin precedentes para la utilización pací­fica y militar del espacio exterior».

La militarización del esecio exterior constituye una amenaza para su seguridad. Algunos países están realizando investigaciones para crear un sistema de armas espaciales, tales como armas lanzadas desde la base espacial y aparatos capaces de destruir satélites con rayos láser. Han salido a la escena teorías de guerra espacial y reglamentos para la operación bélica. Hay quienes sostienen que la disposición del sistema de armas en el espacio exterior puede asegurar su superioridad estratégica, proteger sus propiedades espaciales, y gozar exclusivamente de la seguridad espacial. Este criterio es de corta visón y peligroso (DIARIO DEL PUEBLO) DEUTSCHE WELLE.- La situación de tensión que vive América del Sur es el resultado de la decisión del Gobierno de Estados Unidos de instalar siete bases militares en territorio colombiano, lo que representa una amenaza latente para la paz y la seguridad en la región. La Cancillería venezolana responsabilizó de la situación a Washington y a Bogotá y pidió a Bruselas que interceda para que la Casa Blanca desista de los planes que son el motivo de las crecientes tensiones entre los dos países sudamericanos. China. Diario del Pueblo Defender en conjunto la seguridad espacial Desde que entramos en el nuevo siglo, los países principales del mundo han intensificado uno tras otro sus actividades en el espacio exterior. A juzgar por los planes de desarrollo del espacio exterior de los diversos países, podemos ver que en los próximos 10-20 años, entramos en una época de actividades sin precedentes para la utilización pacífica y militar del espacio exterior, y por ello el problema de seguridad en el espacio exterior despierta atención general. Actualmente la seguridad del espacio exterior tiene enfrente dos problemas de diferente carácter. Primero, el incremento de las actividades en el espacio exterior afecta su seguridad. Como consecuencia del aumento del número de países que llevan adelante sus actividades espaciales, la ampliación de estas actividades y el aumento de los objetos en el espacio, surgen problemas como congestión en las órbitas, tensión en la frecuencia, y aumento de fragmentos. En el momento actual, hay 20 países por lo menos que tienen capacidad para lanzar objetos al espacio, más de 40 países tienen satélites, y 130 países y regiones han participado en programas de desarrollo y utilización de espacio exterior. Ahora unos 13.000 objetos de dimensión grande y mediana giran en la órbita de la Tierra. El 6-7% de ellos son satélites en funcionamiento. El mapa de distribución de los satélites sincronizados en la órbita de la Tierra demuestra que la órbita está saturada. La mayoría de los fragmentos que giran en la órbita baja de la Tierra son menores de 10 centímetros. Pero a pesar de su pequeña dimensión, pueden dañar seriamente los aparatos espaciales. Frente a estos problemas, la comunidad internacional está tratando de buscar su solución por medio de cooperación y coordinación. Segundo, la militarización del especio exterior constituye una amenaza para su seguridad. Según se informa, algunos países están realizando investigaciones para crear el sistema de armas espaciales, tales como armas lanzadas desde la base espacial, aparatos capaces de destruir con rayos láser satélites en la baja órbita de la Tierra y la órbita sincronizada. Han salido a la escena teorías de guerra espacial y reglamentos para la operación bélica. Hay quienes sostienen que la disposición del sistema de armas en el espacio exterior puede asegurar su superioridad estratégica, proteger sus propiedades espaciales, y gozar exclusivamente de la seguridad espacial. Este criterio es de corta visón y peligroso, porque ningún país puede monopolizar el progreso tecnológico. A deferencia de las aplicaciones generales de la telecomunicación, la navegación teleguiada, la vigilancia y la alerta avanzada, la introducción en el espacio de armamentos dotados de capacidad de destrucción directa provocará indefectiblemente una nueva carrera de armamentos, dañará seriamente la seguridad internacional, y obstaculizará el proceso de control y reducción de armamento en la arena internacional. Si el espacio exterior se convierte realmente en un nuevo campo de guerra, el desenlace será posiblemente la destrucción de los bienes de la humanidad en ello. Se puede decir que la militarización del espacio exterior es la amenaza más seria y la más inmediata para su seguridad. Para defender la seguridad del espacio exterior, la comunidad internacional debe establecer un ideario común. La seguridad espacial es la seguridad común de toda la humanidad. Todos los países, sean países desarrollados o en vías de desarrollo, tienen sus intereses implicados en ello. Si su seguridad está dañada, la víctima será toda la humanidad. Ningún país podrá disfrutar exclusivamente de la seguridad espacial, o sustraerse de las consecuencias del daño de la seguridad espacial. Es necesario proceder con cautela en el problema de la seguridad espacial, evitando daños irreparables causados por acciones irresponsables. La defensa de la seguridad espacial es la responsabilidad compartida de toda la humanidad. El desarrollo del espacio exterior debe ir en beneficio de toda la humanidad. El desarrollo social de la sociedad contemporánea depende del apoyo los bienes espaciales. Y para la humanidad el espacio exterior es un recurso insustituible. Su desarrollo y utilización están relacionados no sólo con los intereses actuales de la humanidad, sino con su futuro. Todos los países no sólo tienen derechos igualitarios para la utilización pacífica del espacio exterior, sino la responsabilidad compartida para mantener su seguridad. La comunidad internacional debe hacer activos esfuerzos por prevenir la militarización del espacio exterior. Por un lado, los países deben respetar estrictamente los tratados y acuerdos sobre la seguridad del espacio, y por otro, hacer esfuerzos activos por llegar a un tratado para prevenir la militarización del espacio exterior. Si los países implicados, especialmente los países que tienen avanzada capacidad para las actividades espaciales, demuestran su voluntad y su sabiduría para las consultas igualitarias, acumulan consenso, y desarrollan confianza mutua, será posible llegar al objetivo de la desmilitarización del espacio exterior. DIARIO DEL PUEBLO. 23-11-2009 Alemania. Deutsche Welle Huele a pólvora en Sudamérica Eva Ussi En América Latina soplan aires de división, una situación que es seguida con atención por observadores europeos. La creciente tensión entre Caracas y Bogotá preocupa a la Unión Europea. “Guerra Fría en la selva”, titula el semanario alemán “Der Spiegel”, un análisis en el que sostiene que las provocaciones del presidente venezolano son en realidad una cortina para distraer la atención sobre los problemas internos que enfrenta. “Aunque los puentes peatonales que mandó dinamitar el mandatario sudamericano eran estrechos, su efecto político ha sido explosivo”, explica a sus lectores. "Pese a su retórica belicista Chávez no necesita una guerra, se encuentra fuertemente presionado por una economía que se ha contraído más de lo esperado debido a la baja en las exportaciones de crudo. El país sufre una crisis energética y escasez de agua y electricidad por lo que sus adversarios no son los militares colombianos, sino la pérdida de confianza entre la población", afirma la autora, Katharina Peters. Venezuela reconoció haber detonado dos puentes peatonales fronterizos, argumentando que eran ilegales y que facilitaban el paso de grupos armados irregulares a su territorio. Desde que Colombia firmara con Estados Unidos un controvertido acuerdo militar hace días, el tono de Chávez es cada vez más estridente. El último episodio marca un nuevo mínimo en las tensas relaciones entre ambos países. “Chávez ha exhortado a los venezolanos a prepararse para una lucha armada en defensa de la patria al tiempo que lanza improperios contra el presidente colombiano llamándolo traidor y lacayo”, afirma el diario Taz de Berlín. Bogotá llevará el caso ante la ONU y la OEA El gobierno colombiano calificó el incidente de un acto agresivo y anunció que el grave hecho será informado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA). La Unión Europea manifestó el jueves su preocupación por las tensiones diplomáticas entre ambos países, a quienes exhortó a buscar soluciones y evitar acciones que empeoren la situación. En un comunicado emitido desde Bruselas, la presidencia en turno que ostenta Suecia exhortó a ambas partes a respetar el derecho internacional y los acuerdos bilaterales existentes. Venezuela respondió que la situación de tensión que vive América del Sur es el resultado de la decisión del Gobierno de Estados Unidos de instalar siete bases militares en territorio colombiano, lo que representa una amenaza latente para la paz y la seguridad en la región. La Cancillería venezolana responsabilizó de la situación a Washington y a Bogotá y pidió a Bruselas que interceda para que la Casa Blanca desista de los planes que son el motivo de las crecientes tensiones entre los dos países sudamericanos. Creciente carrera armamentista La presencia militar estadounidense, que comprende hasta unos 800 soldados y 600 civiles que estarán estacionados durante la próxima década en siete bases militares en Colombia, es una provocación a juicio de Chávez y de otros gobernantes de la región. “No soy yo el que está llamando a una guerra, quien la está provocando es el imperio Yankee”, asegura. El presidente venezolano está armado hasta los dientes, advierte Daniel Flemes, experto del Lateinamerika Institut con sede en Hamburgo. Desde el 2005, cuando firmó un contrato por 5.000 millones de dólares con Moscú, se ha hecho de un arsenal que comprende 55 helicópteros de combate y de transporte, así como 20 buques de guerra. En septiembre pasado Chávez viajó a Moscú donde hizo un pedido de 92 tanques de guerra. Colombia ha reaccionado fortaleciendo su ejército integrado por unos 254.000 soldados. “La creciente tensión en Sudamérica es la consecuencia de la rivalidad latente entre Rusia y Estados Unidos, cuya presencia militar, firmada hace unos días a través de un tratado con Colombia, es una reacción al pacto millonario entre Caracas y Moscú”, advierte por su parte el diario Osnabrücker Zeitung en un comentario en el que añade que Colombia no tiene alternativa, pues necesita los dólares de los estadounidenses para combatir a los capos del narcotráfico. Una región sin ley El conflicto militar está programado de antemano y no se debe sólo a la rivalidad geopolítica de ambos países y sus aliados, “sino a los paramilitares que trafican con drogas y combustible desde hace años”, afirma el diario español El País. “Ni Alvaro Uribe ni Hugo Chávez saben como es el problema aquí. Ellos mismos han dejado avanzar a los paras y ahora quieren venir a meternos en una guerra”, se queja ante el periódico un taxista que tiene que pagar la contribución a los paracos, como se llaman a los grupos que imponen su ley en la frontera. El diario Rheinischer Merkur relata la historia de un joven de 16 años, Jaime Steven Valencia Sanabria, asesinado por los soldados colombianos, que luego lo hicieron pasar por guerrillero para obtener las recompensas que otorga por la captura de combatientes el gobierno de Álvaro Uribe. Los familiares de las víctimas son luego amenazadas de muerte si denuncian los sucesos, una situación que tiene sumidas a las llamadas Madres de Soacha en una situación de desamparo. Es un negocio lucrativo, dice el diario, y profundamente arraigado en el conflicto que enfrenta desde hace 50 años al gobierno, la guerrilla y a los paramilitares, que han convertido el territorio en una zona donde no hay ley que valga. DEUTSCHE WELLE. 20-11-2009