Los narcotraficantes de Colombia, Bolivia y Perú han encontrado nuevos puertos para distribuir la cocaína a través de varios países del África noroccidental. Los narcos latinoamericanos utilizan cada vez con más frecuencia, las vías de África y Europa Oriental para hacer llegar la cocaína a los consumidores europeos, el segundo mayor mercado del mundo después de EEUU. La entrada por la Europa Orientas ha sido la habitual para introducir heroína en Europa desde Asia y existe ya una infraestructura de contrabando y una menor atención de las autoridades de la zona para interceptar los envíos a Europa.
Según estimaciones de la Interol, llegan a Europa de 200 a 300 toneladas de cocaína, principalmente a través del África occidental, donde la droga se almacena y reacondiciona para ser transportada, aprovechando la fragilidad de los Estados en la región. Los precursores químicos imprescindibles para crear drogas como la cocaína, la heroína u otras sustancias de "diseño",con gran control en occidente. Esas sustancias químicas tambien utilizadas para muchas actividades industriales, como tratamientos de aguas, purificación de alcoholes, fertilizantes, elaboración de gasolina o plásticos sintéticos son muy difíciles de controlar. Los narcos están creando nuevas empresas "tapadera" que aparentan dedicarse a tareas legales para solicitar grandes cantidades de precursores, fingiendo "que se enviarán a países en desarrollo para uso terapéutico". La ruta de los narcotraficantes se ha vuelto relativamente fácil y menos susceptible de ser interceptada, convirtiendo África en su nuevo punto de suministro y ahí están acumulando las reservas de droga. El continente africano “ofrece bastantes ventajas”, tiene la ventaja de que ha tomado por sorpresa a las policías locales, que no tienen una formación completa para hacer investigaciones, además de que carecen de medios, tanto técnicos como humanos. Los aviones de los narcos no tienen ni que volar bajo, ya que normalmente no hay ni radar, ni electricidad, A esto se suma que algunos de esos Estados están saliendo de guerras civiles. Estados de los que rara vez oímos hablar, como Guinea-Bissau es el almacén de la cocaína que se consume en Europa. También cumplen la misma función Togo, Ghana, Costa de Marfil, Guinea-Conakri, Gambia, Senegal, Cabo Verde, Mauritania y Marruecos. El dinero de la droga está pervirtiendo las economías débiles de la región, dándose la connivencia de los carteles de la droga con fuerzas corruptas del gobierno y los militares, captados por los narcos y corrompiendo a estos Estados. El problema está creciendo en forma exponencial y amenaza en transformar esa región en un centro de ilegalidad, comparable con el de Asia occidental, el Caribe o América latina. Semejante inestabilidad es lo último que África necesita.